Fandom: Naruto
Pairing | Género: Naruto/Sasuke | Angst.
Palabras: 1.671.
Rating | Advertencias: MA | Spoilers hasta el capi 495 del manga. Post-series.
Notas: Lo empecé a escribir la semana que salió el capi y lo he conseguido terminar ahora. Postearé rapidito las otras dos partes.
(
cap 1 |
cap 2 |
cap 3)
De lo oscuro
Capítulo 1.
La misión, originalmente, ni siquiera era complicada, no al menos para un ninja del nivel de Naruto. Desde la muerte de Madara, que trajo consigo la definitiva desaparición de Akatsuki, el nivel de delincuencia a manos de ninjas experimentados se había reducido drásticamente, bien porque los que formaban parte de la enmarañada red que ese grupo manejaba habían perdido la razón por la que luchar, o porque, una vez eliminada la distracción de un enemigo mayor, la mayoría eran atrapados fácilmente.
Así que para proteger a un Señor Feudal, a pesar de que la misión mantenía el rango A en Konoha, no hubiera sido necesario mandar a alguien con la capacidad de quien todavía se proclamaba futuro Hokage.
Sorprendentemente, él se había ofrecido con una insistencia casi sospechosa. Sobre todo porque desde que Sasuke volviera a la aldea (quien dice volver dice “ser traído a rastras”, claro), Naruto rara vez iba fuera del país sin refunfuñar y quejarse durante horas, días, o lo que durase el viaje. Tsunade había cedido porque había leído algo, una casi… desesperación por huir que no había sido capaz de enfrentar.
Además, si tenía problemas en su extraña relación con Sasuke, era preferible que se mantuvieran alejados un tiempo. La última vez había tenido que ir Kakashi, con un suspiro de padre resignado, a pararles antes de que destrozaran media aldea.
Pero ahora Tsunade está empezando a arrepentirse seriamente, porque Naruto ha vuelto, sí, pero lo ha hecho en camilla.
Todavía da las gracias a todas las deidades en las que nunca ha creído porque Naruto tuviera la fuerza suficiente para invocar a Gamatatsu y que éste les llevara a su posición. Según la información que ha reunido, el aspirante a Hokage se desmayó en ese momento y no ha vuelto a despertar.
La mayoría de los golpes y cortes eran relativamente graves pero Kyûbi se ha encargado de finalizar el proceso de curación comenzado por Sakura y ella misma. Al día siguiente solo se mantiene visible el corte de katana en la zona del estómago, pero la Hokage no está preocupada por eso. El golpe en la parte posterior de la cabeza, que dos centímetros más a la derecha hubiera significado casi seguro la muerte, ha debido hacer algo que escapa incluso a la capacidad de regeneración del Kyubi y sus propias habilidades de curación y Naruto no reacciona a ningún estímulo.
Y es frustrante porque ella no es que no consiga arreglarle, si no que no encuentra nada que vaya mal en su cabeza. Simplemente, no despierta.
Tsunade apoya la frente en el frío cristal de su ventana y siente que el antiguo y conocido temblor le ataca las manos.
- ¡Shizune! - grita, y al momento su inseparable compañera aparece en la puerta.
- ¿Sí, Tsunade-sama?
Iba a preguntar pero, para qué si ya sabe la respuesta. Entrelaza los dedos para conseguir controlarlos.
- Sake - espeta, sin mirar hacia ella.
- Pero, Tsunade-sama, puede que no sea el mejor momento para que-
La hokage explota.
- ¡SAKE, AHORA, SHIZUNE!
Murmura un asentimiento y cierra la puerta con suavidad. Tsunade se masajea las sienes, intentando buscar desesperadamente algo en su memoria que pueda ayudarle.
No él también, piensa, mientras sus ojos se humedecen involuntariamente. Por favor, no te lo lleves también a él.
oOoOoOoOo
Es raro encontrarse en una habitación con Naruto y que esté tan silenciosa. Sasuke mira desde la puerta, incapaz de decidirse a entrar de nuevo.
Han sido muchas horas y no soporta ver más su cuerpo casi inerte. Ni siquiera es su respiración de dormido, en la que ronca más que coge aire, y es capaz de oírle desde su habitación en la casa que comparten. Es ruidoso hasta para eso y no aguanta verle así, quieto, pálido. Hasta el color de su pelo parece haber perdido fuerza.
Al final termina por volver a su anterior posición, sentado en la incómoda silla. Desde el otro lado de la cama, Sakura intenta una vaga sonrisa de ánimo que ni siquiera se preocupa en devolver.
Las ojeras parece que le llegan hasta la línea de la mandíbula, está blanca y todavía tiene barro en la cara de cuando ha recogido a Naruto, medio muerto y rodeado de cuerpos inconscientes. Desde la puerta de la aldea le esperaba Sasuke, que al sentir el chakra de Sakura (y no el de Naruto) estuvo a punto de correr hacia él.
Por suerte, su sombra había cambiado de densidad y le había sujetado dos centímetros antes de las fronteras designadas de la zona por la que se puede mover con libertad.
