Capitulo 6
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(Número de palabras: 6.495)
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Penúltimo capítulo, disfruten y gracias por comentar :')
Jongin tenía a Sehun aprisionado sobre el sofá, pasando su lengua por su pecho desnudo. La tranquilidad inundaba a Sehun, una leve niebla adormecía sus sentimientos y lo hacía sentir suspendido en el aire, como si no tuviera gravedad. Jongin mordió agresivamente su clavícula, haciéndolo arquear la columna, sintiendo su piel caliente y sus extremidades flácidas, preso de deseo. Mordidas y chupones estaban esparcidos por toda su tersa piel, examinado en cada centímetro por los ojos soñolientos de Jongin.
"Hoy estás deslumbrante", Le dice, tomando parte de su oreja entre sus dientes. Sehun lanzó un grito de asombro y hundió su mano entre los oscuros cabellos.
“Y tú te burlas como siempre”
“Sólo me gusta complacerme” sonríe Jongin y se inclina hacia abajo, besando a Sehun como si quisiera hundirse en él, familiarizarse con cada rincón de su ser hasta construir una casa en su interior. Éste es Jongin, escribiendo detalladamente a Sehun en un libro inexistente, presionando en cada pliegue el sabor de su piel, compartiendo en sus páginas los ruidos eróticamente deliciosos que suelta cuando Jongin encuentra otro lugar que lo hace retorcerse, bajo pequeñas cargas eléctricas que van desde la punta de sus dedos hasta la punta de sus cabellos. En cada margen de la hoja, Jongin registra los ojos brillantes, las pequeñas sonrisas que Sehun intenta esforzar estando en guardia baja cuando Jongin hace un comentario ingenioso, cuando quiere ser juguetón o cuando besa sus clavículas.
El cielo se condensa con nubes pesadas, algunas oscuras y la lluvia continúa derramándose en el exterior, implacable, como si estuviera en una misión para perseguir el dolor y el miedo que se desliza en la parte superior de los edificios y limpiar al mundo de sus sombras. El miedo sin embargo, parece no alcanzar los tibios cuerpos de Jongin y Sehun. Si no que huye de ellos, espantado por las risas y sonrisas que se mezclan en sus corazones, sus dudas han sido abandonadas y todo lo que pueden sentir, es la calidez del otro. Las gotas de agua se arrastran por las ventanas, el sonido que golpea el cristal resuena fuertemente en el silencio de la vivienda que ocasionalmente se rompe gracias a los gritos y jadeos apenas amortiguados entre susurros intercambiados.
"Es una pena que esté lloviendo. Quería salir ahora." Jongin murmura contra la piel de Sehun.
Sehun sonríe. Últimamente Jongin ha optado por dar pequeños paseos por la zona, con su mano entrelazada fuertemente a la de Sehun, en su mayoría, los paseos eran bajo la luz de luna amparada en la noche, cuando las calles estaban vacías y los faroles iluminaban sus luces naranjas por todo el camino.
“Ya sabes, siempre tenemos el día siguiente” Sehun pasa sus dedos entre los cabellos de Jongin, masajeando su cuero cabelludo. Jongin ronronea cual gato, deleitado por los pequeños besos que Sehun esparcía con delicadeza sobre su cuerpo.
"No puedo. Mañana debo regresar." La tristeza pesaba en su lengua y su agarre sobre Sehun se hizo más fuerte. "Lo siento, no puedo quedarme por más tiempo. Últimamente mi padre está empezando a sospechar de mis frecuentes viajes, tanto que ha comenzado a hacerme preguntas.
Un peso lúgubre es lo que siente Sehun en su estómago, como rocas de media tonelada. Sabía que su pequeño pedazo de cielo iba a ser destruido en cualquier momento, sabía que se rompería en miles de pedazos y el viento los esparciría totalmente, pero no sabía que sería tan pronto. Quería asegurarse de que Jongin estuviera bien una vez que deje la zona doce y abandone a Sehun. Su pequeña aspiración de un sueño de posible amor, no duraría formado de excusas y pretextos para poder seguir viviéndolo, sino que amenazaba con venirse abajo.
"Entonces," Sehun acerca su cuerpo a la mesa y recarga su peso en sus codos. Su rostro está tan cerca de Jongin que puede sentir cada inhalación y exhalación en su piel. Desearía estar así de cerca por siempre, poder contar las pestañas de Jongin una a una, besar cada centímetro de su rostro, una y otra vez, lamer sus labios hasta que pueda encontrar las palabras adecuadas para describirlos.
Jongin arregla su ropa y pasa los dedos por su cabello. La angustia se muestra en su rostro, en el ligero surco entre sus cejas, en su forma de morder sus labios, en la desesperación esparcida por todo su cuerpo como ondas imperceptibles, Sehun podía notarlo. Luego se sienta junto a Jongin y pasa su mano por encima de su ropa con movimientos suaves.
"Estoy pensando en tirar todo por la borda."
