Chanyeol no aparece en la escuela al día siguiente. El hecho de que jamás se haya perdido un día antes hace que la culpa que Baekhyun siente en el estómago se multiplique por diez. Desea no haber venido él tampoco, pero hay una larga lista de personas que le patearían el trasero si volviera a faltar: su madre, su profesor principal y el director, por nombrar a algunas.
No ha dormido nada. Kai, como el buen amigo que es, trasnochó con él para ayudarlo con el «Plan para hacer que Chanyeol (quizá) me perdone». No es infalible ni está cerca de serlo, pero espera que tal vez haga que su mejor amigo considere perdonarlo. Ha secuestrado el auto de su hermano mayor, arriesgando el pellejo, sólo para ayudar a Baekhyun con su desastroso plan que puede que ni siquiera funcione. Él jura recompensarlo, como sea… pero no está seguro de cómo.
La escuela transcurre con una lentitud terrible. Todos hablan acerca de la pelea, que él asume que será el único puñetazo fallido de Chanyeol hacia la cara de Jonghyun. Para su consternación, Jonghyun es un poco más resistente de lo que creyó. Camina por el pasillo, con Kibum pegado a su lado y el moretón violeta expuesto en su pómulo para que todos lo vean.
El incidente provocó que el nombre de Chanyeol se la pase circulando por los corredores. Antes, pese a su larga estatura, su voz estridente y el hecho de que consiguió por cuenta propia que la escuela obtuviera el primer lugar en la feria de ciencias del año pasado, no era nadie, prácticamente invisible. Aunque ahora es gracias a Jonghyun. La gente lanza acusaciones contra Chanyeol a diestra y siniestra, mofas e improperios y apodos no muy agradables que vuelan por doquier. Baekhyun quiere golpearlos a todos en la cara, pero entonces se da cuenta de que él es tan malo como ellos. O al menos… lo fue. Jonghyun, sin embargo… les resta importancia a todos, y les dice que sólo fue un malentendido. Baekhyun siente que la gratitud le invade el cuerpo, y a pesar de que ya no se dirigen la palabra, se asegura de dedicarle a Jonghyun una sonrisa de genuino agradecimiento cuando se encuentran sentados con incomodidad uno al lado del otro, en clase de Coro.
Una vez que suena la última campana del día, Baekhyun se escabulle por la puerta a la manera de High School Musical. Va directamente hacia el auto viejo y oxidado de Kai, lo cual no es sencillo considerando que lleva toda la tarea de Chanyeol junto a la suya. Quién habría pensado que un libro de astrofísica fuera tan jodidamente pesado.
Mientras conducen el breve trecho hacia el hogar de Chanyeol, Baekhyun no puede evitar moverse, inquieto, en el asiento.
-¿Puedes ir más rápido, por favor? -murmura, realmente a punto de saltar por una ventana o algo porque siente que se le disparan los nervios. Kai le lanza una mirada de incredulidad.
-No pienso arriesgarme a que me pongan una multa, sobre todo en el auto de mi hermano.
-¡Por favor! -balbucea él, más fuerte y con más pánico del necesario. Kai se sobresalta y da un volantazo cuando casi se lleva por delante un poste de luz. Mira con furia al chico nervioso.
-¡Cálmate de una puta vez! ¡Dios! Chanyeol no se irá a ninguna parte -espeta, y Baekhyun se acobarda contra la puerta con su distintiva mirada de cachorrito maltratado. Kai pone los ojos en blanco, pero el otro nota que sube la velocidad, sólo un poquito.
No pasa mucho hasta que la casa súper sofisticada de Chanyeol aparece ante su vista. Kai estaciona en el acceso para el auto. No son ni las cuatro, así que sus padres todavía están trabajando. Baekhyun se pregunta siquiera si estarán al tanto de… lo que pasó. Espera que no, porque la señora Park hace una comida deliciosa. Si se enterara de que él solito se encargó de pisotear el corazón de su hijo, bueno… sería el fin de esa comida.
-¿Vamos a quedarnos sentados aquí todo el día? -pregunta Kai con cara de póquer. Baekhyun resopla y niega con la cabeza antes de abrir la puerta del auto con tanta velocidad que se tambalea. Kai le vuelve a lanzar dagas por los ojos, pero él las ignora.
-¿Me ayudas con estas cosas? -murmura, tirando de una caja enorme en el asiento trasero. Mira con fatiga hacia el cielo. En los últimos veinte minutos, ha pasado de estar despejado y soleado a cubierto por unas amenazadoras nubes grises. Hasta escucha truenos retumbando en la distancia. La lluvia definitivamente no forma parte de su «Plan para hacer que Chanyeol (tal vez) me perdone».
