Sobre Horizonte (3.2/?) [Mass effect] Shenko

Jul 04, 2013 02:58

Parte anterior, aquí.



IV

Cuando abrió su correo personal, Kaidan se encontró un par de mensajes de Zoya. Uno de la mañana del ataque y otro de hacía apenas un día. El segundo mensaje era más corto y tan sólo le preguntaba si se encontraba bien porque habían pasado más de cinco días desde la última vez que hablaron. Él nunca tardaba tanto en contestar.

Las letras bailaban ante sus ojos cuando tecleó una rápida respuesta, pidiéndole que se encontraran en una tranquila cafetería de Kithoi en cuanto le viniera bien. La réplica llegó en unos minutos, citándole un par de horas después.

Kaidan trató de dormir un poco mientras tanto pero fue incapaz. Rindiéndose, se dio una ducha e intentó comer algo, aunque notaba un nudo en la boca del estómago que a duras penas le permitió tragar nada. Tomó un par de pastillas para el dolor de cabeza (últimamente tenía que tomarlas de dos en dos para que hicieran algo de efecto, pese a que era el medicamento para las migrañas más fuerte que permitía la Alianza) y decidió acercarse a Kithoi caminando, en un vano intento de calmar los nervios.

Llegó a la cafetería con bastante antelación, así que tuvo que esperar allí quince minutos, que pasó caminando de un lado a otro como un varren enjaulado. Por fortuna para él, Zoya también se presentó antes de tiempo.

Cuando dio media vuelta en uno de sus erráticos paseos por el perímetro del local, la encontró allí, sonriéndole como si se alegrara mucho de verlo. Se acercó a él y le dio un breve abrazo, que hizo que Kaidan se sintiera muy miserable. Trató de disimularlo y le aseguró que se encontraba bien, sólo cansado, cuando Zoya le preguntó cómo estaba.

No pareció muy convencida por su respuesta pero le dio tregua hasta entraron a la cafetería y se sentaron en una mesa apartada. Esperaron en silencio a que les trajeran las bebidas. Cuando el camarero se hubo alejado lo suficiente, Kaidan se forzó a hablar.

-¿Recuerdas lo que hablamos la última vez que nos vimos?

Zoya rodeó su taza de té con las manos, como si sintiera frío, y asintió.

-Dijiste que tu misión estaba relacionada con esa persona que perdiste -respondió. Aunque su voz sonó tranquila, se dio cuenta de que estaba nerviosa. La palidez en su rostro y la rigidez de su postura la delataban.

-Así es -hizo una breve pausa, intentando poner en orden sus ideas. Quería ser todo lo sincero posible sin mencionar nombres ni desvelar información confidencial. No tenía que hablar de recolectores ni de Cerberus. Sólo de Shepard. Y eso era lo más difícil de todo. -He pasado dos años pensando que estaba muerta pero sobrevivió y…ha vuelto.

Cada palabra le arañó la garganta, arrancada con esfuerzo de lo más hondo de su pecho. Pensó que se sentiría liberado al pronunciarlas, al contarle por fin lo que había sucedido, pero no fue así. La mirada larga y triste que le dedicó Zoya tampoco ayudó a hacerle sentir mejor.

-Kaidan, estamos hablando de la comandante Shepard, ¿verdad?

La cara de sorpresa de Kaidan debió de ser muy evidente. Probablemente toda la tripulación de la Normandía se había enterado, o al menos había sospechado, que había pasado algo entre Shepard y él, pero jamás habían dicho nada al respecto. Quizás había sido un secreto a voces, pero sólo entre quienes habían estado allí. A excepción de Demba, nadie más lo sabía.

-¿Cómo…

-Sé que serviste con ella en la Normandía -explicó Zoya. Los nudillos de sus manos blancos debido a la fuerza con la que sujetaba su taza -Salisteis en varios vids tras el ataque a la Ciudadela. Aunque yo aún no vivía aquí por aquel entonces, también se emitieron en la Tierra. Y después de que me contaras que habías perdido a alguien y te marcharas de misión, Westerlund News empezó a emitir a todas horas una entrevista que le hicieron a Shepard recientemente. Tenía mis sospechas pero cuando has dicho que ha vuelto, yo… bueno, supuse que se trataba de ella.