"¿Qué quieres decir?" El sonido de alarma sonó débilmente en el cerebro de Sehun. Ha tenido las sospechas de que Jongin podría considerar algo tan absurdo como huir junto a él o abandonar a su propia familia y los negocios que ellos tenían planeados, Sehun desestimó esos pensamientos y prefirió pensar que estaba siendo paranoico.
No quiere ser responsable de poner una mano para la destrucción de mundo perfectamente construido de Jongin. No importa si se basa en mentiras y verdades bien ocultas. Lo que importa es que Jongin está viviendo y merece algo mejor que dos infiernos. Sehun nunca será capaz de vivir consigo mismo si Jongin vive la vida como él la ha vivido hasta ahora, temiendo que no lo hará el próximo año, respirando bajo la sombra de la desesperación. Necesitaba una luz que salvara el mundo de Jongin, tiene que inundar su mundo de esperanzas y sueños de caminos bien planteados.
Jongin lo mira, toma su mano entre las suyas en un agarre fuerte y seguro, como si temiera que Sehun se alejara de él, que lo abandonara y no mirara atrás. "Desde aquel día, cuando vi morir a ese hombre frente a mí, he estado pensando en algo, una forma de escondite donde vivamos solos, tú y yo. Nadie será capaz de encontrarnos y-" se detuvo abruptamente, porque buscaba conectar su mirada con los tristes ojos de Sehun "Oh", asiente con la cabeza. Deja de lado sus manos y Sehun lo mira de frente en el preciso momento para verlo desmoronarse. El dolor golpea su corazón, agudo y punzante. Verlo así le hace querer tomarlo por los hombros y decirle que ‘sí’ que escapará con él a donde fuera, donde nadie los moleste, donde los latidos de sus corazones los lleve. Eso quiere y sin embargo, no puede, no debe hacerlo. Debe proteger el futuro de Jongin, tiene que llevarlo al lugar donde tiene que permanecer, en la dirección a la cual está destinado a ser. Jongin se ha desviado lejos, ha perdido de vista el camino trazado y Sehun lo guiará de vuelta allí.
"Lo siento, Jongin." Jongin aparta sus ojos de Sehun, con los puños apretados a su lado.
"¿Así que era sólo yo? Yo...yo pensé de alguna manera que lo nuestro era algo más. Mierda, Sehun, pensé que lo nuestro era más que una puta relación entre un cliente y un-,” toma una respiración profunda y se levanta del sofá, pasa sus dedos entre las hebras de su pelo, despeinándolo, mientras camina de un lado a otro en la pequeña sala de estar. “¿Nunca pensaste que yo era más que un cliente al cual servir? ¿Acaso estaba delirando?” Su voz estaba teñida de dolor tangible que golpeaba duro a Sehun. Las lágrimas estaban agolpándose a montones en su garganta, impidiéndole respirar por estar conteniendo sus terribles ganas de llorar.
Sehun agarra el antebrazo de Jongin, lo que le obligó a detenerse. No quería más que Jongin entendiera que está dispuesto a renunciar a todo su tiempo, aunque su vida terminara en ese momento, con el único propósito de que Jongin esté bien. "Dios, no, Jongin. No es así, lo juro.“ Lo contempla, con la esperanza de que la quemadura de dolor en sus ojos amenazantes y abrumadores se disipe fuera de él. “Lo que pasa es que no creo que quedarte junto a mi sea beneficioso para tí. Quiero decir, ocuparás un lugar importante en la compañía de tu padre ¡Por el amor de Dios! No te atrevas a tirar eso por mí.”
Jongin suelta un suspiro y se derrumba junto a Sehun. Su mano está en la cintura de Sehun, arrastrándolo consigo. Los latidos del corazón de Jongin son constantes, inquebrantables en su pecho. Sehun encuentra consuelo inefable en él, cuando se inclina hacia adelante dejando a la vista, el perfil hermoso y firme de su rostro.
"¿Por qué siempre tiendes a menospreciar tu valor?"
"Porque tú eres mucho más valioso de lo que puedo llegar a ser."
"Yo no pienso así" Jongin deposita un casto beso en la cabeza de Sehun.
Sehun abre la boca, dispuesto a replicar cuando una fuerte explosión resuena a través del edificio de apartamentos.
Algunos gritos lejanos y apagados causan temor en Sehun y se encuentra él mismo conteniendo la respiración, esperando otra explosión que alertara a su cuerpo de ponerse en movimiento. Llega a la conclusión de que no lo necesita porque hay fuertes pisadas que se acercan, rápidas y decididas, como si estuvieran en una misión con propósito.
Antes de que Jongin pueda siquiera preguntar, antes de que el sonido escapara de sus labios, Sehun lo tomó del antebrazo. Tiene claro que todo su cuerpo está temblando, tal vez las comisuras de sus labios están temblando también. En el fondo, tiene el presentimiento de que algo malo sucederá. Se pregunta si ha estado prediciendo que después de la calma vendría la tormenta.
Se oye una carcajada a la distancia, hasta que se ahoga en algún punto. Control es lo que necesita en este momento. Si quiere proteger a Jongin, enviarlo de vuelta a su zona, ileso, vivo y con su tiempo intacto, deberá mantenerse firme y seguro, sin emociones innecesarias que sólo trunquen sus acciones planeadas.
