Título: Las alas de un esclavo.
Autor:
yukojudithzzSpoilers: Hasta la 6 temporada, principalmente por los personajes pero no creo que se desvele ningún detalle importante.
Rating:NC-17
Warnings: AU/AR
Fandom: SPN (Supernatural)
Pairing: Dean/Castiel (Destiel)
Summary: Castiel cree que necesitan el Colt para acabar con los seres que tienen a Sam, pero para eso necesitan la ayuda de algunos viejos amigos.
Disclaimer: No son míos y no gano nada con ellos.
Notas: Supongo que no había subido estos capítulos porque no tuve tiempo, porque hace ya unos meses que los subí en fanfiction pero quizás es porque mi lj lo tengo un poco olvidado.
Capítulo 11. Capítulo 12.
Cuando se despertó aquella mañana Dean era totalmente consciente de lo estúpido que había sido. Había puesto en peligro a todo el mundo, incluso a su hermano, si aquellos demonios sabían que Dean intentaba rescatarle quien sabe qué podrían hacerle a Sammy. No tenían nada y todo era por su culpa, por actuar a base de impulsos sin pensar antes en las consecuencias ni escuchar al ángel. Castiel; el humano sabía que se merecía una verdadera disculpa pero aún estando arrepentido Dean no se veía capaz de hacerlo. Se levantó de la cama más temprano de lo habitual y aún con su pijama se encaminó a la cocina, sorprendiéndose al ver a tres personas en la sala de estar, cuchicheando en un idioma que Dean apenas comprendía. Se quedó allí parado, observando a aquellos tres seres sobrenaturales, pasando su mano por aquel desordenado pelo mientras sus ojos aún adormilados intentaban discernir qué estaba pasando frente a él. Los tres hombres, sentados en la mesa, se giraron al unísono al advertir la presencia del humano.
-Buenos días Dean.- la voz profunda de Castiel hizo que un desagradable hormigueo le recorriese la espalda, el ángel aún seguía enfadado.
-Buenos días…- farfulló con la voz adormilada, rasgándole la garganta cuando pasaba por ella. Chuck le miraba con aquellos ojos azules de mirada triste y le sonreía con condescendencia.- ¿Quién es ese?- preguntó malhumorado olvidando totalmente su condición de esclavo.
-Tu amiguito necesita modales Cas, quizás quiere que le des unos azotes.- dijo el desconocido poniéndose de pie y acercándose al humano para estrecharle la mano con una sonrisa pícara en el rostro.
-Es mi hermano, Gabriel.- Cas ignoró las palabras con doble sentido del otro ángel y se limitó a mirar como ambos hombres interactuaban.
-Exacto, Gabriel, el arcángel, supongo que habrás oído hablar de mí.- después de soltar la mano del humano Gabriel se quedó mirándole esperando una respuesta.
-Tío, mi cerebro aún está despertándose, no me acordaría de ti ni aunque fueses la tía que me he estado tirando cada día durante el último mes.- Gabriel sonrió pero Castiel arrugó la frente con desagrado. Percatándose de su error Dean intentó enmendarlo.- No quiero decir que me haya estado tirando a nadie, porque no lo he hecho, simplemente, uh… era un ejemplo.-
-Dean, debes mostrarle más respeto a Gabriel, tienes suerte de que él sea uno de los nuestros.- El ángel se levantó y se acercó hasta el humano agarrándole del brazo y llevándole hasta la cocina.- Debes tener más cuidado, si hubiese sido otra persona probablemente habría tenido que matarte por tu actitud insolente.- Dean gruñó como un animal y Gabriel dejó escapar una carcajada.
-Vamos Cas, dale un poco de margen al chico.- el arcángel se sentó de nuevo en la mesa junto a Chuck y compartió una sonrisa cómplice con él mientras los otros dos hombres desaparecían por la puerta de la cocina.
