Título del fanfic: Beautiful Nightmare
Parejas: Sehun x Lay (SeXing)
Tipo: X-MEN!AU | Crossover
Género: Acción, angst, romance.
Clasificación: PG-15
Advertencias: Un poco de violencia y odio.
Descripción: Oh Sehun odia cualquier cosa relacionada con Yixing, pues es todo lo contrario a él.
No. de palabras: 4984
Comentario del Autor/a: Escrito para la novena gala de
exo_12eyes donde el rey es Sehun. Es el primer sexing que escribo y, aunque no quedó como lo imaginé en un principio, me encantó. Que los disfruten.
Beautiful Nightmare
Confía en unos pocos, teme al resto.
Zhang Yixing nunca tuvo muchos amigos. Cuando era un niño pequeño, sus compañeros de escuela siempre lo molestaron debido a su naturaleza tímida y callada. Yixing era demasiado reservado; prefería evitar cualquier contacto con los demás y refugiarse en sí mismo.
Sus padres, al notar este comportamiento, lo llevaron a varios médicos, psicólogos y psiquiatras. Ninguno fue capaz de explicar qué era lo que sucedía con el pequeño Yixing, pero hacían ver que podría curarse, que quizá con el tiempo aprendería a abrirse a la gente y comenzaría a actuar como un chico normal de seis años: jugaría fútbol, haría travesuras y se enfrascaría en peleas sin importancia con sus amigos.
Sus padres esperaron, pero ese momento jamás llegó.
Cuando Yixing cumplió siete años descubrió que podía curar plantas, es decir, revivirlas para que volvieran a florecer con fuerza e ímpetu. Sí, el niño había aprendido a hacer eso por sí solo. Varias veces se preguntó si sus padres estarían orgullosos de él por tan importante logro. ¿Aceptarían que tuviese un don tan extraño?
La respuesta llegó un par de meses después.
Un día, cuando la madre de Yixing dejó una de sus macetas fuera de casa, en medio del invierno, el pequeño la tomó entre sus manos y entró corriendo a su hogar. Llamó a gritos a su mamá y le pidió que pusiera atención, que haría algo extraordinario. Ante la mirada atónita de la señora, Yixing tomó la rosa entre sus manos, cerró los ojos y se concentró; cuando la hermosa rosa floreció ante ellos, la mujer comenzó a gritar como histérica, mirando a su pequeño como si se tratara de un monstruo.
Lo señaló y le exigió que se mantuviera alejado.
Un hijo suyo no podía tener esa clase de maldición encima, no en la familia Zhang.
Dos días después, Yixing se encontró en el auto con sus padres, avanzando por un camino que nunca antes había visitado. ¿A dónde iban? ¿Por qué estaban ahí? Por más que preguntó no obtuvo respuesta. Cuando su padre le obligó a bajar del auto, Yixing sintió que algo no estaba bien.
Cuando el vehículo se puso en movimiento, supo que lo habían abandonado.
Tras deambular por las calles durante varios días, Yixing sintió que su corazón poco a poco se marchitaba. Sus padres lo habían abandonado por ser diferente, por ser capaz de ‘curar flores’ -como él llamaba a su don-. No alcanzaba a entender porqué ayudar a los demás seres vivos era tan malo.
¿Acaso él era un monstruo?
Un día, mientras trataba de protegerse del frío invierno bajo un sucio y mullido puente, un hombre en silla de ruedas, de sonrisa amable y voz ligera se acercó a él para ofrecerle abrigo y consuelo. El desconocido se presentó a sí mismo como el Profesor Xavier y le explicó que estaba ahí para ayudarle.
Yixing tuvo miedo, no iba a negarlo. Estuvo a punto de echar a correr cuando escuchó la voz del sujeto dentro de su mente.
«Todo está bien, Yixing. También soy especial, como tú. De donde vengo, todos tenemos dones que nos hacen especiales. Ven conmigo y te lo mostraré»
Con un poco de miedo, Zhang Yixing aceptó la ayuda del desconocido y fue llevado a una «Escuela para Jóvenes Superdotados», la cual se convertiría en su nuevo hogar.
***
Oh Sehun era la clase de niño que guardaba silencio pero siempre estaba pendiente de lo que ocurría a su alrededor. Podía no comentar nada, incluso ignorar las miradas de sus compañeros, pero de alguna forma estaba informado de lo que sucedía en la escuela. Y no, no se trataba de ser retraído o tímido, simplemente así sentía mejor.
