Las alas de un esclavo (Destiel) 02/20 [Fanfiction]

Dec 10, 2012 00:30

Título: Las alas de un esclavo.
Autor: yukojudithzz
Spoilers: Hasta la 6 temporada, principalmente por los personajes pero no creo que se desvele ningún detalle importante.
Rating:NC-17
Warnings: AU/AR
Fandom: SPN (Supernatural)
Pairing: Dean/Castiel (Destiel)
Summary:Dean nunca estuvo seguro de la existencia de los ángeles y ser comprado por uno era lo último que esperaba, después de conocer a su amo quizás cambie su opinión sobre esos seres. O quizás no.
Disclaimer: No son míos y no gano nada con ellos.
Notas: La historia mejora en el tercer capítulo.
Capítulo 1.

Capítulo 02

Antes de que Dean fuese consciente, las cadenas de sus muñecas habían desaparecido y la mano firme del ángel aprisionó su brazo instándole a que abandonase la tarima central. El ángel ordenó a su subordinado, que había pasado totalmente desapercibido entre la multitud, que se ocupase de arreglar los papeles de la compra. Aquel era un hombre apocado, con unos ojos similares a los del ángel y el humano se preguntó si les unía algún tipo de parentesco. Todavía algo confundido por toda aquella situación Dean salió de allí, con la mano del ángel fuertemente apresando su bíceps. Sintió el aire frío de la calle y eso le despejó un poco, ya era de noche, ni siquiera sabía cuanto tiempo había pasado desde que les habían capturado, podría asegurar que no había pasado más de un día. Se pararon en medio de la calle, no había ni un alma alrededor, literalmente, a no ser que los ángeles tuvieran alma, cosa de la que no estaba demasiado convencido.
-Has tenido suerte de que Castiel te sacase de allí.- la voz del hombrecillo le sacó de su ensimismamiento.- Dios sabe lo que hubiesen hecho contigo esos demonios si te hubiesen puesto las manos encima.-
¿Debía agradecer el haber sido comprado por un ángel? Él no estaba seguro. Las historias que había escuchado sobre los ángeles no eran precisamente cuentos de hadas, muchos los pintaban como criaturas capaces de cualquier cosa por el bien común aunque eso supusiese sacrificar las vidas de unos cuantos. No sabía si era peor un demonio que mataba por el placer de hacerlo o un ángel que lo hacía como el que se quita una mota de polvo de la chaqueta del esmoquin, simplemente porque no le parecía estético.
-Vámonos a casa Chuck, hay mucho que hacer.- Dean sintió como la presión de su brazo desaparecía y se asustó al ver dos dedos frente a su cara, como acto reflejo dio un paso hacia atrás evitando que aquella mano le tocase.- No te preocupes, no te va a doler.- dijo el ángel antes de posar aquellos delicados dedos sobre su frente y desaparecer ante sus ojos como lo estaba haciendo el resto del mundo a su alrededor, como lo estaba haciendo él mismo.
