Título: la red social (i/iv)
Fandom: The Social Network
Parejas/Personajes: Eduardo/Mark, Chris, Dustin, Marylin y varios.
Palabras: 3122
Advertencias: No beteado, escrito rápido, de madrugada y wikipediando información. Demasiado Dramático, creo yo.
Notas: título = super lame. ¿sugerencias? Título cambiado. Por fin.
Resumen: La única ventaja de toda la situación entre Mark y Eduardo, es que los personajes periféricos nunca fueron realmente perifericos.
Al principio, hay días en que Dustin preferiría romperse ambas piernas que llegar a las oficinas. Mark está conectado todo el tiempo, llega el primero y se va (cuando se va) el último y apenas habla, a menos que haya una emergencia. Y Dustin no sabe si se ha dado con la epifanía de que es un tremendo hijo de puta o de que ha perdido a Eduardo o ambas. O ninguna, y esto, esta parte de Mark, es la parte que les queda sin Eduardo. Quizá Eduardo era el único catalizador entre el cerebro robot de Mark y todo el resto.
Y para ponérselo más difícil, Chris parece estar en paz con toda la situación. Hubieron tres o cuatro días donde Chris atravesaba los pasillos con una nube negra sobre la cabeza (a diferencia de Dustin, que llegó cada uno de esos días con gafas negras, nauseas y dolor de cabeza) y hablaba con Mark a frases cortas y agudas (y eso era casi lo peor: cada vez que Mark se encogía, sin contestar y Chris ni siquiera parecía culpable; en lo que se estaban convirtiendo). Entonces, el primer fin de semana, salieron a beber y Dustin se hubiese quedado con Mark y Chris, pero Mark no estaba bebiendo para divertirse y el teléfono sonó y así son estas cosas. Dustin no es... en ese momento no habría podido cuidar de Mark como un amigo; estaba demasiado ocupado siendo amigo de Eduardo, con el resentimiento comiéndole el estomago. Chris se quedó. Chris se quedó y apareció en la oficina al día siguiente con una expresión serena y concentrada, que duró todo el día.
Dustin ni siquiera necesitó preguntar (aunque no hubiera preguntado: estaba siendo amigo de Eduardo, después de todo, y él aún no contestaba sus llamadas). Chris se sentó junto a él al almuerzo y comenzó:
-Creo que es mejor que lo dejemos.
-¿Qué? -Dustin parpadeó.
-Pensaba que Mark... lo desconocí, por un tiempo. Eduardo congeló las cuentas, ¿sabías?
-Duh -. Chris le amenazo con una palma tras su cabeza y una sonrisa. Dustin se encogió, sólo mitad en broma.
-¿Nunca te preguntaste porqué alguien como Eduardo seguía a Mark a todas partes?
-... ¿no? -Mark no era tan malo. No solía ser tan malo. Era. Daba igual.
Chris agitó la cabeza y apretó los labios, pero como si estuviese por echarse a reír.
-Mark es un genio -dijo, como si explicara algo muy claramente.
-Chris -contestó, lentamente, un poco sarcástico-. Esto es Facebook. El cocinero es probablemente un genio titulado en química, no lo sé, gastronómica. No entiendo de qué vas.
Chris por fin se rió y Dustin sonrió, porque ninguno de ellos se había reído en demasiado tiempo.
-Eduardo veía algo en Mark y no... sé que suena terrible, pero siempre pensé que era lástima. Que nos tenía lastima. Jaja, "pequeños nerds," ese tipo de lástima. Y quizá era un poco, lo era. ¿No crees que...?
Chris tenía su cara pensativa puesta en modo extremo. Dustin sorbió lo que le quedaba de bebida ruidosamente.
-¿Crees que se merecía que le echaran de Facebook?
-Mark no lo despidió, imbécil. No habría sido capaz -dijo Chris, acentuando la última oración, como si fuese importante-. No entiendes lo que te digo, ¿verdad?
Dustin agitó la cabeza. Chris suspiró algo que Dustin tradujo como el usual "mi vida es tan difícil alrededor de ustedes, idiotas." Era un usual anterior al mismo Facebook, así que la única conclusión que Dustin podía sacar es que Mark había dicho algo durante la noche que había tranquilizado a Chris.