Varios compañeros suyos trataron de hacerlo partícipe de actividades al aire libre, pero Sehun jamás aceptó. Si él hacia cosas era porque tenía ganas, no porque alguien más lo obligaba a ello. Y no, no era un niño problema, sólo prefería estar solo. Tenía amigos, claro, pero a veces prefería encerrarse en su habitación.
Oh Sehun llegó a la «Escuela para Jóvenes Superdotados» a la edad de cinco años, cuando sus padres decidieron que no podían lidiar con un niño que podía manipular el aire. Sehun los entendía -a veces- porque ¿quién querría tener cerca a un niño anormal? Sin embargo, a diferencia de lo que muchos podrían pensar, Sehun estaba feliz con su don, estaba aprendiendo a controlarlo y, aunque no era tan sorprendente como otros, estaba orgulloso de lo que podía hacer.
Un día, mientras practicaba con su amigo Junymyeon, observó que el Profesor Javier llegó a casa con un chico nuevo, uno del que no habían escuchado; por lo regular, cuando un mutante nuevo estaba por llegar se esparcían rumores entre los alumnos, pero ahora nadie esperaba nada.
-¿Sabes quién es?- preguntó Junmyeon, mirando fijamente hacia al profesor.
-No tengo idea- respondió mientras miraba al jovencito junto al director de la escuela. Se percató de que tenía el cabello castaño, la piel blanca y no era muy alto. Llevaba unos pantalones azules bastante sucios y una chamarra que apenas le cubría lo suficiente para el frío. Sin embargo, lo que más llamó su atención fue el hoyuelo que se le formó en la mejilla izquierda al sonreír por algo que comentó el Profesor Javier.
La profesora Ororo Munroe, conocida entre ellos como Tormenta, se acercó a Yixing y le indicó que la acompañara para mostrarle las instalaciones. Cuando ambos comenzaron a andar hacia la enorme construcción, Tormenta se detuvo de inmediato al ver a Sehun y Junmyeon.
-¡Chicos, vengan aquí!- les llamó emocionada.
Los dos niños corrieron hacia ella, la saludaron y aguardaron.
-Él es Zhang Yixing y de ahora en adelante será parte de nuestra familia. Espero que sean amables con él y le ayuden a adaptarse, ¿de acuerdo?
Kim Junmyeon fue el primero en responder.
-Mucho gusto, Yixing, yo soy Junmyeon- le ofreció una cálida sonrisa-. Si necesitas algo no dudes en decirme y te ayudaré.
-Gracias- respondió el castaño con cierta timidez.
-Oh Sehun- fue todo lo que dijo el otro muchacho, mirando a Yixing con cierta indiferencia.
-Un placer.
Tras esa breve presentación, Tormenta se llevó a Yixing con ella y le explicó el funcionamiento de la escuela; le comentó todo acerca de sus profesores, las clases que tomaría y demás cosas académicas. Le mostró su habitación en el tercer piso y le animó a conocer a los demás alumnos.
-Profesora… usted… ¿usted no tiene miedo de mí?- preguntó cuando dejó sus cosas sobre la que sería su nueva cama.
Tormenta cerró la puerta y se agachó para quedar a su altura.
-Claro que no, ¿porqué debería?- le acarició el cabello-. Todos aquí somos especiales y ni por un momento pienses que tu don es malo, al contrario, tu poder es demasiado hermoso como para avergonzarse de él.
Yixing sólo se limitó a sonreír.
***
-¿Y tú qué sabes hacer?- preguntó Junmyeon, intrigado por el poder de Yixing. Ambos estaban sentados en el jardín, mirando a los demás chicos practicar sus poderes. Había un niño bastante alto que podía manejar el fuego y otro que podía partir la tierra en dos. La escuela estaba llena de personas con dones extraordinarios y nadie parecía ofendido por ello.
-Pues, todavía no lo sé bien- respondió Yixing-. Hasta ahora puedo curar flores.
-¿Curar flores? Eso suena bastante tonto- respondió Sehun, quien se sentó al lado de Junmyeon y miró la forma en que Jongdae casi electrocuta a Kyungsoo.
Yixing frunció el ceño y cruzó los brazos sobre su pecho.
-No, no es tonto. Puedo ayudar a que los seres vivos se recuperen, puedo hacer que una flor marchita renazca y…
-Sí, muy lindo, pero eso no le quita lo tonto- Sehun lo miró serio; casi ni se movió de su sitio-. Junmyeon puede controlar el agua, Chanyeol es capaz de crear fuego y manejarlo como prefiera, incluso Jongin puede teletransportarse…- sonrió de medio lado-. Curar flores es es-tú-pi-do.