Cuando pudo volver a abrirlos estaba de nuevo frente al mismo ángel, quien apartaba la mano lentamente, mirándole curioso. Miró a su alrededor y pudo ver una habitación cuyas paredes eran de un color crema, había columnas blancas que Dean hubiera jurado eran de estilo jónico, puede que provenientes del mismísimo siglo VI a.C. aunque la arquitectura no era su punto fuerte. No era muy normal que los humanos, en la situación en la que estaban, supiesen demasiado de nada, la mayoría no sabían ni leer ni escribir, ya se sabía que era más fácil dominar a un pueblo ignorante, además los esclavos no tenían el privilegio de la enseñanza. Por suerte John, su padre, se había ocupado de hacer que sus hijos no fuesen un par de cabezas huecas sin ningún tipo de conocimiento, era cierto que Sam era el más listo de los dos, o al menos eso había creído siempre Dean, pero por lo menos él sabía lo necesario para sobrevivir y gracias al empeño de su padre y hermano, muchas otras cosas a las que en ese momento no le veía más utilidad que el de poder decirle a su amo toda una serie de detalles sobre unas columnas que el mismo ángel habría visto como se construían siglos atrás.
-¿Te encuentras bien?- el otro ángel, Chuck, movió la mano ante los ojos de Dean intentando traerle de nuevo a la realidad. Seguro que los golpes en la cabeza no le estaban ayudando a centrarse.
-¿Porqué no vas a traerle algo de comer, Chuck? Mientras tanto yo voy a examinarle. No tiene muy buena pinta.- De nuevo el ángel le agarró del brazo, Dean le siguió hasta un diván blanco de líneas redondeadas, con cojines cilíndricos y que le parecía sacado de una película. Aún recordaba cómo cuando eran pequeños se colaban en casas abandonadas y veían películas de otra época en televisores de otros tiempos.- Túmbate ahí por favor.- Dean obedeció algo desconfiado, no le apetecía que un ángel comenzase a tocarle, pero no lo hizo, puso las manos a un palmo de su pecho y al humano le pareció que brillaban como si saliese energía de ellas, cosa bastante probable.- Sólo tienes rasguños, por suerte eres fuerte.- Las manos se movieron hasta estar frente a su cara, sintiendo el calor que desprendían.- No tienes contusiones pero estas bastante aturdido.- Aquel calor de pronto se extendió por todo su cuerpo y el dolor al que se había acostumbrado desapareció de repente. Las manos del ángel ya no refulgían y Dean sintió como esta vez si tocaban su cara y sus dedos se entrelazaban entre su pelo.- ¿Te encuentras bien? Puedes incorporarte.- aquella mano abandonó su pelo y le ayudó a sentarse en el diván.- ¿Te encuentras bien?- volvió a preguntar. Dean asintió mirando a aquellos ojos azules. - Soy Castiel.- dijo el ángel y después señaló tras él a la mesa de mármol que había en la sala, donde el otro ángel se encargaba de llenarla de comida.- Él es Chuck.-
-Sois ángeles...- murmuró Dean mirando la comida sin pestañear.
-Bueno, técnicamente...él es un arcángel.- dijo Chuck desde la distancia.- Y yo soy un querubín.- Dean imaginó a los típicos niños rubios, de pelo rizado, rechonchos con alas y pañales. El querubín parecía haber adivinado sus pensamientos por el gesto de su cara ya que rió y contestó.- No ese tipo de querubín, soy un ángel menor.- Dean volvió a asentir.
-Ven, porqué no te aseas, te das una buena ducha, te cambias de ropa y luego comes un poco.- el ángel le guió hasta el cuarto de baño, una gran bañera en forma rectangular ocupaba la mitad del suelo. Dean se paró frente a la pila, se miró en el espejo y tembló al ver su cara. Nunca se había visto tan mal y de no ser porque él nunca lloraba hubiese jurado que lo que rodaba ahora mismo por su mejilla era una lágrima.