-Vale, ya lo he captado.- dijo Dean zafándose del agarre de su amo y caminando hasta la nevera.- No tengo superpoderes de adivinación, ¿cómo voy a saber que tenemos visita sin que tú me avises?- abrió la nevera y sacó la leche.- ¿Y qué se supone que hace ese tipo aquí?- sacó una taza de uno de los estantes y la llenó con la leche, metiéndola después en el microondas, le alegraba saber que aquel aparato aún seguía formando parte de la sociedad, Dean no se veía capaz de sobrevivir sin uno de aquellos.
-Nos está ayudando.- la voz de Castiel seguía sonando enfadada y por la mirada que le estaba dirigiendo al humano Dean sabía que no debía tentar demasiado a su suerte, pero hubiese dejado de ser él mismo si no lo hiciera.
-¿Con Sammy?- el electrodoméstico pitó y Dean sacó su taza, dejándola sobre la encimera mientras buscaba el bote de cacao en polvo.- ¿Porqué no pones un anuncio en el periódico? O mejor, publícalo en tu blog, angelbocazas punto com.- Dean echaba de menos tener acceso a internet y a la gran cantidad de páginas "educativas" que solía tener a su alcance.
-Él puede ayudarnos Dean.- el ángel avanzó amenazante hasta el humano, ajeno a la acción mientras añadía un par de cucharadas rebosantes de cacao a su bebida caliente.- Después del fiasco de anoche es nuestro último recurso.- Dean sintió un punzada de dolor en el pecho.
-No es necesario que vuelvas a recordarme lo de anoche. Pasemos página, la cagué, punto.- dio un sorbo de su chocolate caliente y se apoyó en la encimera mientras observaba al ángel quien se encontraba demasiado cerca.- ¿Te importa?- preguntó haciendo un gesto para que se apartase. Castiel dio un paso hacia atrás sin entender demasiado porqué.- ¿Cómo va a ayudarnos tu hermano y porqué no lo ha hecho antes?-
-Gabriel trabaja de incógnito, es peligroso para él, por eso no he querido pedirle ayuda hasta que ha sido estrictamente necesario. Además, ahora sabemos dónde y con quien estaba Samuel, lo cual facilitará el trabajo de mi hermano.-Dean dio otro trago de su bebida y tamborileó los dedos contra la taza.
-¿Seguro que es de fiar?- Castiel ignoró la pregunta y cruzó sus brazos sobre su pecho, mirando desafiante al humano.- Vale, sólo era una pregunta. ¿Vas a contarme algo más o voy a tener que escuchar detrás de la puerta?- el ángel simplemente desapareció de allí dejando al humano solo en la cocina.- Supongo que esa es tu respuesta.- murmuró mientras volvía al comedor, sus pies descalzos caminaban sobre el frío suelo con lentitud. Los tres ángeles volvían a estar sentados frente a la mesa y Dean decidió unirse a ellos, dejando su taza de cacao frente a una gran pila de documentos.
-Ten cuidado con eso Dean.- el humano estaba cansado de la actitud que el ángel tenía con él desde que decidió entrar en el edificio para salvar a su hermano. Apartó la taza lo suficiente y observó como los ángeles intercambiaban miradas nerviosas.
-¿Y cual es tu papel en esta función Gabriel?- Dean jugueteaba con el asa de la taza mientras el arcángel sonreía.
-Llámame Gabe y no creo que sea prudente contarte cual es el plan. No te lo tomes a mal chico, si fuese por mí te contaría encantado todos los detalles pero Cas aquí presente cree que volverás a hacer algo estúpido.- señaló a su hermano con un dedo acusador y se encogió de hombros.- Deano, me has caído bien así que procuraré que sigas vivo si eso es lo que mi hermano quiere.- El humano resopló y puso los ojos en blanco.
-Me encanta que en esta casa se me trate como a un idiota sin cerebro.-
-Parece ser que es lo que has demostrado.- Gabe seguía sonriendo y eso le ponía algo nervioso.- Vamos, no te lo tomes a mal.- el ángel le dio una palmada en la espalda y se levantó de su asiento.- Chuck.- dijo simplemente al querubín a su lado, quien se levantó y comenzó a recoger todas las cosas de la mesa.- Te mantendré informado Castiel.- dijo instantes antes de desaparecer seguido de Chuck, dejando de nuevo a los dos hombres solos en aquella sala.