Eso tranquilizaba a Dustin bastante, a decir verdad.
-No es importante -continuó Chris, sacando su móvil de pronto-, pero dejemos en paz a Mark, ¿vale?
Dustin no se estaba metiendo con Mark en principio, así que sólo se encogió de hombros y volvió a sus patatas fritas. Chris marcó un número y comenzó a hablar con su novio, pequeñas líneas de "nada, sólo quería hablar contigo."
Eventualmente, Dustin volvería a ese día y se sentiría tremendamente estúpido. Pero eventualmente, uno de lapso mucho menor, Eduardo contestó por fin su móvil y acabó gritándole (Eduardo Saverin gritando, joder) algo en portugués que no sonaba demasiado amable y Dustin no puede... no puede, ¿ok?
(Chris dejó caer a Mark en el sofá y se sentó junto a él, mientras Mark se encogía sobre sus rodillas y vomitaba frase tras frase, ahogado con ellas. Frases acerca de Wardo dejándolo primero por todas esas cosas en Harvard y en Harvard todos eran mentira, Chris, pero California es demasiado caliente. Luego, un par de temblores, un poco de hipo y cuando Chris lo giró a empujones, ya dormido, Mark tenía las mejillas húmedas.
Después de eso, Chris encuentra bastante difícil seguir enfadado con él.
Después de eso, Chris tiene tantas preguntas para Eduardo, que no sabe cómo hablar con él.)
Eduardo debería estar ahí.
Hay una silla vacía y Eduardo debería estar ahí y hay una silla de más y gracias a Dios no está Sean, pero está sentada una chica, junto a Mark, con una mano hacia su espalda.
¿Eduardo 2.0? ¿Otra Erica?
Chris y Dustin se dan una mirada preocupada.
Mark mira fijamente a la silla vacía.
-Esta es Marylin Delpy, desde ahora es la representante legal de Facebook -pronuncia Mark en tono plano, sin dejar de mirar la silla-. Wardo dirigirá el área de aplicaciones y Dustin, debes irte a Singapur, puedes hablar con Janet acerca de, todo. Son sólo unos meses -y antes de que Dustin termine de chillar "¡¿Qué?!" Mark se ha levantado y dejado el cuarto, corriendo.
Todos los presentes (además de ellos tres, un abogado y otros cuatro jefes de área) se miran en confusión, pero sólo Marylin, Chris y Dustin se levantan.
-No tengo nada que agregar -sonríe Marylin-, pero es un gusto.
-Encantado -contesta el grupo a coro, incluidos Dustin y Chris, que van saliendo junto a ella.
Continúan por el pasillo en silencio, hasta que ella gira un poco la cabeza, sin detenerse, marcando el paso con sus tacones.
-¿Alguna idea de donde pueda estar?
-La terraza -dice Dustin, al mismo tiempo que Chris dice: -Su oficina.
Se dan una mirada.
-¿Por qué habría de estar en la terraza?
-Quizá quiera saltar. O algo -Marylin y Chris le dan una mirada de silencioso escepticismo-. O quizá estoy proyectando. ¿A alguien más le están enviando al otro lado del mundo? ¿No?
Encuentran a Mark en su oficina. Conectado. Para variar. Lo que resulta un poco sorpresivo es que se quita los audífonos al verlos entrar.
-¿Pasa algo?
-Y una mierda me voy a Singapur -interrumpe Dustin, antes de que Chris pueda decir algo sensato.
-Eduardo está en Singapur -contesta Mark y es respuesta suficiente. Para otros, no Dustin.
-¿Y qué diablos hace en Sing--¡Ouch!
Dustin aprieta con la mano el punto donde Chris lo dobló de un codazo. Mark ni los mira.
-No hay problema -interrumpe Chris- ¿Podemos hablar?
-Estoy ocupado -contesta Mark, demasiado rápido, apretando los audífonos.
-Pero --
-Estoy ocupado.
-No voy a ir a Singapur -insiste Dustin-. Mi novia me matará.
-Llévala contigo. Conviértelo en vacaciones pagadas. Haz lo que quieras, Dustin. Estoy ocupado -dice Mark, pronunciando entre dientes, ojos pegados intensamente a la pantalla.