En parte, se sintió aliviado de que Zoya pusiera el nombre de Shepard sobre la mesa. Confraternizar con su comandante iba en contra de las reglas de la Alianza pero, con todo lo que había pasado, eso parecía lo de menos y sabía que podía contar con su discreción.

-Sí, es ella -admitió -Shepard y yo… nosotros tuvimos… -Kaidan abrió y cerró la boca varias veces, buscando las palabras exactas para definir lo que había habido entre los dos. Al final optó por decir lo único que tenía claro -Yo la quería.

Zoya apartó la mirada y la fijó en su taza de té, sus largas pestañas proyectándose sobre las pálidas mejillas.

-La querías -repitió, en voz baja -¿En pasado?

La quería en pasado, en presente y en futuro. No sabía cómo dejar de hacerlo, ni siquiera después de lo que había pasado en Horizonte, ni aunque estuviera con Cerberus. Ni en el momento más álgido de su enfado había intentado engañarse al respecto.

Tardó unos segundos en responder. No porque desconociera la respuesta, sino porque no quería herir a Zoya. Buscó una manera amable de decirlo en voz alta pero no la encontró.

-Todavía la quiero -confesó.

Zoya se quedó muy quieta durante unos instantes, sin variar su expresión. Parpadeó un par de veces, tragó saliva, y finalmente alzó los ojos hacia Kaidan.

-Entonces, ¿vosotros estáis…? ¿Vais a…retomar las cosas donde las dejasteis? -preguntó, con un hilo de voz.

Kaidan sintió que el corazón le daba un vuelco y su pulso se aceleraba. Lo cierto es que ni siquiera se le había pasado por la cabeza, después de cómo habían ido las cosas en su encuentro era algo impensable. Shepard estaba con Cerberus, él con la Alianza. Hablar de una distancia insalvable entre ellos era quedarse corto. Tampoco se habían despedido en muy buenos términos, aunque era consciente de que eso era su culpa. Shepard había intentado explicarse, incluso le había pedido que se uniera a ella, pero él… No estaba seguro de quién daría la espalda a quién si volvían a encontrarse, teniendo en cuenta cómo se había comportado con la comandante.

-Esa no es una opción -explicó -Las cosas no fueron del todo bien cuando nos reencontramos. Shepard y yo… ni siquiera sé si será posible que algún día nosotros…

Se vio obligado a hacer una pausa, trastocado por sus propias palabras. Semanas atrás pensaba que Shepard estaba muerta y que debía seguir adelante fuera como fuera porque ella no iba a volver. Ahora sabía que estaba viva, en alguna parte, salvando la galaxia. En ese momento era imposible que pudiera haber algo entre los dos pero Kaidan acababa de darse cuenta de que quizás nunca más lo hubiera. Era casi como volver a abrir la cápsula de salvamento de Joker y descubrir que la comandante no estaba allí.
Parpadeó y se obligó a volver al presente con un gran esfuerzo.

-No se trata de eso -aseguró. Tendió una mano sobre la mesa, con la palma hacia arriba. Zoya la cubrió con la suya, sin titubear. Tenía los dedos calientes gracias al té. Kaidan pensó que estaba temblando, pero luego descubrió que el que temblaba era él. Dio un largo suspiro y la miró a los ojos con franqueza -Me importas mucho, y por eso no puedo seguir con esto. Te mereces algo mejor, alguien que pueda entregarse por completo.

Alguien que no arrastrara cargas emocionales como para parar un mako, que fuera algo más que los escombros que Shepard dejó a su paso, que tuviera el corazón entero para dárselo a ella.

-Si nos hubiésemos conocido en otro momento, tal vez… -su última frase flotó en el aire, entre ellos. El fantasma de algo que pudo ser y no fue, como tercer invitado en esa mesa.

Por un instante, se permitió pensar cómo sería su vida si continuaba con Zoya. Le aportaba equilibrio y paz. Era una influencia positiva para él, un motivo para regresar a la Ciudadela. Podría aprender a ser feliz a su lado, si lograba dejar atrás su pasado.

Ella era como un día soleado, Shepard como un huracán. Estaba renunciando a una de las pocas cosas buenas que le habían pasado en los últimos años por algo que probablemente nunca volvería a suceder. Y sin embargo, era consciente de que no podía hacer otra cosa. Intentar seguir adelante como si el encuentro en Horizonte nunca hubiera tenido lugar sería mentirse a sí mismo, engañar a Zoya.