-Sehun, basta- lo reprendió Junmyeon.
En ese instante, y con lágrimas en los ojos, Yixing se marchó.
-¿Qué tienes contra él? Es nuevo y trata de descubrir sus poderes, no le hables así. ¿Acaso no recuerdas cómo fue para ti cuando llegaste aquí?
Pero Sehun no respondió. Metió las manos en los bolsillos de sus pantalones y caminó directo hacia la casa. Tenía ganas de encerrarse en su habitación.
***
Días después Sehun se percató de que Yixing no aparecía en las clases ni en las actividades al aire libre. Aunque todos debían tomar las pláticas informativas de los profesores, Yixing simplemente no se dejaba ver. Tampoco era que le preocupara mucho, pero pensaba que tal vez el chico era demasiado ‘débil’ como para entender lo que sucedía con ellos y la escuela.
Aunque Sehun sólo tenía diez años, comprendía bien lo que pasaba a su alrededor. La gente no los aceptaba y siempre serían señalados como una amenaza, monstruos de la naturaleza.
Una tarde, mientras terminaba una de sus sesiones con la profesora Jean Grey, observó que Yixing entraba en la oficina del profesor Javier. Llevaba ropa casual: pantalones oscuros, chamarra azul marino y tenis blancos, además de una mochila en color morado. Se veía bastante incómodo, quizá preocupado. Tenía el ceño fruncido y no dejaba de apretar unos cuadernos contra su pecho.
Sehun ladeó la cabeza y miles de dudas se arremolinaron en su mente.
-Profesora Jean.
-Dime, Sehun- la mujer pelirroja le sonrió.
-Nada, olvídelo- Oh Sehun decidió no hacer evidente sus dudas y decidió olvidar lo que acababa de ver. Tener sesiones privadas con el profesor X no era algo que sucedía todos los días…
***
-¡Rayos, Jongdae! Casi me electrocutas- se quejó Sehun.
Estaban practicando el uso de sus poderes en el enorme patio de la mansión y, siendo los chiquillos que eran, aquello siempre se tornaba muy peligroso. Aunque los profesores trataban de explicarles cómo controlar sus habilidades, las palabras les entraban por un oído y les salían por otro.
Era como hablarle al viento.
-Lo siento, Sehun, es difícil detener la energía cuando llega a mis manos- se disculpó el otro chico-. Miró a sus compañeros y sonrió-. Agradece que fui yo quien casi te electrocutó… pudiste ser consumido por la marea de fuego de Chanyeol y créeme, eso pudo ser muchísimo peor- se burló.
Sehun miró a Byun Baekhyun, quien trataba de apagar las pequeñas llamas que se avivaban en su ropa. A veces ser compañero de Chanyeol era un suplicio.
-Bueno, en eso tienes razón.
-¡Cuidado!- Junmyeon gritó a la distancia, tratando de alertarlos.
Kim Jongin cayó encima de Jongdae y casi le rompió un brazo. El golpe fue duro y seco; estaban sorprendidos de que no hubiese terminado peor. Jongin, igual que los demás, aún era incapaz de controlar su poder por lo que, cuando se teletransportaba, tendía a aparecer en lugares que nadie esperaba.
Uno de los profesores se llevó a Jongdae a la enfermería para que lo trataran de inmediato. Jongin los seguía en silencio porque se sentía demasiado culpable para hacer otra cosa.
-Por lo menos no fui yo- comentó Sehun mientras los observaba marcharse.
-Eso es demasiado egoísta hasta para ti, Sehun- lo reprendió Junmyeon.
-¿Porqué? Me gusta mantenerme a salvo, muchas gracias. ¿Acaso eso es tan malo?- lo miró con seriedad.
-A veces no te entiendo… aquí todos somos una familia, Sehun.
Oh Sehun le respondió con una mirada fría. Estaba harto de que intentaran venderle la idea de que todos debían estar unidos porque eran una ‘familia’. Su enojo creció demasiado rápido, tanto que ni siquiera se percató de que había comenzado a crear remolinos de aire a su alrededor, usándolos como barrera protectora.
El aire a veces podía ser simplemente eso, aire, pero cuando se combinaba con otros fenómenos naturales o externos podía transformarse en algo muy peligroso.
