No soy racista, de verdad, tengo buenos amigos Latinos a los que quiero mucho (Cynthia ¿qué fue con tu blog, oH? ¬¬), buenísimas personas.
Pero es que ultimamente hacer cualquier gestión por teléfono con una teleoperadora no es como llamar a Quito, no, es como llamar a Pekín.
Sino, to the parrot: (
Cosas de teleoperadoras. )