[baby_bang_es]El diablo que nunca conociste...Parte 3

Jul 02, 2012 19:20

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Parte 3

Cuando Sam despertó, estaba dentro del impala, en el asiento del copiloto. Los vidrios estaban mojados y afuera llovía ¿Cómo podía ser? Lo último que recordaba era que la noche anterior había dormido sumamente bien. Además, estaba oscuro, era de noche o probablemente, las primeras horas de la madrugada.

Rápidamente echó una mirada a su lado, Dean estaba ahí. Con una expresión demasiada neutra en el rostro, conduciendo. Entonces suspiró aliviado, sí, todo había sido un sueño. Se sintió tan aliviado al darse cuenta de eso. Cualquier otra persona no, sabiendo que tenía al demonio en forma de alucinación encima de él….

Pero Sam podía, estaba seguro que podía.

-Despertaste princesa.-le dijo Dean en voz baja, sin apartar su vista de la carretera.

Sam habría abrazado a Dean y le habría dado un gran beso en el rostro si no fuese porque este estaba  conduciendo, entonces recordó a Lucifer…Rápidamente giró su cabeza hasta el asiento trasero y allí estaba, con su siempre sonrisa burlona.

-Hola Sammy ¿Cómo dormiste? ¿Soñaste conmigo?.-le saludo con un gesto pero Sam le ignoró y extrañamente, estaba sonriendo. “Solo un sueño…” suspiró y se acomodó en su asiento.

Dean no pudo evitar notar el extraño comportamiento de su hermano.- ¿Y a ti que te pasa? ¿Él está aquí?-le preguntó aunque no había razón para que Sam se alegrara por algo así.

Sam sacudió su cabeza un poco.-Está aquí, pero no ha dicho nada.-le contestó a lo que Dean gruñó molesto.

-Hombre ¿Por qué tienes que hacer que aparezca en mí auto? ¿No puedes hacer que este en el techo o algo así?-le dijo entre bromeando y hablando con la verdad, no era una gran revelación para Sam que Dean odiaba a Lucifer, él también lo hacía.-¿Podrías hacer que estuviera en el portamaletas al menos?

Y por alguna extraña razón, Lucifer bufó. Como si hubiera escuchado sus pensamientos.

-No es como si pudiera controlarlo Dean…-le contestó en voz baja, claramente menos alegre que antes. Dean suspiró, parecía cansado.

-Lo siento Sammy, algunas veces lo olvido.-se disculpó Dean. Sí, definitivamente Dean estaba cansando.

-Aw…Que lindo momento entre hermanos.-comentó Lucifer desde atrás, Sam simplemente le ignoró, como siempre.-Sabes Sam, a mi me hubiera gustado que Mickey me hubiera dicho “Lo siento” también en vez de atacarme con una enorme espada en llamas.-

-Como sea Dean…-murmuró Sam a su hermano.-¿Dónde estamos? -

-Indiana, camino a  Illinois ¿Recuerdas? Tú fuiste el que encontró el caso Sam.-le dijo, echándole una mirada rápida a su hermano a lo que Sam frunció el ceño, no recordaba eso.

Bueno en realidad sí. Esa mañana al salir del motel fueron a un café para desayunar y ojearon los periódicos nacionales-más bien él ojeó los periódicos, Dean se dedicó a comer- y encontraron indicios de que algún tipo de fantasma estaba causando estragos en un pueblo de Illnois llamado Sigel.

Lo recordaba…Con tanta frescura pero simplemente no sentía que aquellos recuerdos le pertenecieran, como si él no hubiera participado en ellos.

-¿Pasa algo Sam? ¿Por qué tan preocupado? ¿Te has dado cuenta de algo?-le preguntó Lucifer desde el asiento.

-¿Sam?-le llamó Dean, notando el silencio en su hermano.

-Sí lo recuerdo, también recuerdo que coqueteabas con esa mesera pelirroja…-

Dean se largó a reír.-Oh no te pongas celoso Sammy, siempre seré tuyo.-

-En realidad él es mío, Dean.-le dijo Lucifer rodando sus ojos pero claro Dean no podía escucharle, por otro lado…Sam.-Mío por siempre,  Sam me pertenece a mi, no a ti.-

Pero Sam claro que podía.