-Termina eso y vístete, nos vamos.- Dean tomó la taza y se terminó el contenido de un sólo sorbo.-¿A no ser que prefieras que te deje aquí?- Dean negó vehementemente y corrió a la cocina a dejar la taza.
-¿Puedo saber a dónde vamos?- se encerró en el cuarto de baño dónde se aseó rápidamente, no quería perder el tiempo.
-Vamos a visitar a un amigo, de momento es todo lo que necesitas saber.- el ángel apareció dentro del lavabo con las ropas del humano en sus brazos.
-¡Joder! ¿Un poco de intimidad?- el ángel no se movió así que Dean suspiró resignado y comenzó a desvestirse, viendo como Castiel desviaba la mirada y se sonrojaba levemente.-Tendremos que pasar por una gasolinera para repostar.- dijo mientras se ponía unos calzoncillos limpios, intentando no caerse al suelo.
-N-no vamos a ir en coche Dean, tardaríamos horas en llegar y no tenemos tiempo que perder.- Dean no estaba muy contento, aquella forma de viajar no era su favorita pero decidió que lo mejor era no replicar más y simplemente terminar de vestirse.
Diez minutos más tarde Dean y Castiel estaban frente a una casa en medio de un cementerio de coches, gran cantidad de chatarra destartalada les rodeaba y la edificación que había allí no estaba en mejores condiciones. El ángel golpeó la puerta con delicadeza con sus blancos nudillos y esperó hasta que se escucharon los pasos de un hombre caminar sobre las desvencijadas tablas de madera, entonces dio un par de pasos atrás y ladeó la cabeza, Dean le miró confundido hasta que el sonido de la puerta al abrirse captó toda su atención. Un hombre con barba y una gorra de béisbol que había visto mejores tiempos apareció frente a ellos y se quedó mirando a ambos hombres mientras les apuntaba con una recortada. Castiel dio un paso frente a Dean y apartó el arma con delicadeza.
-Hola Bobby.- el ángel esperó hasta que finalmente en el rostro del humano se dibujó una sonrisa.
-Castiel, viejo amigo, ¿no te tengo dicho que me llames antes de venir de visita?- dijo dejando la escopeta junto al marco de la puerta y agarrando al ángel por la gabardina para abrazarle de forma paternal.
-Lo hice, llamé a las cuatro de la mañana pero no cogías el teléfono.- Castiel le devolvió el abrazo torpemente mientras Dean veía como el otro humano dejaba los ojos en blanco y agitaba levemente la cabeza.
-¿Qué persona normal de mi edad está despierta a las cuatro de la mañana?- dijo el hombre separándose y apoyando una mano sobre la puerta mientras el ángel se encogía de hombros.- ¿Y quién es el guapito de cara que te acompaña?- señaló a Dean con un gesto de cabeza.
-Es Dean mi… esclavo, Dean Winchester.- Bobby se tensó al escuchar aquel nombre, hacía muchos años que él era libre y vivía dentro de la legalidad pero antes de todo aquello aquel nombre le había sido muy familiar. Después de unos segundos que parecieron eternos Dean caminó hasta el otro humano y le estrechó la mano, Bobby la aceptó y la apretó con fuerza observando los ojos de aquel chico con algo de nostalgia.
-Winchester…- pronunció apenas en un susurro.-… yo conocí a tus padres, chico. John y Mary, grandes cazadores y mejores personas, siento mucho tu pérdida.- Dean volvió a sentir aquella punzada en el pecho, aquella que le causaba dolor y le hacía sentir culpable.
-¿Cazadores?- preguntó dejando caer su mano. Nunca había oído nada acerca de su madre siendo cazadora.- ¿Los dos?- Castiel paseó su mirada por ambos humanos algo incómodo.