-Estás... -empieza Marylin, en voz suave, inclinando un poco la cabeza. Chris y Dustin la miran y luego siguen su punto de visión a un espacio tras Mark, una ventana. Donde se refleja claramente el portal de Facebook... y una fotografía que todas las partes presentes pueden reconocer como la de Eduardo Saverin-. Oh.
Mark se encoge y cala los audífonos, como si adivinara lo que están pensando, aunque Dustin no está pensando en absolutamente nada, excepto no, en serio, ¿Singapur? y, bueno. Cristo.
Los tres salen y siguen caminando sin dirección, muy callados.
-Cuando entramos, estaba dándole a un sólo botón, ¿verdad? -dice, porque tiene que decirlo.
-F5 -asiente Chris.
-¿Traducción? -dice Marylin en un tono ligero y que expresa que ya ha comprendido, sólo trata de hacer conversación, de hablar de esto y Dustin no tiene idea quién es esta mujer, aunque le da buena espina, pero la última cosa que quiere es hablar de esto. No sabe ni cómo comenzar.
-Actualizaba la página -explica Chris, ensimismado.
-Pero Eduardo Saverin no utiliza Facebook.
Ambos la quedan mirando y Marylin silba.
-Realmente no tienen idea quién soy, ¿verdad? -Chris frunce el ceño y Dustin se encoge de hombros-. Fui abogada testigo en la demanda. La Demanda.
-¿De la defensa? -pregunta Dustin, al cabo de un pequeño silencio incómodo, en el que Chris parpadea mucho y Dustin se siente confundido acerca de porqué está Chris confundido.
-¿Me habría contratado Mark, si no? -pregunta Marylin, como una broma, pero Dustin y Chris contestan al unísono, sin pensarlo:
-Sí.
(Mark está conciente de que el teclado aguantará sólo un numero determinado de golpes sobre la misma tecla y tiene preparado el computador de escritorio en el caso de que la tecla ceda. En caso de que su dedo o mano cedan, puede usar su otra mano. Es lógico. En caso de que Eduardo entre al perfil y decida rechazar la opción...
No ha pensado en eso. No está pensando en eso. No puede pensar en eso.
F5. F5. F5. F5. F5.)
Eduardo le va a buscar al aeropuerto en persona. Está sonriendo, pero demasiado cansado para llevar una expresión reconocible. Dustin trata de adaptarlo con su cara alrededor del periodo de exámenes y es más fácil, como todo era más fácil entonces.
-Me estaba olvidando de tu cara -saluda Eduardo, con una palmada en su brazo.
Dustin le examina aproximadamente medio segundo antes de echársele encima.
-Ni lo pienses. Ni se te ocurra, Eduardo Saverin. Me vendré a vivir a tu probablemente grotescamente enorme apartamento y comeré cheetos en tu sofá.
-Vale, vale -acepta Eduardo, tosiendo risa como si le sorprendiera reír-. Uhm, hola -saluda, estirando una mano hacia Clara, su novia, sin quitarse a Dustin de encima-. Tanto tiempo.
-Hey -saluda Clara, mordiéndose la risa. Dustin le sonríe y suelta a Eduardo para volver a cogerla de la mano. Todos sonríen. Hay paz en el mundo.
O no.
Eduardo desvía la mirada y se encoge un poco.
-¿Podemos no hablar de Facebook por hoy? Podríamos ir a cenar. Hay varios restaurantes que... o si están muy cansados, lo dejamos para mañana.
-No, no, estoy demasiado cansado para dormir -Clara se ríe de él, pero Eduardo le da una mirada empática-. Pero antes de cerrar el tema, sólo por curiosidad, ¿revisas alguna vez tu perfil? -pregunta, porque puede sentir a Chris dándole empujones mentales desde alguna parte indistinta de los EEUU.
La expresión de Eduardo se diluye en algo frío y cansado y tan asquerosamente triste que Dustin no puede evitar volver a estar absolutamente furioso con Mark, porque, bueno, Chris habló con Mark y Chris tiene el mejor corazón de todos ellos. Dustin es el patiño, cuando mucho. El patiño tiene derecho a sentir cuanto rencor quiera, a nadie le importa.
-No -contesta, muy corto y seco- ¿Por?