Dean estaba demasiado cansado como para seguir conduciendo y a pesar de que Sam se ofreció para relevarlo, Dean se negó rotundamente.

-No dejare que conduzcas con ese diablo que tienes en el hombro Sam.-fue lo que le dijo y Sam simplemente lo dejo estar. No es que hubiera alguna prisa.-Nos matarías a ambos.-

Ya no, ahora tenían todo el tiempo del mundo.

Al final Dean terminó aparcando en un Motel en medio de la carretera con un horrible nombre que Sam ni siquiera se atrevió a pronunciar, las habitaciones eran igual que las demás moteles en los que había estado, en los que se había criado. Con el mismo horrible y descuidado estampado en las paredes y la sucia alfombra del piso. Además de las incomodas camas.

Entonces se acordó de aquel departamento…Tenía un gusto demasiado moderno para él pero le gustaba, era cómodo, limpio y lo más importante de todo: Privado.

Apenas entraron Dean se adentró en las sabanas y Sam hizo lo mismo, solo que no consiguió que Lucifer se esfumara pero tampoco es que Lucifer le estuviera hablando, de hecho llevaba un buen rato callado sin contarle un chiste malo o algún comentario con segundas intenciones.

Como si simplemente fuese un espectador ¿Pero de qué?

Y a pesar de que Sam sabía que Lucifer estaba allí, seguramente sentando en alguno de los sofás o tal vez observándole desde el borde de la cama de Dean, Sam durmió. Tal vez por la incomodidad del viaje y todo su cuerpo le dolía o tal vez porque solo quería que la noche terminase y así poder llegar a la conclusión de que todo era simplemente.

Un sueño.



Al día siguiente Sam se sentía renovado, jovial y tan descansando. Hace mucho tiempo que no se sentía así y Dean se lo hizo notar en más de una ocasión.

Se levantó relajado, con su cuerpo descansado, sin la jaqueca mañanera y sin Lucifer a la vista. Con todo animo se levantó se metió a la ducha y se afeitó mientras se bañaba. Todo parecía tan relajado para él.

-¿Tan alegre que podríamos ir a algún bar y ligar con algunas gemelas? Podríamos tener suerte.-le dijo Dean haciendo un gesto divertido con las cejas, Sam no supo si su hermano estaba simplemente molestándolo o hablando en serio.

-Liga con la silla, ella te hará más caso.-le dijo Lucifer con una sonrisa graciosa, Sam no pudo evitar contener una pequeña risa.

-¿Sam?

-Ponte a trabajar idiota, para eso te pago.-le contestó Sam con sarcasmo.

Dean bufó.-Tu no me pagas, perra.-

Sí, Sam estaba animado tanto que incluso podía lidiar con los odiosos comentarios de Lucifer, y al final de la tarde Dean finalmente terminó convenciéndole para que visitaran un bar a unos cuantos kilómetros del motel. Al principio estaba un poco dudoso, desde hace tiempo que no frecuentaba bares por placer. Solo para encontrar a gente capaz de ayudarle con los casos sobrenaturales, claro que Dean era otro cuento.

Su hermano simplemente vivía la vida, rasgada, arrugada y desastrosa pero vida al fin y al cabo.

-Sammy con licencia para matar.-murmuró Lucifer con gracia, dando un ligero gruñido seductor.- Debo admitirlo, cuando no tienes esa manía por usar camisas a cuadro te ves bastante bien Sam. Listo para ser devorado, como una galleta.-

Sam simplemente le ignoró y entró al bar, siguiendo a un muy buen humorado Dean.- Bien Sam, yo voy por las cervezas, tú busca alguna mesa libre o algo.-le dijo Dean al instante, girándose sobre sí y yendo hasta la barra.

-Que romántico, una cita en un bar…-comentó Lucifer.

Sam simplemente se encogió de hombros, la barra estaba llena así que seguramente a Dean le iba a tomar un tiempo coger las cervezas, así que se decidió ir primero al baño y refrescarse un poco la cara.

Y cuando entró…

-¡Sam! Pero que sorpresa tenerte aquí.-exclamó Lucifer emocionado desde su silla.-¿Quieres hablar un rato?-le ofreció amablemente.-Sí, definitivamente deberíamos hablar ¿No crees?-

A Sam se le paró el corazón por un segundo, rápidamente se giró pero la puerta ya no estaba. Y nuevamente se encontraba en aquella…Habitación, completamente negra con solo dos sillas y Lucifer.

