El sábado, cerca de las diez de la noche, se despertó el mundo. Tus brazos me rodearon de nuevo después de 14,000 vidas y pareció que a pesar de todo nada de tiempo había pasado, nada, ninguna historia, ningún nombre; nada. Absolutamente nada existió en ese tiempo. Y yo, por fin, volví a vivir. Mis pulmones se llenaron de aire, y aunque fue sólo
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