LA MALDICIÓN DEL CHÅNDAL
Estoy sentada en el bar que hay bajo mi casa (es ya casi tradición que siempre haya un bar/cafetería junto al portal de cualquiera de los edificios a los que me mudo), voy por mi segundo café con leche de la mañana y llevo puesto un chándal del Decatlón
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Comments 6
No te ralles demasiado por el cuerpo, no te tortures... yo ando igual, con una dieta ahora poco a poco... porque también me he dejado de una manera horrible (en los kilos y en todo). Pero sí que hay terceras oportunidades, y quintas, y... ya verás :-*
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Ya sé que el problema es básicamente mío, de percepción y de odio personal. Hoy me encuentro mejor. Creo que el truco es no mirarse una tanto el propio ombligo...
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Imagino que esto es un pataleo al que tooodo el mundo tenemos perfecto derecho, y además es sano.
Por cierto, vaya acelerón, no voy a poder dejar de pasarme por aquí ni un solo día o me perderé un montón de cosas :)
A ver si me animo y posteo algo yo, con la vuelta a la vida activa (tan intermitente en los últimos años) me aturullo y me descentro...en cuanto a lo de comer, desde que mi contraparte se metió en el mundo de la cocina, tengo menú degustación diario...con lo que eso implica, así que a ver si yo también me pongo firmes y empiezo otra vez y retomo mi yo habitual.
Ánimo preciosa, me da la impresión que esta etapa de nuestras vidas va a ser emocionante!
Besoteee
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Me encanta tu rutina, el chandal y el ir a desayunar al bar de abajo. Seguro que vives en un pueblete supertranquilo y cerca de Barcelona (realmente es lo mejor, tardas lo mismo que yo a ir al centro y eso que yo vivo en Barcelona capital... paradojas de la red de trasportes públicos)
Un besazo de re-bienvenida!!!!
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