Tiempo si subir un fic por acá ;_; bueno esta vez les traigo un One shot de unos Oc que no son míos ù u/ Como siempre, disfrútenlo y espero con alegría sus comentarios ^__^
Título: Dying in the Sun
Autor:
sybarisofcirfis Claim: Andrés/Nicolás
Advertencia: *sobs*[?]
Resumen: Una pelea que dolerá más que cualquiera.
Nota: Este fic es dedicado a la dueña de Nicolas,
Hoku con mucho amor ^^
Nicolás es propiedad de
HokuAndrés es propiedad de
Caro
Yo sólo hurte sus personajes vilmente[?]
Si es posible, lean este fic con esta canción de fondo <3
Dying in the Sun- The Cranberries Ahora sí, no molesto más XDD
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Dying in the Sun
Todo era blanco: las paredes, el techo, el piso, las sábanas, todo. No había muchos muebles. Una cama, una mesita, una silla y un sillón. La mayoría del espacio estaba ocupado por máquinas que no cualquiera sabría manejar. Un ruido oscilante, como un reloj, retumbaba en el lugar, acompañado por el tenue sonido de un asistente respiratorio. Dos personas se encontraban en ese sitio. Una, sobre la cama. Las vendas cubrían parte de su rostro y otros sectores del cuerpo, que estaba debajo de las sábanas. Sus ojos estaban cerrados, parecía inerte. Tenía tubos y cables conectados a su cuerpo, sumándole la mascarilla del respirador. A su lado estaba el otro, quien no se había movido de su lado en ningún momento, su rostro demacrado era la prueba. Los alegres ojos verdes ahora estaban apagados, contemplando a la persona más importante de su vida.
- Andy…- con su voz destruida por el llanto y el dolor agonizante de su pecho, Nicolás lo llamaba una y otra vez, para mostrar que estaba a su lado y que no quería que el castaño se fuera. Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas, recorriendo el mismo camino de las miles que pasaron por allí. Le dolía tanto verlo así, pero lo dolía más que haya sido por su culpa. Digan lo que diga, esa sensación no abandonaba su cuerpo.
La puerta de la habitación se abrió.
- ¿Cuánto tiempo más vas a estar ahí, Nicolás? Necesitas descansar. Tres días sin dormir y sin comer no es algo que ayude mucho a todo esto- su hermano, Demian, suspirando se acercó junto con Matías, su novio.
- Demi tiene razón, no tienes que maltratarte así - la voz preocupada del castaño hizo que el rubio los mirara a ambos. Sintió envidia de ellos. Estaban juntos, eran felices y rara vez peleaban. No era que Nicolás no era feliz con su novio, todo lo contrario. Sin embargo, los conflictos eran moneda corriente en su relación. Y por eso estaban en ese lugar.
- No voy a irme- volteó a ver nuevamente a su novio sobre la cama, recordando lo que había sucedido, perdiendo la cuenta de cuantas veces lo había hecho ya.
“- ¡No es no! ¡Ya dije que no quiero volver a hablar del tema! -Andrés se dirigió en un tono cortante hacia el rubio.
- ¡Siempre es lo mismo contigo! ¿Cuál es tu problema?- Nicolás no se quedaba atrás y le hacia frente.
- Ya te dije mil veces que no me cae bien tu hermano y que me irrita su presencia en esta casa.
- ¡Pero es mi hermano y yo quiero que venga!
- Ve a visitarlo a su casa ¡aquí no!
- ¡Tu no puedes prohibirme que venga a esta casa!
- ¡Tu no puedes hacer lo quieras y ser un egoísta!
- ¡Yo hago lo que quiero!- Nicolás tomó un abrigo y salió de la casa dando un portazo. Andrés se quedó viendo la puerta. Se masajeó la frente y suspiró para luego salir en busca de su novio.
El rubio caminaba apresuradamente pero sin un rumbo fijo. Pensó ir a la casa de su hermano, aunque estaría haciendo lo que le dijo el castaño y su enojo no se lo permitía.
- Nicolás vuelva a la casa. No hace falta hacer un drama en la calle- el otro le había dado alcance. Nicolás no se detuvo.
- ¡No!
- ¡No te comportes como un niño caprichoso!- esta vez el agredido detuvo su marcha y se volteó.