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Sentado a la mesa con un ángel frente a él que lo único que hacía era mirarle sin mediar palabra no era la situación más cómoda en la que Dean se había encontrado, pero tampoco era la más incómoda teniendo en cuenta que había estado a punto de morir varias veces a manos de criaturas sobrenaturales. El hombre masticaba un pedazo de carne, la más tierna que había probado nunca, y bebía a sorbos de una copa de cristal lo que sin duda era vino de la mejor calidad.
-Intenta no atragantarte.- la voz del ángel no poseía ni un atisbo de humor por lo que Dean pensó que quizás los ángeles no tenían sentimientos.- Normalmente libero a mis esclavos nada más llegar a casa. De hecho lo tenía preparado todo para liberarte a ti y a tu hermano.- Dean casi se atraganta al escuchar aquello. ¿Su hermano? ¿Liberación? ¿Acaso el ángel pretendía liberarle, así, sin más? ¿Sabía dónde estaba Sam? Tosiendo sin apartar la vista del ángel Dean creyó ver una pequeña sonrisa triste asomar en la comisura de los labios de Castiel.- Por desgracia creo que no será posible. Cuando vi cómo actuaban aquellos demonios al escuchar tu nombre, supe que era demasiado peligroso.-
-¿Dónde está mi hermano?- Dean habló sin pensar. El ángel movió la cabeza negando.
-No lo sé, creí que estaría contigo pero debieron llevarlo a otra subasta o quizás algún particular con contactos se encaprichó de él. Hay demasiadas posibilidades.- El ángel suspiró cansado. Dean se levantó de golpe y puso las manos con fuerza sobre la mesa.
-Quiero ver a mi hermano.- dijo nervioso. El ángel se levantó y posó sus manos en los hombros del humano y le hizo sentarse de nuevo.
-Cálmate Dean. No sé dónde está tu hermano. Y ahora mismo creo que de quien tienes que preocuparte es de ti.- ¿De él? Dean estaba sentado frente a una mesa llena de comida, después de haber tomado un baño relajante y con ropa que podría valer cientos de talentos, ¿de verdad debía preocuparse cuando su hermano podía estar siendo torturado por seres del inframundo? ¿Era una amenaza quizás? Dean se tensó y estuvo a punto de replicar a su amo cuando una mano volvió a entrelazarse en su pelo, haciendo movimientos circulares y calmándole un poco. Dean no se había dado cuenta de que ahora el ángel estaba agachado junto a él.- No puedo liberarte Dean, no me gusta tener esclavos. Nunca he tenido uno realmente. Lo más parecido es Chuck, pero él cobra por ayudarme y además lo hace gustoso.- dijo en un intento de broma, o eso creyó el hombre.
-No soy un niño que necesite consuelo.- replicó apartando bruscamente la mano del ángel quien se levantó y le miró severo.
-A mí me lo pareces.- caminó alrededor de la mesa y volvió a sentarse de nuevo en su silla, Dean no volvió a probar bocado.- Si vas a ser mi esclavo hay cosas que debes saber...-
-Libérame.- exigió mirando con rebeldía a su amo.
-¿Es una orden?- la voz del ángel era dura y a Dean le erizó el vello.
-Necesito encontrar a mi hermano.- el humano no bajó la vista pero el tono de su voz era menos insurgente.
- ¿Y puedo saber como vas a hacerlo? No conoces a nadie, no sabes dónde puede estar tu hermano, en cuanto pongas un pie en la calle tendrás a miles de demonios peleándose por arrancarte la piel a tiras.- cada palabra que el ángel pronunciaba era más severa y grave.- No puedes hacerlo Dean. Al menos no solo.-
-¿Puedes ayudarme?- Dean no pretendía que su voz fuese apenas un susurro y se maldijo al escuchar como salía de su boca.
-No puedo Dean.- estuvo tentado de preguntarle si realmente no podía o simplemente no quería pero el ángel no le dio tiempo de abrir la boca.- Si te libero, tengas o no mi ayuda, no creo que vivas para encontrar a tu hermano. ¿Sabes cual es la multa por matar a un liberto?- Dean no contestó.- Cincuenta talentos. ¿Y la pena por dañar las propiedades ajenas?- esta vez Dean negó.- En esta sociedad se valora más lo que posees que a los humanos. Vosotros no sois nada para la mayoría de seres, menos que los animales. Las propiedades son más valiosas, si otro ángel dañase de alguna forma mi casa yo tendría derecho a una compensación económica que cubriese los desperfectos y si el daño fuese muy grabe podría expropiarle. Si fuese un ser menor, un duende quizás, incluso tendría derecho a infligirle yo mismo un castigo físico.- Dean tragó con dificultad ante la frialdad del ángel.- Si alguien daña a mi esclavo puedo pedir lo mismo Dean, si alguien te matase mientras fueses mi esclavo la vida de tu asesino estaría en mis manos. ¿Lo entiendes Dean? Libre no vales nada en esta sociedad, libre no puedo ayudarte, no puedo cuidar de ti...-
