Hoy me equivoco y no alcanzo a vivir.
Porque vivir implica vida. Y vida es aquello que no se tiene cuando la carcoma perfora el cerebro, los pulmones, el estómago y algún que otro órgano interno más. Mi desván (o Palacio de la Mente, como lo llamarían los Sherlockianos) está deconstruido, desordenado y lleno de boquetes. Entra demasiada luz, hace
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