-Sí chico, tu madre provenía de una familia de cazadores, pero no creo que este sea el momento para rememorar viejos tiempos, supongo que algo importante os ha traído hasta aquí.- Bobby caminó hasta el interior de la casa, siendo seguido del ángel y el otro humano quien cerró la puerta principal tras de sí, Dean se sorprendía de que aquella casa se mantuviese en pie.- Disculpad el desorden, no tengo muchas visitas.- las habitaciones estaban llenas de pilas de libros, cada pieza de mobiliario acumulando polvo y años, parecían no haber sido movidos en siglos. Llegaron hasta una sala con un escritorio y algunas sillas, una chimenea crepitaba detrás. El hombre se sentó en una gran butaca con orejas y les indicó a ambos que le acompañasen en las destartaladas sillas de madera.
-Necesitamos información sobre el Colt.- Bobby alzó la ceja y miró a Castiel con algo de sorpresa.- Tenemos demonios que matar.- completó con simplicidad.
-Chico, eres un arcángel, no necesitas el Colt para matar demonios.- Bobby rebuscó entre el cúmulo de libros que tenía sobre la mesa mientras Dean observaba a ambos totalmente perdido.
-Dean necesita protección, tenemos un cuchillo pero el Colt sería mucho más seguro y eficaz.- Bobby tomó un gran volumen y lo abrió por una página al azar.
-No me estás contando toda la verdad Castiel.- dijo pasando con lentitud las páginas amarillentas por el paso inexorable de los años. Bobby sabía muy bien que Castiel pretendía algo más con la obtención del Colt.- ¿Es para tu hermano quizás?-
-Puede ser, todavía no estamos seguros de que él este metido en esto.- Dean sentía que se estaba perdiendo algo. ¿Para qué necesitaba Gabriel un Colt? ¿Acaso era aquel hombre de sonrisa amigable quién estaba detrás de la desaparición de su hermano? El humano no entendía nada ahora mismo, su mente era un hervidero que trataba de poner orden a todas aquellas frases a medias que los dos hombres frente a él intercambiaban, ¿hasta dónde sabía Bobby de toda aquella historia?
-Sabes que el Colt no funcionará con él, otros lo han probado y han fracasado.-Bobby comenzó a seguir con la mirada las lineas de texto que adornaban las páginas que tenía frente a él.- Aquí lo dice bien claro Castiel.- giró el libro y se lo mostró al ángel quien frunció el ceño y negó con la cabeza, testarudo.
-Puede matar cualquier criatura Bobby y aunque no funcionase contra él, lo necesitamos para matarla a ella.-
-Si fuese así muchos ángeles estarían muertos pero tanto tú como yo sabemos que sólo hay contadas formas de mataros y el Colt no está entre ellas.- Dean no podía soportar más y finalmente abrió la boca, cansado de observar.
-¿Puede alguien explicarme qué coño está pasando aquí? ¿Qué es eso del Colt? ¿Y que tiene que ver Gabe con todo esto?- Dean miró al ángel demandante.
-Sabes lo que tienes que saber Dean, ni más ni menos.- el humano comenzaba a ponerse rojo de furia, odiaba que le tratase como a un inútil.
-No me vengas con gilipolleces Cas.-
-Quizás el chico merezca saber algo Castiel.- intervino Bobby. Castiel le miró y asintió con resignación.- No tenemos mucho tiempo que perder así que voy a ser breve. Samuel Colt creó un revolver capaz de matar casi cualquier criatura mágica, tu angelito cree que puede matar ángeles con él pero yo creo que está equivocado.-
-¿Para qué quiere matar ángeles? Se supone que los demonios son los que tienen a Sammy.- Dean se levantó y cogió el libro que Bobby tenía en las manos, ojeándolo con curiosidad.
