Hasta las narices. Hasta las narices de levantarme cinco días a la semana para acudir a la misma mierda, con esas puñeteras moscas que tanto odio. Intenté salir, si, pero me quedé por el camino. Sólo quiero salir, salir de ahi, abandonar ese olor nauseabundo que infecta mi felicidad. Pero, y si salgo de esa mierda para meterme en otra más grande y
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