Supone que no poder salir de Konoha en unos años es un precio pequeño para un intento de genocidio, así que no había tenido ningún problema con ello. Hasta que supo que la vida de Naruto estaba en peligro, claro. Había hecho falta toda la persuasión y amenazas de Kakashi para que aceptara esperar en Konoha.
En el momento lo ha visto todo blanco de furia contra Shikamaru, pero sabe que tendría que darle las gracias: le ha librado de volver a estar encerrado en las frías y solitarias celdas de Konoha.
Y Sakura ha llegado con... con lo que debía ser Naruto, pero en vez de naranja predominaba el rojo y es incapaz de quitarse de la cabeza que tenía los ojos abiertos, unos ojos muertos. Sakura le ha tranquilizado con un “Aún vive” susurrado, y ha dejado que lo cargase hasta el hospital.
Ahora solo pueden esperar, y Sasuke no have más que darle vueltas a lo que le han contado que ha ocurrido.
Por lo que ha dicho el señor feudal, no cayó hasta hasta el último de los enemigos cayó, el cual consiguió darle el grave golpe en la cabeza antes de caer. No dejó que ninguno de ellos siquiera se acercase a lo que debía proteger en su misión. Lo que Naruto no sabía era que, en realidad, iban a por él. Al parecer, el resentimiento contra el Kyubi no había cesado pese a que su recipiente había conseguido evitar una guerra. Según le habían dicho, habían sido más de cincuenta los que le habían atacado, y estaban especialmente entrenados para los ataques de Naruto. Llevaban investigándole años.
Sasuke está seguro de que Naruto no ha usado el poder del zorro, el maldito idiota.
Aparentemente, el cabecilla de los atacantes llevaba más de diez años sirviendo a Konoha y ninguno de los ninjas de la aldea había sospechado lo más mínimo. Nadie sabía que fue el Kyubi quien mató a la mitad de su familia, incuyendo a sus hermanas pequeñas, gemelas, y a sus padres cuando éstos intentaron huir durante la guerra que el padre de Naruto ayudó a finalizar.
No le fue difícil encontrar personas afines. El demonio había hecho mucho daño, al fin y al cabo.
Sasuke sabe que no debería sentirse así, lleno de odio porque, posiblemente nadie entienda mejor que él mismo al espía y a su venganza, pero ahora mismo no es precisamente racional. Si ve al traidor, va a estar muerto antes de que sepa lo que le está pasando. Por desgracia (para sus ansias de matar), los ANBU le tienen encarcelado.
Aprieta tanto los puños que, si tuviera las uñas dos milímetros más largas, tendría las manos llenas de sangre.
De alguna estúpida manera acaba repasando toda su historia con Naruto, intentando recordar como era cuando sonreía, y tiene una idea.
- Sakura, vete a casa ya.
- Estoy bien, Sasuke-kun. No necesito ir todavía. Además, si por lo que sea despierta o hay algún... cambio en su estado necesito estar aquí porque-
- No haces ningún favor a Naruto si te desmayas - interrumpe, frunciendo el ceño -. Has ido por él y le has traído y llevas horas curándole. Vete, descansa.
- Pero...
- Sakura, por favor.
Y hay algo en la voz de Sasuke, no llega a ser súplica pero lo roza, que le dice que es mejor que le deje a solas con él por ahora.
Asiente y se levanta.
- Avísame con lo que sea, por favor.
- Hn.
Podría significar cualquier cosa, pero, ahora que Sakura por fin ha conseguido conocerle, es capaz de leer el 'por supuesto' en ese simple sonido.
Sasuke mira por la ventana, esperando verla perderse en dirección a su casa y llama a Tsunade. Necesita que alguien guarde las espaldas de Naruto para lo que piensa hacer. Porque ha tenido una idea pero, realmente, no sabe si va a funcionar. Y lo que es peor, puede que salga muy, muy mal. Pero tiene que intentarlo.
oOoOoOoOo
La Hokage al principio no está muy de acuerdo con la idea pero al final claudica. No se le ocurre nada más ya, después de intentarlo todo para despertarle.
- Sasuke, creo que hay algo más que el golpe. Naruto tiende a encerrarse en sí mismo pero, al contrario que otros - él pone los ojos en blanco y ella carraspea - sigue sonriendo para que nadie se dé cuenta - se da un segundo y le mira, inquisitiva -. ¿Habías notado algo raro últimamente en él?
Sasuke piensa, y la culpabilidad aparece, arañándole con sus zarpas. ¿Había visto algo distinto en Naruto? Había estado especialmente insoportable, eso sí, pretendiendo que cenara con él todas las noches y sí que es verdad que le había encontrado un par de veces despierto cuando él se había levantado cuando normalmente necesitaba horas... Vale, sí que había estado raro, pero él había estado tan metido en su mundo que hasta ese momento ni lo había pensado.
Tsunade lo lee en su expresión e interrumpe, ligeramente acusadora, su línea de pensamiento.
- Ya veo. Tienes mi permiso, pero voy a estar delante, y como vea que hay algún problema más te vale sacar al momento tu culo de ahí, porque si no te voy a sacar yo a la fuerza. Y tengo de sobra.
Sasuke asiente. Al fin y al cabo, piensa ¿qué problema puede haber?
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