¿Por qué tenía que ser todo tan complicado?

-Lo entiendo -murmuró Zoya, pasados unos segundos. Parecía triste pero serena, erguida en su silla -Te agradezco que seas sincero.

Kaidan sabía que de verdad lo entendía, pero resultaba extraño verla tan silenciosa. Aunque intentara disimularlo, estaba apagada en comparación con su frenesí habitual. Y él se sentía como un capullo integral, pero tenía claro que quería seguir teniendo a Zoya en su vida.

-Me gustaría que siguiéramos siendo amigos, si tú quieres -pidió, en voz baja. Temía que no quisiera volver a verlo. En ese caso lo entendería y respetaría su decisión, aunque deseaba con todas sus fuerzas que eso no sucediera. Que Shepard hubiese reaparecido, haciéndole consciente de que seguía enamorado de ella, no suponía que Zoya dejara de importarle. Le gustaba que pasaran tiempo juntos y su alegría resultaba contagiosa. Sin duda, era una persona extraordinaria y la apreciaba de verdad.

La doctora soltó su mano con delicadeza y la ocultó bajo la mesa. Cuando rehuyó su mirada, Kaidan sintió cómo se formaba un nudo en su garganta y el corazón empezaba a latirle en las sienes, anticipando una negativa. La mera idea le hizo sentir enfermo y desdichado.

Le dio la sensación de que Zoya meditaba su respuesta durante horas, la mirada fija en el regazo, el largo cabello rubio cayendo sobre su hombro sujeto en una coleta. Finalmente, levantó sus ojos marrones hasta él, y habló.

-Es un poco complicado. Es decir, quiero seguir viéndote, aunque sea como amigos. Pero no sé si sería lo mejor o si todavía es demasiado pronto. Sin embargo, sé que te echaría de menos. Estoy acostumbrada a verte sólo de vez en cuando pero si estás en la Ciudadela, me gustaría que me avisaras -habló a toda velocidad, como era habitual en ella, y eso hizo que Kaidan sintiera que tenía alguna posibilidad -Así que supongo que está claro que sí quiero, pero necesito… un poco de tiempo, eso es todo -y finalizó su discurso de golpe, como si se hubiera quedado sin aire.

No era un sí definitivo pero al menos era una puerta abierta, y eso era un buen comienzo. Más de lo que Kaidan había llegado a esperar.

-Lo comprendo. No quiero forzar las cosas, si quieres que me vaya, yo…

Zoya le interrumpió rápidamente. Parecía sorprendida por su ocurrencia.

-¿Irte? Claro que no -dijo, como si la ocurrencia de Kaidan le pareciese absurda -Ni siquiera has probado tu café.

Era cierto. No le apetecía demasiado, pero de todos modos se acercó la taza a los labios y bebió un pequeño sorbo. Zoya hizo lo propio con su té y por unos instantes se quedaron callados. Fue un silencio un poco tenso en el que Kaidan se devanó los sesos pensando qué decir a continuación. Por fortuna, la doctora tomó las riendas de la situación.

-En realidad, tengo una sorpresa para ti -explicó - “Canciones para los dómines” han vuelto a la Ciudadela y yo tengo dos entradas para el concierto de esta noche. Sé que te gustaron mucho la última vez, así que te acompañaré a verlos.

Los dos sabían que era ella quien los adoraba, pero era su manera de tender de nuevo un puente entre ellos, y Kaidan se aferró a él, agradecido.

-Gracias por hacerme ese favor -respondió, con tono divertido pero también sincero. Zoya le respondió con una sonrisa suave pero brillante, y Kaidan tuvo el presentimiento de que, por una vez, todo iba a ir bien.

V

Shepard estaba aprendiendo a confiar en su nueva tripulación, pero tener a Garrus y a Tali con ella hacía que sintiera la nueva nave más suya. Ver a la quariana junto al núcleo del motor era casi como volver a estar en la Normandía original.

Se acercó a ella y se apoyó en la barandilla de seguridad que rodeaba el núcleo. Si algo le gustaba a Shepard de la Normandía SR-2 era que podía ver el corazón de la nave desde varios puntos. A veces, cuando era incapaz de dormirse, bajaba a la cubierta de ingeniería y contemplaba el motor durante horas, pensando en los viejos tiempos. El suave murmullo que emitía la ayudaba a serenarse y poner en orden sus ideas.