- ¡Déjame en paz! ¡Eres un idiota, Andrés!-
De la nada se escuchó una bocina y lo que sucedió después fue muy rápido. El rubio sintió como su cuerpo era empujado a la altura del pecho. Sus ojos verdes se toparon con unos ojos marrones por una fracción de segundo antes de que su cuerpo terminara tirado en la acera. Quedó algo aturdido ya que su cabeza golpeó contra el suelo. No obstante, escuchó con claridad el sonido de una frenada brusca y un golpe seco. Su vista quedó fija en el lugar donde estuvo hacía unos momentos. Habías estado en el medio de la calle. La gente, alarmada, se acercó al lugar. Algunos pedían ayuda, otros se cubrían la boca. El chofer del vehículo se tomaba la cabeza con las manos. Nicolás, por su parte, no se había movido, incapaz de reaccionar. Y cuando finalmente lo hizo…
- ¡¡¡¡ANDREEEEEES!!!!”
Cuando terminó de recordar, las lágrimas amenazaban con salir nuevamente. Se aferraba con fuerza de las sábanas y se mordía su labio inferior hasta que se provocó un corte. Los otros dos se asustaron y se acercaron a Nicolás, para consolarlo y curarle la herida. Ningún consuelo lo podía sacar de se estado depresivo en el que estaba sumergido. La culpa lo asechaba a cada instante.
Ya era de noche cuando las cosas estaban un poco más calmadas en la habitación. Demian y Matías había ido a buscar algo de comer. Nicolás seguía al lado de Andrés, sin importarle nada.
- Tan… descuidado como… siempre - el rubio se sobresalto al punto de caerse de la silla. Buscó por todo el cuarto para saber de donde provenía esa voz. Finalmente, posó sus ojos en la cama y se topo con los ojos de Andrés.
- ¡A-andy!- se arrodilló a su lado, atrapando una mano del castaño entre las suyas - ¡Por fin despiertas!- una sonrisa, débil por el cansancio, adorno su rostro. Su novio no respondió, se limitó a soltar su mano y apoyarla en el rostro del otro.
- ¿Por qué…te hiciste esto?- le costaba hablar.
- Porque por mi culpa estas aquí- Nicolás bajó la mirada - S-si yo no me hubiera enojado… - todo su cuerpo comenzó a temblar a punto de quebrar en llanto de nuevo.
- La verdad…tu eres el idiota…
- ¿E-eh?
- Aunque… yo también lo soy. Escúchame Nicolás… jamás te olvides que… a pesar de todo…yo…yo siempre te seguiré amando.
- Andy…
- ¿Cómo… cómo crees que me siento… si veo que…te maltratas de… esta forma?- el rubio desvió la mirada.
- Lo siento…- Andrés hizo que volteara la cabeza. Nicolás no pudo aguantarlo más. Le sacó la mascarilla por unos segundos, dándole un pequeño pero dulce beso - Iré a hablar con el doctor ahora- Nico se levantó, limpiándose los ojos con el dorso de la mano. -Llamaré a la enfermera para que se quede contigo, ¿si?- le sonrió, esta vez más tranquilo. Andrés asintió cerrando lentamente los ojos - Te amo, Andy…- besó la frente del castaño y abandonó la habitación…
Un año después…
Dos figuras caminaban por un sendero. Cada uno tenía una rosa blanca en una mano. El día era soleado y una leve brisa soplaba. Se desviaron del camino, caminando por el pasto. De un lado y del otro había lápidas. Lo único que reinaba era el silencio. Se detuvieron justo a la sombra de un hermoso árbol. Al pie de este había dos lápidas. Se acercaron y dejaron las flores
- Todavía me cuesta creer lo que pasó- dijo Matías con melancolía.
- Lo sé…- Demian lo abrazó, acariciándole la espalda.
En las piedras se podía ver los nombres grabados:
“Andrés Vásquez”
“Nicolás Vergara”
Andrés luchó por su vida durante varios días. Su cuerpo no resistió las hemorragias internas y las fuertes contusiones de su cabeza. Murió al octavo día de su internación.
Nicolás lloró durante dos días tras la muerte de su novio. Llegó a una depresión tan grande que quedó en estado catatónico. Quedó al cuidado de su hermano pero las ganas de vivir se habían esfumado junto al amor de su vida. Murió dos meses después.
Fin