-Puede que haya un ángel detrás de todo, uno de mis hermanos, pero no es seguro, es sólo una intuición y puede que tengas razón Bobby, puede que el Colt no sirva, pero aún así creo que sería prudente hacerse con él, Crowley y me temo que Lilith están con Samuel.- Bobby se echó contra el respaldo de la butaca, su cabeza descansando mientras pensaba en si era prudente o no decirle al ángel el paradero del arma.
-¿Quién es Lilith?-Dean devolvió el libro a su lugar sobre la mesa mientras movía su pierna de forma nerviosa.
-Un demonio, peor que Crowley, es… podríamos decir que es el demonio primigenio.- A Dean eso le sonaba a chino, quizás debía haber prestado más atención a los últimos libros que el ángel le ordenó leer. Al notar la mirada casi simiesca en el rostro del humano Castiel aclaró.- Es el primer demonio creado, Dean.- omitió el resto de la historia, prefería no adelantarle que el padre de aquellos demonios era Lucifer, su hermano.
-¿Porqué no hablas con Miguel? Seguro que él os proporcionará ayuda.- Bobby cerró de nuevo el libro y se levantó de la butaca, acercándose a la chimenea para calentar sus manos.
-No quiero involucrarle en esto, el precio que tendría que pagar sería demasiado alto.- miró a Dean de soslayo quien no se percató de los ojos del ángel sobre él.- Gabriel nos está ayudando, lo único que necesito es que me des toda la información posible sobre el arma Bobby, por favor.- el humano se quitó la gorra y dejó escapar un suspiro que denotaba cansancio y resignación.
-Lo tiene Alastair.- Castiel se levantó de la silla abruptamente y Dean abrió la boca con con sorpresa.
-¿Estás seguro de eso Bobby?- el humano asintió sin mirar al ángel, dejando que sus ojos siguiesen el movimiento de las llamas en la llar.- Si es así será mejor que nos olvidemos del Colt.-
-¿Qué? ¡Hace un momento decías que era prácticamente imprescindible y ahora sin más dices que no lo necesitamos!- Dean dio un golpe con el puño sobre la mesa que sobresaltó un poco al ángel.- Si necesitamos ese revolver para rescatar a Sammy, conseguiremos ese revolver.-
-Bobby tiene razón, el Colt no puede matar ángeles y contra Lilith no será necesario, puede que yo sea capaz de matarla.-
-¿Puede?- Dean se levantó y empujó la silla de una patada a lo que Bobby gruñó.- Lo siento…- murmuró algo avergonzado.
-Es un demonio muy poderoso, no sé si seré capaz de acabar con él.- la tranquilidad con la que Castiel pronunciaba aquellas palabras hacía que Dean se pusiese aún más nervioso.
-¿Es que no tienes sangre en las venas?- increpó acercándose a él y golpeándole el pecho con la palma de su mano.- Dime Cas, esa Lilith, ¿podría matarte?- Bobby miró al ángel algo preocupado, él sabía cuan poderosa era Lilith y aunque poco probable era posible que acabase con el ángel si no era cuidadoso. Castiel no contestó inmediatamente, apartó la mirada y humedeció sus labios con la lengua.
-Podría matarme pero eso no pasará.-
-No, claro que no pasará, porqué conseguiremos el Colt y yo me encargaré de ella.-
-¿Y cómo vas a hacer eso Dean?- Castiel sabía perfectamente la respuesta a esa pregunta y esperó que Dean cambiase de opinión, pero sabía lo testarudo que era y tenía la certeza de que la decisión había sido tomada desde que el nombre del demonio abandonó los labios de Bobby.
-Alastair me quiere a mí. No podría ser más fácil, aceptas su oferta, me lleva a su casa, le mato y le robo el Colt. Como coser y cantar.-
-Eso es una locura chico, Alastair es un hijo de perra.- Bobby rodeó el escritorio y caminó hasta perderse en la cocina, volviendo al cabo de unos minutos con un par de cervezas en la mano.
-Estoy de acuerdo con Bobby.- el humano le ofreció una al ángel quien la rechazó pero Dean no hizo lo mismo, tomó la cerveza y dio un trago del frío líquido, Bobby hizo lo mismo con la que Cas había rehusado.