-Nada importante -zanja, diciéndole a su Chris mental que se puede ir a la mierda- ¿Puedes creer que estoy en Singapur y tengo antojo de pizza? Hacen pizzas aquí, ¿verdad?
Y Eduardo vuelve a sonreír, agita la cabeza, y si aún hay algo tirante en sus rasgos, Dustin es el patiño: el profesional en fingir que todo está bien en medio del incendio. A ver si les da tiempo al resto para buscar los extinguidores, mientras nadie entra en pánico.
(Eduardo abre el sitio esa misma noche y malditos filhos da puta mãe. Coge su móvil inmediatamente, pero no, Dustin no es, esto no es Dustin. Esto es Mark, Mark Zuckerberg, el CEO de Facebook, la persona más inteligente y horrible que conoce y Dios. ¿Quiere ser amigo de Mark Zuckerberg? Se ríe. Entierra la cara entre las manos.
¿Quieres ser amigo de Mark Zuckerberg?
Eduardo abre una cerveza. Y otra.
¿Quieres ser amigo de Mark Zuckerberg?
Le da aceptar porque aún no sabe demasiado de Facebook, pero aparentemente, no puede escribirle a Mark sin pagar ese pequeño precio y para que le escuche el maldito hijo de puta ha tenido que pagar tarifas mucho más altas.)
Chris se entera por Janet, la asistenta de Mark y por Dustin, al unísono.
-Creo que ha pasado algo -está diciendo Dustin, voz pequeña a través del auricular, al mismo tiempo que Janet muerde: -Chris, tienes que venir, ha pasado algo.
"Algo" es Mark, recorriendo su oficina de esquina a esquina, con los restos de una laptop en el rincón. Tiene una expresión intranquila en el rostro, aunque no particularmente alterada. Según Janet, tuvo un ataque, Chris, un arranque de algo, no tengo idea, nunca lo había visto así. Pero Chris estaba al otro lado del edificio y lo único que ve es a Mark mirarlo de vuelta, detenido en medio de su oficina, con las manos en el bolsillo canguro de su hoodie.
-¿Pasa algo?
-Esa es mi pregunta -contesta, atravesando el umbral y cerrando la puerta. Mark baja la cabeza y retrocede. Retrocede cada paso que Chris da y eso no está bien, en ningún mundo Mark Zuckerberg retrocede cuando alguien le hace frente, joder- ¿Mark?
Mark gesticula hacia la computadora, frustrado, como si se hubiese encontrado con un código imposible de limpiar.
Chris lo rodea para sentarse en el escritorio y... bueno.
Joder.
[esto no va a ser una disculpa, así que no se me ocurre qué puedas pretender. no puedes creer que volveremos a ser amigos alguna vez. que seas estúpido es una de las pocas cosas que no podría creer de ti. ¿qué es esto, entonces? ¿un gesto publicitario?
-eduardo]
Cuando Chris levanta la cabeza, Mark está sentado en el sofá, frunciendo el ceño hacia sus rodillas, serenamente. Chris se levanta, quizá demasiado brusco, porque Mark da un salto.
-Podrías intentar explicarle...
-Explicarle qué -contesta Mark, en tono plano-. Eduardo tiene razón. No podremos volver a ser amigos. Es demasiado terco.
-¿Eduardo es demasiado terco?
-Ha decidido que no podemos volver a ser amigos. Ha decidido sobre su idea de mi carácter. Y es terco -la voz de Mark se va empequeñeciendo.
-¿Y lo vas a dejar tener la última palabra? ¿Así nada más?
Mark sonríe y cierra los ojos. Es doloroso de ver.
-¿Por qué no? Él ganó.
Chris sale a zancadas de la oficina y se encuentra, justo afuera, con Marylin y Christopher, otro jefe de área. Ambos tienen expresiones tan incómodas como preocupadas. Chris les gesticula que avancen y cuando están a un par de metros, Marylin pone una mano en su codo.
-¿Qué pasó?
-Eduardo aceptó la invitación. Le envió un mensaje -da una mirada a Christopher, que jura por lo bajo y no es que no sepa que todos en al menos tres escalas de poder están metidos en esto, pero a veces lo olvida. A veces le parece que aún están en Harvard y son los tres mosqueteros con su propio D'Artagnan-. Mark se lo tomó bien, considerando.
