Te equivocas, aun no olvido que ese julio tomé nota de todos tus recuerdos, tus acentos e incluso de tus silencios. Mi cuaderno viejo y mi pluma negra fueron testigos de aquél momento cuando clavaste tu silencio en mi garganta.
Quizás fue simplemente el día mezclado con lluvia, café, sus letras, su ausencia, sus recuerdos, su perfume, la tinta
(
Read more... )