"Escúchame. Quiero que salgas de aquí ", susurra con urgencia. "No, Jongin, por favor, sal por la escalera de incendios. Correr hasta que estés fuera de la zona. La lluvia te ayudará a no ser visto”
Jongin negó con la cabeza, miedo y duda se arremolinaban como grandes serpientes dentro de sus ojos. "Por favor," Sehun casi le grita. Tiene que hacerle entender. Si las personas de afuera son gánsters y de alguna forma se enteraron sobre Jongin, no tienen posibilidad alguna de tratar de luchar contra ellos. La única forma en que pueden evitar ser atrapados es dándoles la espalda y salir corriendo. Sin embargo, Sehun no puede escapar. Huir de la zona significaría que tiene algo que ocultar, quiere decir que debe abandonar a sus amigos, su casa, a cada cosa que ha conocido y construido durante todos estos años y no quiere abandonar así como así.
Hay un golpe temerario en la puerta, seguido por otro en voz alta.
"¡Abre! Sabemos que está ahí”.
Sehun conoce esa voz. Lo sabe y su corazón está a punto de estallar en su pecho. Jongin pone sus brazos alrededor del cuerpo de Sehun y lo aprieta con fuerzas mientras tiembla, es ahí cuando nota que también está temblando un poco. "Vete" susurra Sehun. "Por favor, sé cómo engañarlos. No me van a hacer daño. Ahora, vete." Empuja lejos a Jongin y este asiente a regañadientes.
Una ola de alivio invade todo el cuerpo de Sehun. Jongin lo escuchó, confiaba en él y se fue cuando le pidió. Si los dos tienen suerte, van a lograr salir ilesos.
Gira hacia la puerta. "Ya voy. Sólo dame un segundo." Y hasta él mismo está sorprendido que su voz no flaqueara.
Las cortinas de las ventanas estaban abiertas, dejando entrar un aire frio en toda la casa. Jongin jala a Sehun por un beso, uno que no se siente tan definitivo, uno que deja el corazón de Sehun dando vueltas. "Lo siento", dice Jongin contra su boca.
"No te preocupes, nada de esto es tu culpa. Ahora vete."
Y con una última mirada, Jongin desaparece bajo el manto de la oscuridad. Sehun sabe que nunca se perderá huyendo de esa manera. Jongin puede abrirse camino a través de los túneles más profundos y siempre encontrará la salida, sabe que hallará su camino, el camino que lo guiará a la luz. Sehun no cree en alguna fuerza protectora y sobre natural, o un dios que le de seguridad, pero incluso con esos pensamientos, cierra los ojos y reza por Jongin.
Toma una respiración profunda, llena sus pulmones con el aire suficiente y se pone en acción. Corre al baño y comienza a silbar cuando el chorro de agua tibia de la ducha cae sobre su cuerpo. Luego, el cabello está lo suficientemente húmedo, corta el agua y pequeños temblores recorren su cuerpo desde la cabeza hasta los pies. Más golpes resuenan por el apartamento, persistentes y que coinciden con el ritmo de los latidos de su corazón. Se cubre con una toalla y toma cualquier camisa que saca de su armario. Se la pone encima, la cual resulta ser de manga corta para su consternación y pone la toalla sobre su cabeza dejándola caer por los costados, rozando sus orejas. Tomando unas cuantas respiraciones pausadas, se acerca a la puerta. Tan pronto como sus dedos se envuelven alrededor de la perilla de la puerta, la puerta se abre de golpe.
Cuatro hombres entran. Sehun puede reconocer al corpulento. Conoce a Kris como una segunda piel, el infame líder que va por ahí golpeando a todo mundo que se cruce por su camino. Sehun recuerda a Kris. En realidad, nadie puede olvidarlo, es una persona que vive de las impresiones que deja en los demás. Hay un aire de salvajismo que es fuerte y penetrante, disfrazado con una fina capa de control fingido y dominación, tiene el rostro altivo y majestuoso. Siempre se envuelve en las mejores ropas, el pelo brillante tan impecablemente labrado en su cabeza. Se abre paso entre mujeres y hombres atemorizándolos. Sehun ha estado evitando cruzarse con él desde que comenzó a trabajar en las calles. Al parecer todos sus intentos se irán por la borda en cuestión de segundos, porque ese par de matones no se ven muy amistosos y Sehun ni veía muchas posibilidades de librarse de esto tan fácilmente como esperaba.
Sehun encubre su rostro bajo una confianza e inocencia fingida. Los ojos del hombre musculoso deambulan por su apartamento, espiando cualquier movimiento que pueda perturbar la tranquilidad del lugar. Sehun eleva las cejas. "YoungWoon? ¿Qué-qué estás haciendo aquí?" Se las arregla para sonar bastante confundido.
Crudas risas cruzan las pequeñas paredes del apartamento. YoungWoon cruza la distancia entre él y Sehun en dos grandes zancadas. Ahora se encuentra peligrosamente cerca, el corazón de Sehun revolotea frenéticamente en su pecho, como si estuviera tratando de encontrar una salida. "Eres muy buen mentiroso de mierda Sehun, pero por el bien de tu cara bonita, no me mientas."