No obstante, Baekhyun le pasa la caja gigante a Kai y se dispone a agarrar el reproductor de CD portátil con una mano y los globos con la otra. Balancea cuidadosamente en un brazo la pequeña pecera con el pez dorado. El plan es grandioso. Si él estuviera en los zapatos de Chanyeol, se perdonaría en un santiamén (puede que tal vez esté siendo algo parcial porque, bueno… se trata de sí mismo).
Salvo que, mientras avanzan por el acceso increíblemente extenso de Chanyeol, es bastante evidente que alguien de Allá Arriba tiene toda la intención de hacer que su plan fracase por completo. Se levanta un ventarrón, desparramando sus pobres globos de Bob Esponja por doquier. El agua de la pecera chapotea, y el pobre pececito se sacude con ella. Baekhyun se detiene, cierra los ojos y trata de reordenarse. Oye a Kai forcejeando detrás de él. Sólo necesita llegar hasta la puerta, apenas unos diez metros más, y luego estará fuera de peligro.
Pero en algún lugar de esos diez metros, el cielo se abre y empieza el diluvio. Baekhyun quiere llorar por su mala suerte. Camina tan rápido como puede, con un pez vivo y un reproductor de CD arcaico haciéndole peso, pero parece que no es lo suficientemente veloz, porque en cuanto llega a la puerta, un rayo gigante impacta al otro lado de la calle. Baekhyun deja el artefacto en el suelo con demasiada brusquedad para poder hacer sonar el timbre (y lo hace frenéticamente), olvidándose por un momento de que Chanyeol probablemente no esté ahora mismo con el mejor ánimo. Apenas pasa un minuto antes de que Baekhyun y Kai queden calados hasta los huesos.
-¡Yeol, maldita sea! -Baekhyun se mortifica y continúa tocando el timbre como un desquiciado-. ¿Qué?, ¡no! -exclama, cuando el fuerte viento consigue arrancarle uno de los globos. Observa, desolado, cómo va y se enreda enseguida en un árbol antes de explotar. Igual que su plan.
-No te olvides de la música -le recuerda Kai, tan servicial, desde atrás-. Y el bulgogi está empapándose -agrega, al espiar dentro de la caja.
Baekhyun gruñe.
-Gracias -espeta, y estira un brazo para empezar a reproducir el CD que grabó la noche anterior. Es un compilado de las canciones favoritas de Chanyeol, y la mayoría no fueron sencillas de encontrar, dado que en gran parte son canciones al azar de videojuegos de hace diez años, y bandas sonoras de novelas mediocres. Lucha porque, honestamente, nunca tuvo la mejor coordinación; sigue tratando de balancear al estúpido pez dorado, y los globos que quedan se le están enredando alrededor del puto cuello, y no tiene ganas de morir pero está determinado a rescatar lo que queda de su plan, así que continúa lidiando con el aparato. Es de hace al menos diez años, lo desenterró del fondo de su armario y ahora está empezando a dudar de la garantía de por vida que vino con él.
No cree recordar haber oído a nadie diciendo que el tiempo hoy iba a estar así de horrible, pero de todos modos nunca le pone atención al pronóstico del clima. Se jura que empezará a hacerlo, si es que sobrevive. Unos truenos conminatorios vuelven a rasgar el cielo. Tiene la certeza de que estar al aire libre ya dejó de ser seguro. El reproductor de mierda no quiere andar, así que Baekhyun opta por hacer lo que siempre hace en una mala situación.
-Pedazo de mierda hija de puta me cago en ti joder -murmura hacia el artilugio, listo para lanzarlo por el jardín de entrada. No se da cuenta de que la puerta que tiene adelante finalmente se abre, hasta que Kai le golpea con los nudillos la espalda, sin mucha gentileza-. Qué caraj… oh.
Está empapado, probablemente con un aspecto similar al de una rata ahogada. Tiene un embrollo de globos de Bob Esponja enredados en el cuello. El radiograbador elige ese preciso momento para funcionar, excepto que sólo suenan algunas notas distorsionadas de la primera canción (un tema de Pokémon… o Yu-Gi-Oh, o algo así…) antes de que el sonido se entrecorte y muera por completo.
Chanyeol parpadea hacia él. Baekhyun nota que luce cansado, pero dejando eso de lado, se lo ve bastante bien. Esperaba que estuviera hecho un desastre, con los ojos irritados y todo eso. Culpa de sus expectativas al haber visto demasiados dramas.