-¿Qué te parece la Normandía SR2, Tali? -preguntó, con tono casual. Sin embargo, era consciente de que la respuesta le importaba demasiado.

Tali volvió el rostro hacia el núcleo motriz, que despedía vaporosas emisiones azuladas.

-La nave es impresionante -respondió -Pero echo de menos a la antigua tripulación.

Shepard cerró las manos sobre la barandilla de manera inconsciente, la mirada perdida en algún punto de las paredes circulares de la sala.

-Yo también los echo de menos -murmuró. Se preguntaba qué sería de Wrex y de Liara y pensaba en lo mucho que le gustaría contar su ayuda. Pero sobre todo extrañaba a Kaidan, aunque pusiera todo su empeño en no hacerlo. Tenía cosas más importantes de que ocuparse y, sin embargo, cada vez que bajaba la guardia y perdía la concentración por un instante, la conversación en Horizonte volvía su mente dejándole un gusto amargo en la boca y un temblor absurdo en las manos que sólo lograba aplacar haciendo una visita furtiva al minibar de la habitación de Kasumi.

-Shepard, yo… -Tali parecía repentinamente incómoda. Cambió el peso de un pie a otro y empezó a retorcerse las manos -No sé si debería sacar el tema, pero Garrus me ha hablado sobre Horizonte.

-Ignoraba que los turianos fuesen aficionados a los cotilleos -farfulló, sin acritud. Debió imaginar que pasaría. Desde Horizonte, encontraba a Garrus observándola de reojo de vez en cuando, como si temiera que fuese a colapsar de un momento a otro. Por fortuna, no había vuelto a sacar el tema, pero ahora que Tali había vuelto había encontrado con quien compartir su preocupación.

-No lo son -la quariana salió en su defensa -Yo le pregunté. Desde que he vuelto te he notado… triste.

¿Lo estaba? Tal vez. Los primeros días desde que despertó fueron un infierno. No soportaba mirarse a un espejo, sentía su cuerpo ajeno y extraño. No confiaba en nadie y odiaba trabajar para Cerberus. Sin embargo, con el tiempo se adaptó. Había estado disgustada, confusa, perdida. Aún se sentía así, más de lo que le gustaría, pero era consciente de que un nuevo sentimiento se había unido a la mezcla después de su encuentro con Kaidan. Algo a medio camino entre la tristeza y el enfado.

Como no contestó, Tali siguió hablando.

-Hay algo que quiero contarte. Me encontré a Kaidan hace unas semanas en la Ciudadela. Fui allí para comprar materiales para la misión en Haestrom y me topé con él en una tienda. No había vuelto a ver a nadie de la antigua tripulación desde poco después del ataque, pero Kaidan seguía igual que entonces. Tenía el mismo mal aspecto. Aunque no soy experta en fisionomía humana, he aprendido a fijarme en los detalles. Estaba pálido y ojeroso. Creo que verme le puso triste porque le recordó los viejos tiempos. Me preguntó si los echaba de menos, si pensaba en ti…

Shepard se dio cuenta de que se aferraba a la barandilla con todas sus fuerzas. Tenía la boca seca y una sensación incómoda en el estómago. Sintió la tentación de interrumpir a Tali, decirle que no quería oír el resto de la historia y marcharse de allí. No necesitaba eso. No era justo.

Había sido él quien había dejado las cosas claras en Horizonte. Había dicho que ya no la quería. Quizás no con esas palabras, pero era fácil leerlo entre líneas. No quería saber si la había echado de menos cuando la creía muerta, porque era evidente que la situación había cambiado.

-Estuve a punto de contarle que estabas viva -prosiguió Tali -Quería hacerlo, pero luego pensé que eras tú quién debía decírselo y que no tenía derecho a entrometerme. Tal vez hice mal. Estoy segura de que si lo hubiese sabido antes de Horizonte, su reacción hubiese sido diferente.

-Lo dudo -replicó, con más amargura de la que hubiese gustado mostrar.