El tamaño del hombre es intimidante por no decir hilarante. Se eleva sobre Sehun, acercándose del mismo modo en que un carnívoro lo haría frente a su presa. Sehun se niega a dejar escapar cualquier emoción. Se mantiene firme clavando la vista en el hombre. "No estoy mintiendo. No tengo ni idea de qué tipo estás hablando", insiste. "Además, ¿qué estaría haciendo por aquí un chico de la zona 1?"
"Penetrar tu maldito trasero ajustado por todo lo que sabes" el hombre escupe. Un par de risas siguen. "Oye, me importa una mierda. Sólo quiero entregarlo a Kris. Así que agradecería mucho si dejas de perder el tiempo y nos entregas al chico de una puta vez. Fin"
Por una fracción de segundo, Sehun se pregunta por qué están tan seguros de la existencia de Jongin. El hecho de que sean siquiera conscientes que se quede en la residencia de Sehun hace a su cerebro grite en sus adentros. Su corazón golpea contra su pecho mientras intenta recordar cómo podría haber pasado, cualquier desliz que haya dejado al descubierto la identidad de Jongin.
Los hombres a su alrededor obviamente están perdiendo la paciencia, sus pies golpeando contra las tablas del piso sin descanso. Si Sehun prolonga esto un poco más, seguro recibirá una patada o un puñetazo de su parte. Es hora de finalizar las cosas.
Interiormente suspira y espera que a estas alturas, Jongin esté tan lejos de las garras de Kris como sea posible.
"No sé de qué hablan, ¿de acuerdo?." Da dos pasos hacia atrás, lejos de la sombra de YoungWoon. "Ahora lárgate de mi casa antes de que corte tu flácido pene y le prenda fuego." Pudo haber llevado las cosas demasiado lejos, pero se siente frustrado y molesto. Sin embargo, por encima de todo, tiene miedo. Tanto miedo que puede sentirlo retorciendo su estómago como un monstruo alimentándose de él, tratando de profundizar en las uniones y tomar posesión de todo su ser.
YoungWoon deja escapar una risa que es más como un ladrido. Hay un brillo inquietante en el negro profundo de sus ojos, pequeños y brillantes. "Siempre fuiste de palabras y no de hechos, perra."
La ira se arremolina dentro de Sehun como un huracán y susurra "vuelve a repetirlo y juro que no quedarán rastros de tu culo jodido."
"Eso es todo. Ya tuve suficiente."
Y como si una tensa cuerda se hubiera cortado antes de que Sehun pestañeara, YoungWoon lo tenía bajo su férreo control, sus grandes, crueles e implacables manos, lo levantaron del suelo como una pluma y sin aviso, lo dejó caer de espaldas, como un saco de patatas. El estómago de Sehun se retuerce porque sabe que no tiene posibilidad, ninguna en absoluto, no puede escapar del embrague de hierro de YoungWoon.
"Te llevaré con Kris. Él verá qué hacer contigo o aún mejor, tal vez el estúpido chico rico de la zona 1 vaya por ti. A salvar a su herido amor colegial" resopla.
"¿Qué estás haciendo, estúpido hijo de puta? Suéltame!" Sehun lucha débilmente contra el hombre.
"Ya lo has oído. Ponlo abajo”.
Un témpano de hielo se dejó caer en el estómago de Sehun. El miedo lo cegó y su respiración se volvió pesada. Esa voz podía pertenecer sólo a una persona. Fornida, baja y clara. Cuando los pies de Sehun tocaron el suelo, subió la mirada y allí estaba frente a ellos, Jongin, en medio de su departamento, bañado con gotas de lluvia.
Sehun quiere gritarle, quiere sacudirlo con el fin de poner un poco de sentido en él. Quiere llorar, quiere correr hacia Jongin y envolver sus brazos alrededor suyo. Quiere golpear su cabeza, porque ¿Cómo puede ser tan estúpido? ¿Cómo puede Jongin descarrilar de su camino y volver? ¿Cómo hizo para simplemente volver de regreso?
Un 'Lo siento' nadaba en los ojos de Jongin y determinación era lo que fluía entre sus puños apretados.
"Oh," YoungWoon canturrea. "Mira lo que la lluvia nos trajo." Sus ojos miran por unos segundos a Sehun con una promesa de sufrimiento en ellos. "Así que...había un chico de la zona 1, no es así?"
"Llévame pero no te atrevas a ponerle un dedo encima" La voz de Jongin estaba cargada de veneno. Sehun enfrenta la necesidad estremecerse visiblemente. También piensa que Jongin es increíblemente ingenuo si cree que le permitirá ir solo así.
¨Podía ver cómo rápidamente la lujuria se arremolinaba dentro de los ojos del hombre, el entusiasmo burbujeante bajo su piel cuando YoungWoon decidió arrastrar a lo largo a Kris. No hay manera de que le permitieran a Sehun ir con ellos.