-¿Qué rayos está sucediendo? -dice Chanyeol con lentitud, asimilando la escena ante él.
-Eh… -Baekhyun mira a Kai en busca de ayuda, pero éste simplemente se encoge de hombros, así que le entrega al más alto la pecera, como un zombi.
-¿Qué? -pregunta Chanyeol, viéndolo como si necesitara apoyo psiquiátrico. Probablemente así sea; los globos están cortándole la circulación hacia el cerebro.
-Ehm, hyung -musita Kai desde atrás.
-¿Qué? -sisea Baekhyun. ¿Acaso Kai se olvidó de que acordaron que se quedaría callado? Su única función era la de conducir y transportar el bulgogi. Conducir y transportar el bulgogi en silencio.
-El… eh… el pez -responde lentamente. Baekhyun mira la pecera entre sus manos.
Está vacía.
-¿Qué? -Jadea y mira alrededor frenéticamente, en busca del pececito. Los globos están enloquecidos, y si bien ya se le han desenredado del cuello, ahora lo golpetean en la cara, bloqueándole la visión casi enteramente. En este momento, lo único que quiere es huir porque esto está saliendo terriblemente mal. Pero ya ha llegado hasta aquí, así que bien podría terminarlo.
Da un pasito hacia delante para poder ver mejor todo. Pero entonces…
-Ya lo encontré -murmura Kai, al escuchar un sonido repugnante proveniente de abajo del zapato de su amigo.
-¿Es esto una especie de broma? -pregunta Chanyeol cuando a Baekhyun le cambia la expresión por una de desespero.
-No -gime él, sacudiendo un pie para desprenderse de la suela los restos del pequeño pez-. Se suponía que fuera para ti, para devolverte el que tu madre regaló. Para ayudar a que me perdones.
-¿Crees que el que me obsequies un pez va a hacerme perdonarte? -cuestiona el muchacho alto, con la voz aún desprovista de cualquier emoción. Baekhyun sacude la cabeza.
-¡No! ¡También te traje globos! Y se suponía que hubiera música… y… ¡y te hice bulgogi! -Desesperado, se voltea hacia Kai y le arranca la caja de las manos antes de empujársela a Chanyeol contra el pecho. Y si bien el bulgogi podrá haber tenido buena pinta en el pasado (es del mejor restaurante de este lado de la ciudad), cuando Chanyeol abre la tapa, Baekhyun puede ver claramente que ya no es el caso-. No se suponía que todo resultara un desastre -murmura, a punto de quebrarse verdaderamente y romper en llanto-. Sólo quería que me perdonaras.
-Y yo quería gustarte, pero uno no siempre se puede conseguir lo que quiere -le espeta Chanyeol, para sorpresa de ambos muchachos parados ante él. Baekhyun siente deseos de desplomarse hacia el piso al escuchar el rencor en la voz de su mejor amigo.
-Mejor me voy -dice Kai, y se marcha volando al auto. Baekhyun lo observa alejarse antes de volver a mirar a Chanyeol.
-¿Puedo nada más hablar contigo? -le pide, ya dando lástima. Chanyeol se muerde el interior de una mejilla antes de regresar adentro sin pronunciar palabra, dejando la puerta abierta para que lo siga.
Se queda ahí de pie, observándolo temblar y sacudirse al librarse de la lluvia. Baekhyun sabe que no debe tentar a la suerte al pedirle ropa seca o algo, así que intenta ignorarlo, por más que las posibilidades de pescarse una neumonía luego de esto sean elevadas.
-Bueno… -empieza, tembloroso, una vez que resulta obvio que no van a pasar del vestíbulo-. ¿Cómo has estado?
Chanyeol se muerde un labio.
-No me preguntes eso, por favor -contesta, y la voz se le quiebra levemente-. Estoy seguro de que sabes exactamente cómo.
-Yo, ehm… -Baekhyun se pasa una mano por el cabello chorreante, para apartárselo del rostro. Sus dientes castañetean-. ¿Serviría de algo si te explico todo desde el principio?
-Lo dudo -susurra el otro, sin apartar la vista de sus pies. Baekhyun se muerde un labio. En verdad no quiere que Chanyeol vuelva a llorar. Sabe con seguridad que tendrá pesadillas sobre aquel día en el corredor durante los años venideros-. No es solamente… lo que pasó. Te has portado así… desde siempre.