-¡Sehun, detente!- gritó uno de los profesores, tratando de controlar la ira del muchacho-. ¡Escúchame, debes detener esto!
Aunque Sehun era muy joven, su poder era demasiado fuerte, sobre todo cuando se molestaba; su fuerza se basaba en la ira y eso era muy peligroso.
Las cosas en el jardín comenzaron a volar de un lugar a otro, arrancando pedazos de pasto, arbustos y demás piezas que decoraban el espacio; muchas sillas comenzaron a chocar contra las paredes, igual que un par de mesas blancas y varios tableros de ajedrez.
A causa del caos, varios estudiantes comenzaron a asomarse por las ventanas, intrigados por lo que sucedía afuera. Aquello se estaba saliendo de control y cualquier movimiento en falso podía poner en peligro a todos.
Presas del miedo, sus compañeros comenzaron a replegarse para protegerse de cualquier forma posible, aunque estando fuera era casi imposible. Junmyeon corrió para ayudar a sus amigos más jóvenes, quienes parecían estar en shock debido al espectáculo. Sin embargo, en medio del caos, y debido al nerviosismo, Chanyeol creó una pequeña pared de fuego, tratando, de forma infantil, de protegerse.
Ese fue el peor error.
Cuando el aire entró en contacto con el fuego llegó la desgracia.
Pronto, Oh Sehun se vio cubierto por varios remolinos de fuego que chocaban contra su cuerpo, quemando su piel, dañándolo más allá de lo creíble. Sus gritos desesperados resonaban por toda la institución, mientras trataba de sofocar las llamas que lo devoraban sin piedad.
Justo en ese instante, el profesor Xavier apareció ante la vista de todos, acompañando de un Zhang Yixing que miraba con horror lo que estaba pasando. Sin esperar instrucciones, el jovencito se acercó hasta Sehun y le indicó a Junmyeon que lo cubriera con agua para sofocar las llamas. Tras hacerlo y observar el terrible estado en el que se encontraba Sehun, Yixing miró al profesor y éste asintió.
-Todo estará bien, Sehun, lo prometo- le sonrió mientras posaba sus manos sobre su cuerpo maltrecho.
***
Cuando Oh Sehun despertó una semana después, lo primero que hizo fue levantarse de la cama y examinar su cuerpo; casi se arrancó la ropa. Confundido por lo que veía, se detuvo frente al espejo de su habitación y se cercioró de que todo estaba bien. No había ni la más mínima cicatriz en su piel, ninguna. Era como si jamás hubiera estado envuelto en fuego, aunque claro, estaba seguro de que no había sido ningún mal sueño. Todavía podía sentir las llamas lamiendo su piel.
-Buenos días, Sehun.
La voz del profesor Xavier lo tomó por sorpresa.
-Buenos días- respondió. Se acomodó la pijama y regresó a la cama, donde se sentó para poder mirar al hombre en silla de ruedas.
-¿Recuerdas lo que sucedió ese día?
Sehun asintió.
-¿Porqué estabas tan molesto, Sehun? Pensé que ya estabas aprendiendo a controlar tu ira. La profesora Jean me comentó que estaban avanzando muy bien. ¿Qué pasó?- el hombre habló con voz calmada.
-No me gusta que me presionen para hacer cosas que no quiero- respondió de forma seca.
-¿Qué clase de cosas?
-Presionarme para creer que de verdad somos una familia- comentó con cierta gracia-. No lo somos.
-¿Porqué lo dices?
-Si ni siquiera mi propia familia me aceptó, ¿por qué lo harían ustedes?- cuestionó con un dejo de molestia.
El profesor se acercó a Sehun y le acarició una mejilla.
-Porque aquí todos somos iguales y nunca nos lastimamos entre nosotros. Debes aprender a confiar en la gente, dejar que los demás se acerquen a ti. Aceptar que somos diferentes no es malo, Sehun. Todos somos especiales, de alguna u otra manera.
Oh Sehun guardó silencio.
-No estás solo, Sehun. En este mundo existen muchas personas que jamás dudarán en ayudarte.
Silencio.
-Profesor, ¿quién me ayudó? ¿Cómo fue que me recuperé tan rápido?
-Zhang Yixing.
-¿Qué?
-Parece que Yixing ha descubierto el verdadero secreto de su poder- respondió el hombre, sonriendo de nuevo-. ¿Vas a agradecerle?
Sehun se limitó a asentir, pero el día del agradecimiento jamás llegó.
Parte 2