Oye a YoungWoon murmurar un pensamiento profundo detrás de él. "Permítanme considerar si estoy dispuesto a hacer tal promesa." Y en un instante, dos hombres sostienen a Jongin. Ojos alarmados se reúnen con Sehun y por primera vez, descubre el miedo en ellos. Pero entonces, cuando la boca de Jongin modula un 'Lo siento', es ahí cuando resuelve que el miedo en sus ojos no era por Sehun, sino dedicado a él mismo. Y Sehun no quiere más que darle seguridad, rodearlo de amor, besarlo y decirle que todo estará bien. Que todo va a estar bien. No lo cree completamente pero, está dispuesto a creerlo por amor a Jongin.
"No. No creo que lo haga. Además, Kris ha estado esperando la compañía de Sehun desde hace buen tiempo. Apuesto a que me agradecerá cuando llegue con él" Dijo YoungWoon mientras acariciaba la cabeza de Sehun. La humillación bajaba por sus mejillas coloradas. Lo que menos deseaba además de perder a Jongin, era que el último recuerdo que pudiera tener de él, fuera algo como esto.
Despertó cubierto por un manto negro. La parte trasera de su cuello duele, como su hubiera dormido en una mala posición por largo tiempo. Trató de sentir la suave piel de sus manos pero no pudo. Las tenía atadas por un material áspero que hacia picar su piel. Debió ser una cuerda a juzgar por el material y lo grueso que era. El suelo bajo sus pies, es áspero y húmedo. Su espalda está adormecida y su camisa húmeda, por lo que tal vez estuvo tumbado en el suelo todo este tiempo. Por un segundo, su cerebro le dio una pista de lo sucedido. Se siente desorientado y perdido, pero trata de buscar algo que lo ayude en la oscuridad sin ningún resultado. Manchas de colores nadan en su visión. Entonces, de repente, los recuerdos vuelven como olas de mar y las náuseas vienen a su estómago. Está jadeando, luchando contra sus ataduras con renovado vigor.
"¿Dónde está? ¿Cuánto tiempo lleva aquí? ¿Qué pasó con Jongin?"
El reloj destella sus luces verdes y siente una obstrucción en la garganta, mareos arrastrándose como una niebla venenosa. En lugar de los dos años que tenía, sólo puede ver treinta minutos en cuenta regresiva. Los matones deben haber robado su tiempo, cuando estaba inconsciente.
Pensamientos zumban su mente como una feroz tormenta. Cada pensamiento comienza con Jongin. Cada pensamiento termina con un último segundo que queda antes de que sus ceros aparezcan. Sumido en la oscuridad, lo siente acercándose a él, presionando sobre su pecho y escurriendo dentro de sus pulmones. El temor se aferra como una segunda piel y vergonzosamente cabe exacto como si hubiera sido diseñado para él. Se pregunta si al menos, va a llegar a contemplar el rostro de Jongin por última vez. El remordimiento surge en su corazón y comienza a sollozar.
Las no queridas lagrimas quemaban sus ojos, quería que se detuvieran pero no paraban de bajar por sus mejillas. Calientes y pegajosas. Poco a poco la resignación se fue apoderando de Sehun, haciéndolo sentir vacío. El nombre de Jongin es vida en su lengua. El nombre de Jongin comienza a caer de su boca inconscientemente, con suavidad pero tortuoso al mismo tiempo. Sus manos se adormecen, la cuerda está demasiado apretada contra su piel. Y cuando hay veinte minutos restantes en el reloj, una fuerte explosión rompe el silencio sofocante. Su cuerpo se congela, su respiración gélida dentro de sus pulmones, no le permiten captar oxígeno. La primera explosión va seguida de una serie de disparos. Hay gritos ahogados y gritos fuertes, acompañado de golpes estridentes que se acercan, más claros y más fuertes. Llegando a la esencia misma de Sehun, está más que seguro que todo su cuerpo está temblando.
Antes de oír un chasquido. Una barra de luz se extiende por el suelo húmedo y una figura delgada aparece por las sombras, corre y se escabulle hacia él. Unos pulgares suaves tocaron el rastro de lágrimas secas de Sehun, cuidadosas y suaves.
"Lo siento, Sehun. Lo siento mucho.“ Y siente un abrazo dándole acogida en su duro pecho.
Sehun conoce esa voz. Es familiar desde hace mucho tiempo. Su corazón duele y esconde su rostro en el cuello del otro
"Lu Han," solloza aliviado. "Que- ¿Qué estás haciendo aquí?"
"Estoy aquí para ayudarte" La luz iluminó el filo de una cuchilla. Cortó la cuerda que aprisionaba las magulladas muñecas de Sehun y una vez libre, su cuerpo tembló mientras el otro le masajeaba. "Y para redimirme." Lu Han se sienta en cuclillas, abriendo y cerrando los puños sobre su regazo. Sehun no necesita alguna fuente de luz para saber que los ojos de Lu Han están dolidos.
Faltan minutos para que la madrugada caiga, y para que junten todas las piezas de este rompe-cabezas.
"Fuiste... fuiste tú el que avisó a Kris y compañía sobre Jongin. Fuíste tú quien les contó."