-¿Así cómo? -pregunta, pese a saber que no le gustará para nada lo que Chanyeol tenga para decir.
-Sólo… muy ajeno. A mí. Y a mis sentimientos. -Se desliza por la pared. Queda en una posición siniestramente parecida a la que tenía afuera de la oficina del director-. Yo ni siquiera te caía bien cuando éramos niños. Solías escaparte de mí. Cada vez que te conseguías un novio nuevo, así me sentía. Como si estuvieras tratando de escapar.
-¿Qué? -casi chilla Baekhyun-. No era…
-Bueno -lo interrumpe Chanyeol, de forma nada característica suya-. Así me sentía. No importa si era o no tu intención. No significa que doliera menos.
-Chanyeol, yo…
-Y tengo la culpa, también -lo corta nuevamente-. Fui un estúpido. Muy, muy estúpido. Si yo no fuera así de… raro, o lo que sea, tal vez hubieses salido conmigo. Pude haber sido como esos otros chicos.
-¡No! -dice Baekhyun, y antes de que Chanyeol pueda volverlo a interrumpir, prosigue-: ¡No quiero que seas como los otros chicos! Me gustas tal y como eres.
Chanyeol se bufa.
-Sí, cómo no. Eso es sumamente obvio, a juzgar por cómo te acostaste conmigo sólo para poder conseguir a otra persona. ¿Cómo está él, a todo esto? ¿Es el novio perfecto que siempre imaginaste que sería?
-Yeol, basta -le ruega-. Me estás haciendo sentir para la mierda.
-¡Qué bien! -grita Chanyeol, alzando los brazos. Baekhyun palidece cuando escucha cómo su profunda voz tiembla ante la obvia arremetida de las lágrimas-. Es horrible, ¿no es así? ¡No es como si yo me hubiera querido enamorar de ti! -escupe, presionándose los ojos con las palmas para mantener las lágrimas a raya-. Es sólo que… que… nunca conocí a nadie más… además de ti. Y realmente no me interesaba hacerlo. Y… y el hecho de que pensaras… que yo no podía amarte… simplemente me resulta ridículo.
-Chanyeol -habla el más bajo, con voz suave, dejándose caer sin mucha gracia al suelo cuando sus piernas temblorosas finalmente ceden-. ¿Por cuánto tiempo…? ¿Por qué no me lo dijiste?
-¡Porque no sabía cómo! ¡Dios! -responde él con histeria, y Baekhyun se da cuenta, horrorizado, de que está llorando otra vez-. ¡Simplemente supuse que te terminarías dando cuenta! Ninguno de los otros muchachos tuvo que hacer nada para que tú los notaras.
-¿Podrías dejar de traerlos a ellos a colación? -le pide, desesperado-. ¿Siquiera sabes por qué ninguna de las relaciones prosperó? -Chanyeol no responde. Está sollozando en sus rodillas otra vez, así que Baekhyun continúa-. Porque eran perfectos. Demasiado perfectos. Y no les importaba… mi calificación de matemáticas, o cómo estuviera mi mamá, y no usaban anteojos feos ni se les deba excelente la física, y, ehm… ellos simplemente… mmm…
Chanyeol alza la cabeza de sus rodillas, cansado.
-¿Simplemente qué?
-No eran tú -finaliza Baekhyun, frotándose el cuello-. Suena trillado pero es verdad, supongo. Quiero decir, algún motivo habrá por el que ellos permanecieron conmigo unas semanas y tú has estado… bueno, desde siempre.
-Pero dijiste que me amabas -susurra Chanyeol-. Esa… noche. Lo dijiste. Y yo te respondí. Y continuaste actuando como si fueras mi novio, así que pensé…
-Bueno, eso… espera, ¿qué? ¿Me respondiste? -inquiere, ensanchando los ojos-. ¿De verdad?
-Eh, sí -responde el más alto, aún sollozando pero con las mejillas ruborizándosele-. Justo después de que me lo dijeras. Cuando yo, eh… eso.
«Dios mío», piensa Baekhyun. «Dios mío, carajo». Si lo hubiese sabido… si tan solo hubiese sabido… todo este desastre podría haberse evitado.
-¿Serviría de algo si te lo digo ahora? -pregunta, sintiéndose tímido de pronto. Chanyeol se muerde un labio y vuelve a bajar la mirada, dedicándole un encogimiento de hombros evasivo, pero siendo delatado por el tono rosado intenso que adquieren sus mejillas.
-No lo sé -murmura.
