Y así, de pronto, casi sin quererlo, soy 10 años más vieja.

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Estar a solas con las ideas,
ser de uno mismo espectador.

Sacarse de dentro el cuerpo
desvanecido
hecho trizas de papeles y líquidos
con forma de letras.

Los propios miembros que fluyen
en contracciones imperfectas
con el engañoso poder menguante
de la creación.

Intento alcanzarte

Con mis uñas con mis dedos con mis palmas con mi pelo

Con todo el vientre que se encoje

En torno a un nudo un lazo un muerto

Lleno de sal en los ojos

Y de pimienta en los labios

Intento entenderte en tus palabras inconexas

Son de metal

Como una hoja de cuchillo caído de otoño

Y de suelas gastadas de huellas de pasos
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Así que, al fin y al cabo, esto era todo ( Read more... )

Estaba tirada en la cama leyendo, mintiéndome a mí misma acerca de cómo leer ayuda a conciliar el sueño. Era Ryszard Kapuściński, su libro de poesía completa. Quizá mentiría si dijera que lo conocía como reportero, más bien ví su apellido polaco y me decidí a echarle un vistazo entre la amalgama de libros apilados. La idiosincrasia siempre gana su ( Read more... )

Hay algo que se remueve dentro de mi estómago cada vez que veo fotos de gente universitaria viviendo por su cuenta (o con una habitación bien cuca en la pulcra y ordenada casa de sus padres), de decoración personalizada y modernista (actual o retrospecter), con fotografías, mucha luz suave, instrumentos musicales (que para más consternación, usan ( Read more... )