Lu Han asiente.
"Pero no entiendo", dice en voz baja Sehun. "¿Por qué?"
"Ellos estaban usando a Yixing y mi familia como basura. Querían a alguien desprevenido, alguien que con una reputación buena entre su gente." Lu Han bota una risa ahogada. "Yo era el candidato perfecto con mi situación. Me amenazaron con atrapar a Yixing una de esas noches, hacerle daño y tomar todo su tiempo, causándole la muerte sin compasión" Lu Han suspira y Sehun se pregunta cómo no se dio cuenta antes de todo esto, de la angustia y culpa en Luhan. Se pregunta si él ha sido un amigo de mierda que ni siquiera pudo precisar el dolor constante con el que Lu Han tenía que lidiar.
"Me trataron como una marioneta sin titiritero. Cuando me dijiste acerca de Kim Jongin, pensé que era la oportunidad perfecta. Que si lo entregaba ellos me dejarían en paz. Pensé en no relacionarte en el proceso. Pero finalmente oí que Kris te había capturado y...y...yo entre en pánico." La voz de Luhan se quiebra y todo su cuerpo comienza a temblar. Se ve demasiado pequeño, demasiado frágil, atado a su culpa y dolor. Sehun lo recoge en sus brazos, susurrando suavemente. "No podía dejar que algo malo te sucediera" Luhan continua "Simplemente no podía."
"Está bien. Estoy bien". Dice y dirige su palma a lo largo de la espalda de Lu Han con movimientos calmados. Pero entonces recuerda. Lo empuja un poco para atrás y lo mira fijamente. "Lu Han, ¿Sabes dónde está Jongin?"
"Sí. Fue a un duelo con Kris. Bueno, duelo es la manera elegante de decirlo, pero estaban en su guarida. Jongin no iba caer sin luchar. Tenía a Kris inmovilizado y cuando entré para tratar de ayudar, yo," Lu Han palidece visiblemente, pequeños temblores corren por su cuerpo. "Accidentalmente le disparé. Allí- había un montón de sangre y dios, fue un accidente”
Luhan continúa temblando y Sehun traga la culpa inevitable que surge. No puede dejar de sentir que de alguna manera, fue responsable de todo el problema y Lu Han tenía que cuidarse por su bien.
"Kris era una criatura horrible, Lu Han. Hay que recordar cuántos hombres y mujeres murieron por su causa. Así que, por favor", Sehun dice, arrastrando a Lu Han en un abrazo. "No creas que algo de esto es tu culpa."
Luhan sorbió un poco de aire por su nariz, la vergüenza emanaba desde su cuerpo antes de continuar. "Le di a Jongin un arma adicional y bueno, digamos que derribó a más de un hombre." Luhan ayuda a Sehun a levantarse, sus piernas aún temblaban. "Nos separamos para buscarte."
Sehun siente una oleada de alivio al saber lo cerca que está. Es como haber sido sumergido en agua caliente, pero el temor y preocupación todavía siguen ahí. El anhelo de ver a Jongin se manifiesta súbitamente, crece y crece hasta que siente que explotará dentro de él.
Lu Han se quita el abrigo largo y lo cubre en el cuerpo de Sehun. "No te preocupes. Estoy bien equipado cuando se trata de ropa de invierno a diferencia tuya, obviamente." Ríe débilmente. Pone un brazo protector por la cintura de Sehun llevándolo fuera de la habitación en la que estaba encerrado.
"¿Estamos en casa de Kris?"
"Sí. En realidad, es más como una mansión. Está situado en las afueras de la zona. Es estupendo para un líder de la mafia, lo digo yo," Lu Han vuelve a reír. Bajo las luces, sus mejillas rojas son notorias, sus ojos están vidriosos por la adrenalina. Se ve con vida.
"Está bien, ya sabes. No soy un niño indefenso y discapacitado. Puedo caminar por mí mismo." Sonríe suavemente cuando Lu Han tartamudea una disculpa, mientras sus mejillas se tornan rojas "Así está bien.". Están caminando en un pasillo, uno largo. Sus paredes decoradas con papel pintado color beige, desgastadas por ser pintura barata.
"Jongin y yo estuvimos de acuerdo para encontrarnos en el garaje de Kris en 10 minutos.” Los cuales ya pasaron hace mucho. "Hasta ahora, han sido," Lu Han mira su reloj. "Ocho minutos. Creo que vamos a verlo allí. Vamos, conozco el camino."
"Espera, ¿te parece?" Sehun niega con la cabeza y sigue a pasos largos, haciendo coincidir el ritmo con las piernas de Lu Han.
Al final del pasillo hay un vuelo sinuoso de escaleras, los escalones cubiertos con rayas de sangre espesa y oscura. Sehun aspira el aire con fuerza pero Lu Han le hace calmar, una sonrisa secreta en sus labios.
"Probablemente Jongin estuvo por aquí."