-Porque te amo, ¿de acuerdo? -expresa Baekhyun, y a pesar de encontrarse helado, siente un calor por dentro-. Te amo, Park Chanyeol. Y no sé cuándo empecé a hacerlo, pero sí sé que me tomó demasiado tiempo darme cuenta. Y por más que haya sucedido en las peores circunstancias, me alegra haberme percatado. Porque lo que siento ahora… nunca lo sentí por nadie más. Estoy… satisfecho. Como si no estuviera esperando por nada. Esperando a terminar con nadie. Estoy… muy, muy enamorado. De ti. Así que, ehm, nada. Eso es todo, supongo.
-¿Supones? -lo incita Chanyeol. A pesar de tener rastros húmedos de sus lágrimas en las mejillas, enseña una sonrisa en el rostro. Aquella sonrisa gigante que no podría ocultar ni queriendo.
-Yeol, escucha -dice Baekhyun, acercándose a él y sentándose frente a sus piernas cruzadas. Posa las manos en sus rodillas-. Sé que fui muy egoísta durante… toda mi vida, prácticamente, pero permíteme serlo por una última vez. ¿Crees que podrás, algún día, perdonarme? Sé que no lo merezco, y no creo poder ser capaz de vivir conmigo mismo tras todo lo que te he hecho pasar. Y en verdad no deberías, pero…
Se ve interrumpido una vez más por Chanyeol, pero no podría decir, ni en un millón de años, que esperaba que se aproximara a él y lo besara. Es más dulce que el último beso que compartieron, y le hace tener ganas de vomitar arcoíris por todas partes. Aunque no lo hará porque, bueno… tiene la boca ocupada.
-Eres muy estúpido -le dice Chanyeol cuando se aparta, con el rostro ahora rojo como un tomate-. Pero así me gustas mucho.
-¿Esto quiere decir que me perdonas? -pregunta él, aturdido.
-Casi… pero tendrás que resarcirme por completo.
-¿Eh? -Baekhyun se pone pálido-. ¿Cómo…? ¿Con… ya sabes qué…?
-¡No! -Chanyeol estalla en carcajadas, con su tic ocular y arrugando la nariz, y Baekhyun internaliza esa imagen porque ha pasado tiempo desde la última vez que vio aquella maravillosa risa-. Más bien estaba pensando en algo como que me masajees periódicamente la espalda mientras trato de superar mi récord del Smash Brothers.
-Oh -Baekhyun ahora se siente ponerse colorado-, yo, ehm…
-También te amo, Baekhyun -dice Chanyeol, tomándolo de las manos y entrelazándolas con las suyas-. Bueno, ¿esta es la parte donde te pido que seas mi novio?
-¡No! -responde él con presteza, y de inmediato se arrepiente cuando ve cómo a su amigo se le desvanece la sonrisa del rostro-. Nada de novios, sólo… mejores amigos. Mejores amigos que… se besan y demás cosas.
-¿Qué? Yo no…
-Confía en mí, por favor -ruega-. No quieres ser mi novio.
-¿No? -pregunta Chanyeol, todavía ceñudo.
-Los novios son estúpidos. No permanecen mucho tiempo conmigo. Tú has sido mi mejor amigo desde siempre, y, eh… quiero que seamos mejores amigos… que se besan y demás… los dos. Por siempre.
Chanyeol sacude la cabeza, entornando la mirada.
-Baek, eres tan…
Es Baekhyun quien lo interrumpe esta vez, arrimándose por encima de las rodillas huesudas de Chanyeol para besarlo nuevamente. Se dice a sí mismo que es para compensarlo por todo el tiempo perdido, pero la verdad es que los labios del otro se sienten muy bien, y supone que además le sirve como práctica.
-Creo que podría conformarme con lo de mejores amigos -dice Chanyeol cuando se separan, sin aliento-. Que se besan, y demás cosas.
Baekhyun suelta una risita y se le acerca más.
-Kai me ha dejado abandonado aquí.
El muchacho alto sonríe y le acaricia un brazo.
-Se me ocurren un par de cosas que podríamos hacer.
Baekhyun siente cómo su piel se calienta al contacto con Chanyeol. Para ser honesto, no estaba esperando que volvieran a hacerlo. Al menos no tan pronto. Pero está completamente a favor.
-¿Cosas como cuáles? -murmura en el cuello de Chanyeol, que se está volviendo rápidamente su sitio favorito.
-Bueno -comienza su amigo con voz trémula-. Allá hay una caja llena de bulgogi, y tengo mucha, mucha hambre. Además, creo que deberíamos darle un entierro apropiado al pez dorado.
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