El día de hoy como cualquier otro día empezó de una manera muy normal y regular, a lo que normalmente estoy acostumbrado, a un rico desayuno, un café con sabor a calabaza, una despedida triste, y una cama muy acogedora.
Pensé que seria como cualquier otro miércoles en la tarde, pero ocurrieron varios sucesos buenos, uno grande y varios pequeños y
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