-Me importa una mierda. Sabes que voy a hacer esto Cas, así que en tus manos está el ayudarme o no.- Castiel se quedó pensativo por un momento, reflexionando sobre los pros y los contras.
-Si mi opinión sirve para algo diré que me parece una pésima idea digna de un idiota.- contribuyó Bobby dando otro sorbo de su cerveza.
-No es la única que ha tenido desde que le conozco.- dijo el ángel aún no demasiado seguro de qué hacer.- Si vas a hacerlo debemos buscar una forma segura Dean, ya escuchaste a Ruby y Meg, trata a los esclavos peor que animales, para él sois desechos que sólo le proporcionáis un servicio y luego debéis ser eliminados.- Dean sonrió aunque por dentro las palabras de su amo hacían mella en su espíritu, sólo esperaba salir vivo de allí, no le importaba nada más, las heridas podían curarse si aquello significaba volver a ver a Sammy.
-¿Es eso un sí?- Dean se sentó de nuevo en la silla, bebiendo de su cerveza y dejándola después sobre el escritorio.
-Sólo si Bobby nos ayuda a urdir un plan.- Dean sonrió ante las extrañas palabras del ángel y miró al otro humano con ojos de cachorro.
-Conmigo no funcionan esas tretas chico, os ayudaré por Castiel y por tus padres pero más te vale volver con vida o te patearé el culo tan fuerte que lo notarás el mes que viene.-
Se despertó en medio de la noche gritando sus nombres, hacía tiempo que aquellas pesadillas habían desaparecido pero quizás fue el extraño suceso de la noche anterior lo que atrajo de nuevo las caras de sus familiares. Aún estaba convencido de que había visto a Dean en aquel edificio, se apostaría el cuello, pero era imposible, su hermano estaba muerto, igual que su padre y su madre, toda su familia había desaparecido igual que un puñado de arena que el viento se lleva sin remordimientos. Y ahora estaba sólo, no importaba toda la gente que tenía a su alrededor, todos aquellos que intentaban darle ánimos, Sam estaba solo y no le quedaba más que la venganza, pero empezaba a tener dudas sobre el objeto de su ira, había cosas que no le cuadraban. Dejó sus pensamientos a un lado cuando los menudos pasos de una niña corrieron hasta su habitación seguidos de los de un adulto. Lilith encendió la luz de su cuarto y se lanzó sobre él abrazándole por el cuello.
-¿Estás bien Sammy? Te oí gritar.- La niña le miraba haciendo pucheros y Sam no pudo evitar sonreír y besar su frente.
-Sí, no es nada cariño, ha sido sólo una pesadilla.- Lucifer apartó a la niña con delicadeza dejándola en el suelo.
-Yo me encargo Lilith, tú vete a dormir, cualquier excusa es buena para estar despierta.- reprendió el ángel con delicadeza. La niña le sacó la lengua y después de besar al humano en la mejilla salió del cuarto con desgana.- ¿Estás bien Samuel?- Lucifer se sentó junto al muchacho y le acarició la cara con largos dedos casi etéreos. Sam asintió cerrando los ojos.
-Tan sólo ha sido un sueño, una pesadilla, estoy bien.- aseguró dejando que la mano de Lucifer se perdiese entre su pelo.
-Estoy seguro de que estos sueños desaparecerán cuando hayas vengado las muertes de tus seres queridos Sam, hasta entonces intenta descansar, yo velaré por ti.- Sam abrió la boca para replicar pero cuando los labios Lucifer se posaron delicadamente en su frente volvió a cerrarla sin que ningún sonido escapase de ella. Sam dejó escapar un suspiro que le trastornó momentáneamente hasta que Lucifer se apartó de él.- Duerme mi niño.- Sam asintió y se tumbó de nuevo en la cama, cerrando los ojos e intentando dormir con aquella desazón que no sólo la pesadilla, si no también Lucifer, había dejado en todo su ser.
CONTINUARÁ...
Capítulo 13.