Bajan, agarrando la barandilla y dando dos pasos a la vez. Un cuerpo inmóvil se encuentra en el último peldaño, un agujero perforado en su cabeza rapada. Lu Han salta sobre primero sobre el cuerpo y Sehun, después de asegurarse de no mirar a los ojos sin vida, salta también. Parece que entraron en la cocina. Utensilios cuelgan de ganchos instalados en el techo, una olla está abandonada en el mostrador y hay una nevera con un tamaño seis veces más grande que la pequeña nevera de Sehun. Lu Han lo lleva hacia una puerta pintada de blanco que queda extrañamente abierta. Cuando salen, el aire frío de la noche los saluda y Sehun tiene ganas de volver a la acogedora calidez de su casa.
"Está bien", dice Lu Han, arrodillándose y arrastrando a Sehun junto con él. Están protegidos de la vista por un arbusto espeso. "Ese es el garaje." Lu Han apunta a un pequeño edificio al otro lado de ellos. La mitad ésta hecho de metal gris "Tenemos que correr por allí y conseguir entrar. Hay una puerta a la izquierda que se supone debe estar abierta. Estoy seguro que allí encontraremos a Jongin.” Parece un plan fácil, pero Sehun está seguro que ha olvidado algo importante, algo que no puede recordar por la emoción. Más le importa ver a Jongin, verlo a salvo, lo tocará y sabrá que está bien y vivo.
"Tú primero. Voy a cubrir tu espalda”.
Sehun se levanta de su posición, mirando rápidamente alrededor para espiar cualquier movimiento. Toma una respiración profunda y va. El viento golpea su rostro y choca violentamente contra su pecho. Un grito que pertenece a Lu Han llega a sus oídos y él mira a su derecha para ver a un hombre que corría hacia él, grande y voluminoso. La piel del estómago de Sehun se tensa al reconocerlo. YoungWoon.
"¿No pensaste que te dejaría huir y lo quieres hacer, niño bonito?" YoungWoon se abalanza sobre él, agarrándolo del brazo, estrangulándolo. El dolor estalla en explosiones de colores detrás de los párpados de Sehun y jadea, tratando de liberarse. Pero entonces, en un instante, YoungWoon tiene su brazo fornido contra la garganta de Sehun y todo el cuerpo de Sehun está inmovilizado. Es incapaz de mover una extremidad. Caliente, el aire sucio acaricia su oído, haciendo estremecerse. YoungWoon ríe, enfermo.
"Ahora, puedo desencajar fácilmente su cuello, así sería incapaz de volver a hablar ¿Por qué no evitan una masacre, sueltan sus armas y luego tal vez, podamos negociar de forma fácil y agradable?”.
A regaña dientes, Luhan tira su arma a unos metros de distancia. La metálica puerta del garaje se abre. El aliento de Sehun tartamudea mientras sus ojos se fijan en una figura encapuchada entre las sombras. Recuerda la primera vez que lo vio, elegante, perezoso, haciendo movimientos cautelosos a su alrededor. Jongin se acercó a la luz con una mirada de furia e ira. Su labio está amoratado, casi hinchado. Aparte de eso, parece estar bien. Sehun quiere gritar, correr hacia él y envolverlo en un fuerte abrazo. Pero su posición actual no le permite intentar un sólo movimiento.
El arma de Jongin todavía se agarra firmemente en sus manos. YoungWoon aprieta con fuerzo el cuello de Sehun, quien deja escapar un grito ahogado. "Baja el arma, muchacho o me aseguraré de que Sehun se ahogue aquí, hasta que muera. Aunque es una lástima", suspira fingiendo un leve malestar. "siempre he querido que se ahogue en mi polla."
Los ojos de Jongin se estrechan, sus nudillos se vuelven blancos mientras aprieta con fuerza la pistola en su mano. Su mirada se enfoca en Sehun, cargado de disculpa y algo más, algo que se asemeja a la determinación. La misma mirada que tenía cuando él se entregó. Sabe lo que Jongin tiene en mente y asiente levemente, con un pequeño guiño. El destello de una sonrisa brilla en los labios de Jongin antes de apuntar su arma a Youngwoon.
El hombre parpadea sorprendido. “Oh. Parece que el niño de tus ojos junto a mí, no es tan preciado como pensaba"
Sehun traga una bocanada de aire y golpea su codo derecho en el estómago del hombre, antes de dirigirlo hacia su ingle en un rápido movimiento. Youngwoon jadea adolorido, soltando a Sehun, quien aprovecha la oportunidad y escapa. Hay tres fuertes explosiones y el sonido de un cuerpo cayendo al suelo.
Lu Han grita de felicidad, corriendo hacia Sehun abrazándolo y Sehun puede sentir el estruendo de los latidos de su corazón contra su pecho. Cuando Lu Han lo deja ir, hay una sonrisa en su rostro.
"¡Me asustaste hasta la muerte! pero que recordé que Zitao no te había dejado sin antes enseñarte a defenderte" Él reía pero sonaba más como un jadeo de alivio y tranquilidad.
Sehun asiente, sintiéndose un poco drenado. Sus miembros están extrañamente entumecidos y flexiona los dedos, pero la adrenalina se apodera de sus sentidos, cegándolo de las demás sensaciones. Es ahí cuando entonces oye su nombre siendo llamado, pronunciado en voz tan baja que puede ser confundido con los susurros de los vientos fríos de enero. Se da la vuelta y Jongin está de pie cerca, la distancia entre ellos se puede cruzar en un paso.
