Nunca me he jactado de ser una persona paciente. Al contrario, mi impaciencia es legendaria. Aun así, he hecho un gran esfuerzo este año. En serio.
Veréis, una mañana de finales de mayo me desperté, miré mi reloj biológico y exclamé, no sin cierto asombro: "¡Anda, pero si ya me toca ser madre!" Y es que ser madre siempre ha sido una certeza para mí
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