-Yo tampoco manejé muy bien la situación en Progreso de Libertad, Shepard. Me llevó tiempo asimilar que habías vuelto y estabas con Cerberus. Cuando regresé con la Flota empecé a sentirme mal, pensé que quizás no había dado la impresión de alegrarme de tu regreso -rozó el brazo de Shepard por un instante, con cierta timidez -Y Kaidan… bueno, perderte fue duro para todos pero sobre todo para él, considerando que vosotros…

Tali dejó el resto de la frase en el aire, pero la comandante comprendió a dónde quería llegar. Suponía que al final todo el mundo en la nave llegó a saber lo que había entre ellos. Habían sido unos ilusos creyendo que los tenían engañados.

Era extraño pensar que habían pasado casi dos años y medio desde entonces. Para ella sólo habían transcurrido unos meses desde que abría la puerta de su camarote cuando la mayor parte de la tripulación se había retirado a los módulos de descanso y se asomaba para encontrar a Kaidan trabajando en su puesto. Entonces lo invitaba a entrar con la excusa de discutir algunos asuntos y no le permitía salir hasta primera hora de la mañana, antes de que los demás se levantaran. Pensándolo bien, quizás no habían sido tan discretos como creían.
Era un recuerdo agradable, incluso feliz, pero en ese momento dolía como ryncol vertido sobre una herida abierta. De pronto toda esa conversación hizo que se sintiera enferma.

-Quizás sólo necesite tiempo -sugirió Tali, con intención de animarla.

Shepard no estaba segura de que el tiempo fuese a cambiar la situación entre los dos. Kaidan era demasiado cabezota, demasiado noble e íntegro para aceptar que estuviera colaborando con Cerberus. Le había decepcionado por aceptar la situación y ya no confiaba en ella. Él, entre todos… No, el tiempo sólo serviría para enquistar más la herida, no para curarla.

-Tali, te agradezco que me lo hayas contado -dijo. Se obligó a soltar la barandilla de seguridad y a erguirse -No te preocupes por mí, estaré bien. Ahora todos tenemos centrarnos en la misión. Debo irme. Si necesitas algo, házmelo saber.

Tali no parecía muy conforme con su evasiva, pero se limitó a murmurar un “Claro” y a volver a su puesto en los controles.

Unos segundos después, Shepard abandonó la ingeniería y se dirigió al ascensor, preguntándose si la habitación de Kasumi estaría vacía.

VI

Kaidan recordaba que en su primera visita a la Ciudadela todo le parecía demasiado grande, demasiado impresionante, demasiado concurrido. Era la estación espacial de mayor tamaño de toda la galaxia y en ella vivían millones de personas de todas las especies. Sin embargo, lo que en un principio había encontrado tan sobrecogedor, había llegado a gustarle con el tiempo.

La Ciudadela hacía que se sintiera pequeño y eso le ayudaba a relativizar sus problemas. No obstante, era el peor lugar para evitar ciertas cosas y todo lo relacionado con la Comandante Shepard era una de ellas.

Estaba llegando a su apartamento cuando escuchó la voz de Khalisa Al-Jilani. Volverse hacia el monitor más cercano fue un acto reflejo. Un par de asaris, un salariano y un hanar, escuchaban con atención la entrevista. La iluminación era tan fuerte que apenas se percibían las cicatrices en el rostro de Shepard. Tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados. Al-Jilani le estaba haciendo preguntas capciosas sobre su participación en la batalla contra el Soberano, acusándola de sacrificar 50.000 vida humanas para salvar a la Ascensión del Destino y con ello al Consejo.

Kaidan supuso que estaban en el minuto 1:18 del que Demba tanto había hablado, porque pudo ver cómo Shepard cerraba la mano en puño y se erguía. Acto seguido recitó los nombres de todos los cruceros de la Alianza que cayeron en el combate, ensalzándolos como héroes y acusando a la reportera de no ser digna de mentarlos. Aunque mantuvo la compostura, su desprecio y su indignación eran evidentes. Finalmente, hizo un gesto desdeñoso y se alejó. Khalisa se aseguró de que la cámara siguiera sus pasos hasta que desapareció tras una valla de publicidad.

Kaidan decidió que ya había visto bastante y siguió su camino. Quizás Shepard se había contenido para no darle un puñetazo a la periodista, pero sentía como si se lo hubiera dado a él. El tono con el que pronunció los nombres de todas las naves humanas que cayeron en la batalla, remarcando que recordaba todas y cada una de ellas a la perfección, fue como abrir un túnel al pasado.