-¡No necesito que cuides de mí!- Dean alzó la voz y se levantó de golpe de su asiento, el ángel le imitó.
-Claro que lo necesitas, necesitas estar vivo para encontrar a tu hermano.- Dean desvió la mirada pero siguió de pie frente al ángel.- Si dependiese de mí te dejaría ir, si fueses como los otros a los que he liberado, pero eres diferente, tú, tu hermano, tu padre... vosotros sois los cazadores Dean. Se cuentan historias de vosotros y muchas criaturas os temen tanto como os odian. No sólo los demonios se mueren por arrancarte la cabeza, conozco a algunos ángeles que venderían sus alas por ponerte las manos encima.- Dean volvió a mirarle. Así que las historias que contaban sobre los ángeles sí eran ciertas, eran unos capullos con alas.- ¿Lo entiendes Dean?- aunque quizás no todos. - Si de verdad es lo que quieres te liberaré, pero entonces olvídate de encontrar a tu hermano.- Dean se sentó en la silla, cansado.
-Lo entiendo.- ¿Estaría aquel ángel jugando con su cabeza? Quizás lo único que quería es que Dean consintiese su esclavitud, que le pusiese las cosas fáciles. Pero ahora era lo más cerca de su hermano que iba a estar.- De acuerdo.-
-De acuerdo.- repitió el dueño de aquellos ojos azules fríos como el acero.- Hay algunas cosas básicas que debes saber, después de que nos hayamos asegurado de que las has entendido todas podrás irte a dormir. Ha sido un día duro para ti. Demasiado duro para cualquier humano.- Dean asintió y tomó un sorbo del vaso de agua que tenía junto a la copa.- Lo primero que debes saber es que nunca debes mirar a los ojos a cualquiera que no sea un esclavo, suele ser una ofensa aguantar la mirada, creo que tendrás problemas con eso.- Dean dejó escapar un bufido.- Nunca hables a no ser que te lo ordenen y cuando lo hagas dirígete con respeto y hablando siempre de usted. Nunca cuestionarás las decisiones de tu amo y harás todo lo que te ordene. No comerás nunca en la misma mesa que tu amo. Vestirás siempre las ropas de esclavo y estas tendrán que estar en perfectas condiciones en todo momento, no importa lo que estés haciendo. Si incumples alguna de esas cosas se te castigará físicamente.- Puede que Dean no hubiese tenido tanta suerte al fin y al cabo.- No es algo que quiera hacer pero debes entender que puede que me vea obligado por tus actos a castigarte delante de mis semejantes. Espero que no sea así, nunca me ha gustado tener que levantarle la mano a un humano.- El ángel se mantuvo en silencio durante unos instantes, después continuó.- Supongo que no es necesario decir que puedes olvidarte de todo eso cuando estemos los dos solos o con Chuck. No es necesario fingir que eres mi esclavo aquí, porque aunque ante la ley y ante los ojos de los demás lo seas, para mí ningún hombre es esclavo de nadie más que de si mismo.- Dean le miró, ahora su voz había sonado mucho menos severa, más, Dean no se atrevería a decir dulce, pero quizás era un buen adjetivo.- Hay algunas cosas más que debes saber pero no son tan importantes, pueden esperar a mañana.- Castiel se levantó y rodeó la mesa.- Una última cosa… es muy probable que no te guste. Levántate.- Dean hizo lo que le mandaban no sin soltar un gruñido.- Si vas a ser mi esclavo debes tener mi marca, es la única forma de que la gente sepa que me perteneces.-
-¿Qué marca?- el ángel no dijo nada.
-Quítate la camiseta por favor, no voy a mentirte, esto te va a doler.-
CONTINUARÁ
Capítulo 03.

fanwork: fanfic, pairing: destiel, fandom: spn, title: las alas de un esclavo

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