Mi propósito era subir el volumen de la música para ver si me estallaban los tímpanos, y con ellos, la cabeza. Pero no funcionó. A cambio he descubierto que son necesarios setenta y cuatro minutos exactos de paseo nocturno para llegar a ese punto en el que no estás ni bien ni mal, pero sabes que es a lo máximo que puedes aspirar en esos momentos. ( Read more... )

Sé que no soy la chica más inteligente, ni la más bonita. Que no soy la más interesante, ni la mejor en la cama. Que soy inestable y caprichosa. Sé que con sólo echar una breve mirada en el Metro, o por la calle, o en el cine, o en el supermercado, encontrarías a siete mejores que yo. Y también sé, aunque me de pánico reconocerlo, que estás ( Read more... )

Me puedes llamar tonta por pensar que tú y yo podríamos haber protagonizado la película más bonita de la historia, pero seguiré pensado que así era. El problema es que no sé quién eres tú, y por no saber no sé ni quién soy yo. En verdad le llamo problema por llamarlo de alguna manera, porque no es una cuestión que trate de aclarar, o una dificultad ( Read more... )

No podía ser de otra manera. Si iba a reempezar algo, tenía que ser aquí y ahora. Tengo la obligación de dedicar esta primera entrada (primera por llamarla de alguna manera, porque perdí la cuenta) a la ciudad. El otro día le dije a una amiga que era feliz, y que lo mejor de todo es que no sabía por qué. Se me olvidó decirle que era feliz aunque (y ( Read more... )