Antes de que los enviaran a acabar con lo que quedaba de los geth, toda la tripulación tuvo que asistir a varios actos oficiales. Especialmente Shepard y él, como miembros de la Alianza. El día en que conmemoraron a los caídos en el ataque a la Ciudadela y la comandante recibió su segunda Estrella de Terra, fue la primera vez que Kaidan la vio dudar. “¿Crees que hice lo correcto?” preguntó, la mirada pérdida en el monumento que el Consejo acababa de regalar a la humanidad como símbolo de agradecimiento. Kaidan recordaba que había echado un vistazo a su alrededor para asegurarse de que nadie les veía antes de acariciarle fugazmente el dorso de la mano. “No lo creo, lo sé”, le había respondido. Shepard lo había mirado con agradecimiento y algo de color había vuelto a sus mejillas.

Habían pasado más de dos años desde ese momento, pero si algo había comprendido con la entrevista era que, en su corazón, la comandante seguía perteneciendo a la Alianza. Ni siquiera Cerberus podía cambiar eso.

En Horizonte, Shepard le había preguntado si estaba bien, porque no parecía demasiado contento de verla. Y entonces él había explotado. Por una vez, había sido impulsivo y no se había contenido.

Cada vez tenía más claro que se había precipitado al juzgarla cuando la acusó de haberles traicionado. A él, a la Alianza y prácticamente a la humanidad. Al decirle que la había querido, como si ya no lo hiciera.

Pensar que Garrus estaba con ella le había dolido en su momento, porque él también había sido testigo de las cosas que Cerberus había hecho. Pero ahora, le aliviaba saber que al menos tenía alguien en quien podía confiar.

Nunca se había parado a pensar en ello, pero ¿y el resto de la vieja tripulación? ¿Se habrían unido también a Shepard? La idea de que él hubiese sido el único que le hubiera dado la espalda lo atormentaba. Era cierto que su situación era diferente, que acompañarla hubiese supuesto desertar y romper el juramento que hizo el día que se puso el uniforme militar por primera vez, pero aun así…

Todos en la Normandía SR-1 apreciaban a Shepard, pero él estaba enamorado de ella. Sin embargo, en Horizonte no lo había demostrado.

Para cuando llegó a su apartamento se sentía carcomido por los remordimientos. Hubiese dado cualquier cosa por tener la oportunidad de hablar de nuevo con ella, de explicarse y oír todo lo que Shepard tuviera que decir.

Pero sabía que eso era imposible. La comandante podía estar en cualquier punto de la galaxia y a él le asignarían otra misión de un momento a otro. La única opción viable para comunicarse con ella era escribirle un mensaje. Después de todo, había recibido el de Anderson.
Lo más probable era que Cerberus lo leyera antes de pasárselo (y eso si llegaban a hacerlo), pero prefería arriesgarse antes que dejar las cosas como estaban.

Al encender su terminal, encontró un correo en su bandeja, enviado por canal urgente. Era de Anderson, informándole de la abducción de los habitantes de la colonia humana de Ferris Fields. No había supervivientes. Shepard no había podido frustrar el ataque de los recolectores en esa ocasión.

Por primera vez se paró a pensar en qué habría sido de él y de los colonos de Horizonte si ella no hubiese intervenido.

Sabía que lo habrían metido en una de esas repugnantes vainas y se lo habrían llevado a su nave. No quería ni imaginar qué hacían después con los humanos que cosechaban. Quizás hubiese acabado convertido en un cascarón, o incluso en algo peor.

Aproximadamente veinte mil personas de la colonia de Ferris Fields correrían ese destino. Y, una vez más, la Alianza seguiría sin hacer nada. Shepard era su única protección, pero ni siquiera ella era omnipotente. ¿Y si le sucedía algo mientras intentaba salvarlos? Él jamás se lo perdonaría si…

Kaidan negó con la cabeza, intentando cortar el curso de sus pensamientos. Cerró el correo de Anderson, pulsó la opción de “Crear un nuevo mensaje” y empezó a escribir.

“Shepard, siento lo que te dije en Horizonte…”.

[Spoiler (click to open)]Perdón por hacer capítulos tan largos y enrollarme tanto. Calculo que le queda un capítulo más (espero que sea uno y no más xD) Gracias por tenerme paciencia ♥[Spoiler (click to open)]

het, pairing: shepard/kaidan, fandom: mass effect

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