Es uno de esos días en los que sales con el paragüas, hace viento y frío, pero a medida que pasa la manecilla de las horas te das cuenta de que es un día perfecto. Un día totalmente normal, con nubes, clases hasta que se apaga el sol, humo y comida entre horas, vaho, guantes y manos heladas, botas resonantes por los pasillos y sonrisas debajo de
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