-Considerando -repite Christopher, muy bajo. sarcástico. Chris no tiene tiempo o ganas de recordar si Christopher era Team Mark o Team Eduardo, así que coge a Marylin del brazo y avanza poco cortésmente.
-Tengo que hacerte unas preguntas.
Marylin avanza más rápido que él para dejar a Christopher atrás y Chris recuerda (aunque siempre tiene presente) el buen ojo que tiene Mark para la gente.
Fue el primero en acercarse a Eduardo, después de todo.
(Dustin llama a Chris hasta que Chris vuelve a contestar y mierda, mierda.
-Eduardo me está haciendo la ley del hielo.
-... qué.
-Dice que me ha enviado suficientes informes para saber de qué se trata todo esto y que el resto se puede hacer en línea y tengo prohibido el paso a su oficina, Chris. ¿Qué mierda vamos a hacer?
Chris se queda callado demasiado tiempo. Dustin apoya la cabeza en su mano.
-¿Crees que Mark hizo algo?
-Dame unos días. Tómatelo como vacaciones pagadas -Chris lo interrumpe con el eco de Mark y Dustin se muerde el labio para no gritarle que está tomando lados, y ellos no pueden tomar lados-. Wardo le envió a Mark un mensaje.
-Oh. Ya. Un incendio a la vez -Dustin entierra la cabeza en su mano- ¿Cómo está?
-Dijo que Eduardo había ganado -silencio-. No lo sé, Dustin. No tengo idea. Wardo está pasando una aplanadora emocional sobre él y probablemente ambos creen que se lo merece.
Silencio.
-Tú también crees que se lo merece -descubre Chris y Dustin respira profundo, porque, no, sí, bueno...
-Sí. Un poco. Todavía no puedo creer que haya tratado de sacar a Wardo de Facebook. Lo siento, Chris, pero... Sean... todo el...
-Mark no es capaz de sacar a Wardo de su vida, Dustin. ¿Cómo mierda crees que podría haber sido capaz de sacarlo de Facebook?
-Su vida es Facebook.
-Dustin -Chris toma aire, pero no suena irritado o condescendiente. Si algo, suena un poco triste-. Dustin. Wardo apenas sabe usar Facebook.
-Oh -dice Dustin. Le toma un momento más, aún, para no hiperventilar, porque puede no estar enfadado con Mark, lo cual. Dios. Dios, echaba de menos a Mark y oh, mierda-. Oh. Mierda.
-Mierda -repite Chris, con sentimiento-. Dame al menos un par de horas. Mark tiene que enterarse y prefiero explicárselo yo.
-Dile que digo hola, ¿vale? -pide Dustin, algo nervioso, bastante culpable-. Dile que le dejaré ganar la próxima vez que usemos la wii. Dile, dile que sonreír cura el cancer. ¿Vale?
Chris se ríe entre dientes y promete decirle.)
Mark llama a Eduardo por teléfono, como el CEO de Facebook. La conversación dura menos de tres minutos. Mark sólo dice -¿Wardo? -y -no tienes idea de lo que estás hablando.
Y aún más importante:
-Deja a Dustin hacer su trabajo y no tendrás que volver a hablar conmigo, Eduardo.
Y luego se queda mirando al móvil como si el móvil estuviera por morderle.
Chris se lo quita delicadamente de las manos. Eduardo ha cortado la comunicación. Mark tiene los ojos muy abiertos.
-¿Te parece si yo me encargo de esto, por ahora?
Mark parpadea, asiente y coge los audífonos, pero sin ponérselos. Sólo los mira, y a su laptop nueva, como si por un momento, no comprendiera qué son.
-¿Mark?
-Lo siento. Es sólo. Para ser tan inteligente, Eduardo es tremendamente imbécil, wow.
Chris trata de no reírse, pero Mark ve algo en su cara que parece tratar de imitar en los costados de su boca, antes de ponerse los audífonos. Es un avance. ¿Cómo dijo Dustin? Un incendio a la vez. Metáfora apta, piensa Chris, tomando el peso del móvil, considerando que nunca llueve en California.
[
ii.
iii.
iv.]