Sus mejillas enrojecieron, su cabello era un desastre. Muerde su labio inferior para evitar que un grito de alivio salga. Pero entonces su mano se extiende hacia adelante y la palma está en contra de la piel cálida de Jongin, las puntas de sus dedos trazando la fuerte pendiente de su mandíbula y la luz ilumina el moretón en el labio de Jongin.
Un fuerte brazo lo acerca con brusquedad hasta que su rostro choca contra el fuerte pecho de Jongin. Las tibias lágrimas comienzan a correr por su mejilla y logra esconder su cara en la clavícula de Jongin, respirando el olor familiar que le recuerda a casa. No está seguro si la sensación es tan real que surge en su interior y puede llamarlo felicidad o amor o alivio. Puede ser que sea una mezcla de todo, de cada cosa que Jongin hace que lo deja débil. Escucha entre susurros cuando le dice "Estoy tan contento de que estés bien."
"Eres un maldito idiota” Sehun responde y el pecho de Jongin resuena de risa.
"Lo sé. Lo sé”.
Y luego, Sehun por fin murmura, "Te amo.."
Jongin besa la parte superior de su cabeza, con la nariz enterrada en sus hebras grises enmarañadas. "Yo también te amo."
Y es así como pasa. Como si lo hubieran sabido desde siempre, solo que las palabras fueron tardías aunque se sentían tan bien siendo escuchadas desde de la propia boca de Sehun.
"Hora de irnos, tortolitos" Lu Han grita. "¡Salgamos de este infierno de una buena vez!"
Ambos se separan y a Sehun le duele, porque desearía estar siempre pegado a Jongin, tenerlo como una presencia constante junto a él, para asegurarse de que no es sólo un cruel engaño creado por la falsedad y la desesperación. Así que entrelaza sus dedos, apretando fuerte, únicamente para sentir la sangre bombeando bajo la gruesa capa de piel y venas.
Jongin mirar sus manos juntas y frunce el ceño con confusión
"Muéstrame tu mano izquierda, Sehun."
Tan pronto como Sehun revela el reloj, Jongin jadea. "¡Mierda!"
Los dígitos verdes son todos ceros excepto los dos últimos dígitos, con los números 1 y 0 respectivamente. El Tic Tac, los números disminuyendo constantes, ahora un luminoso 9 se dibuja en su brazo. Jongin maldice, lleno de pánico con sus ojos brillan fijos en el reloj de Sehun.
Sehun siente el golpe de su corazón con fuerza contra sus costillas, cada respiración que inhala es un segundo que se desvanece y está muriendo, cada vez siente más lejos del tictac de su propio reloj. Se da cuenta que la muerte puede encontrarse tan fácilmente. Así como un viejo amigo con el que estas familiarizado, pero con el que nunca pensaste tener contacto y un día, aparece en tu vida como si nada, se pega tanto a ti que puedes sentir su presencia en cada rincón, en cada calle por la que vas.
Sehun siente como la mano de Jongin se aferra a su muñeca, apretando sus dedos alrededor de ella tan fuerte como para dejar moretones. Jongin junta sus muñecas justo cuando el tiempo avanza inexorablemente a su último segundo, los ceros parpadean ganando impulso y aumentando en la velocidad como el inicio de una fuerte lluvia que procede a dar inicio una ligera llovizna. Jongin masajea la cara de Sehun con la palma de la mano, secando sus discretas lágrimas, una risa de satisfacción escapa de su garganta.
Suena ahogado, roto.
Finalmente deja el brazo de Sehun y Sehun se resiste a mirar el reloj. No quiere saber cuánto tiempo Jongin le regaló.
"No lo puedo creer, Sehun de mierda."
"Lo siento." Sehun dice y suena honesto.
En la prisa de escapar, la desesperación del cegamiento y las inhalaciones rápidas de cada respiración, se olvidó de su tiempo robado. Y no lo habría recordado sino hasta que hubiera sido demasiado tarde, justo cuando su corazón diera el último golpe en seco. Sehun habría estado tumbado, muerto, un bulto más en el mundo si Jongin no lo hubiera notado.
"¿Qué pasó?" Lu Han corre hacia ellos, con una mirada salvaje en el rostro.
Sehun se encoge de hombros. "Uno de los secuaces robó la mayor parte de mi tiempo. Me dejaron con treinta minutos, y yo - me olvidé de ello", admite a regañadientes.
"¿Qué lo olvidaste, dices?" Lu Han repite, con la mandíbula en el suelo. Mira hacia Jongin, buscando respuestas "¿Qué has hecho con él?"
Una gran sonrisa se dibuja en el rostro de Sehun, amplia y luminosa. Agarra la mano de Jongin. La calidez del tiempo prolongado de Jongin. Un tiempo del hombre, que hizo revolotear y cantar el pulso en su interior.
"Me dio una vida que vale la pena gastar a cada minuto."
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