-¿Qué pasa?
-Me voy a casa.
-No seas tonta.
-Acuéstate y olvídate de mí. Sólo déjame permanecer un rato más aquí.
-¿Por qué quieres irte?
-No me iré. Me quedaré aquí hasta el amanecer.
-Por qué complicas las cosas.
-No estoy complicando nada.
-¿Entonces qué?
-No me siento bien.
-¿Era eso? Te dejaré tranquila, entonces.
-No.
-¿Por qué quisiste ir hasta el
(
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