Entonces era verdad, no había sido un sueño.

-Oh Dios…Joder…-balbuceó Sam con un hilo de voz,  tratando de controlar los latidos de su corazón.-No…No puede ser, es una broma.-

Lucifer resopló como si Sam hubiera dicho algo gracioso.-Claro que no es una broma Sammy, esto es real. Tan real como que la vez pasada cuando te dije que te amo.-

Sam le miró incrédulo.-¿Amarme?-repitió, casi con asco.-¡Tu me torturaste! ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Eres un puto monstruo!-le dijo incrédulo.-Eres un maldito hijo de puta.-

Lucifer hizo una mueca, fingiendo dolor.-Sammy, ya sé que hemos tenido nuestras rencillas en el pasado… Pero…Por eso estamos aquí ¿No? Terapia para parejas.-

Sam no cedió y simplemente elevó una ceja, aun más confundido de lo que ya estaba.-Ni si quiera sé donde estoy….Se supone que estaba con Dean en el...-

Lucifer rodó sus ojos.-Ugh, siempre con Dean.-dijo con una mueca de asco.-Dean esto, Dean aquello…¿Cuándo vamos hablar de nosotros?-

-No hay un nosotros, eres el maldito diablo.-espetó Sam con furia dando un paso adelante, casi preparado para golpearlo.-Intentaste destruir el mundo, mataste a mis padres.-

-Hey Hey, yo no hice eso.-se apresuró a decir Lucifer pero Sam le ignoró.

-Y eres un puto mentiroso, y esto es un sueño. Alguna ilusión y joder…Estoy hablando contigo.-dijo en voz baja, llevándose sus manos  a su cabeza.-Mierda, mierda.-

-Ya te lo dije, esta no es tu realidad. No es ninguna de hecho.-le respondió Lucifer.-Créeme que si me hubieras hablado en esa realidad ya te habría arrastrado a la jaula conmigo de nuevo. Te extraño allá Sammy.-

-¡No me digas Sammy!-gritó Sam a lo que Lucifer se encogió de hombros desde su asiento. Su respiración era agitada, no entendía absolutamente nada.-Es Sam.-

Lucifer decía que no era su realidad ¿Entonces era la otra? Pero él decía que no…Dios, su cabeza era un completo lío.

-¿Quieres sentarte y así te explico todo?-le dijo Lucifer  con suavidad, casi con gentileza. Sam suspiró resignado y se sentó en la silla.

-Habla.-

Lucifer ladeó un poco sus ojos, la verdad es que no sabía por donde empezar. Contar cien años de historia no es nada fácil.-Veamos….Según recuerdo quedamos en los primeros cien años de la jaula.-murmuró, sin poder evitar hacer una mueca.-Debo decir que fueron buenos tiempos.-

Sam le miró descolocado pero al final se tragó lo que quería decir, algo como “Me torturaste, hijo de puta ¿Te parece que fueron buenos tiempos?”

-Al principio fui algo temperamental, debo admitirlo. Lo siento.-se disculpó, agachando un poco la cabeza pero francamente, para Sam eso no solucionaba nada.-Pero ¿Sabes que fue realmente lo que cambió Sam? Sin importar cuantas veces te matara o te torturara jamás cambiaste esa mirada….-dijo en voz baja sin mirarle.-Era triste, como si te estuvieras diciendo a ti mismo que estar encerrado en esa jaula fuera lo que merecías. Las primeras veces gritabas pero luego solamente llorabas, ni siquiera me pedías que me detuviera como al principio.-le dijo bajando su mirada.-Estaba tan molesto, tan enfadado que no pude notarlo al comienzo.-murmuró.-Bueno sobre todo porque torturar es un tanto divertido pero ese no es el punto.-

Sam tampoco se animó a mirarle y simplemente dejo que el silencio fuese su respuesta. ¿Se estaba disculpando con él? ¿En serio?

-Y entonces paré.-dijo Lucifer  y por fin elevó su mirada, buscando a que Sam le mirase también.-Paré de torturarte y me fui, simplemente te deje y me aleje de ti…La jaula es bastante grande ¿Sabes?-

Sam simplemente bufó con gracia, aun sin mirarle.

-Los otros cien años estuve solo, pensando en ti Sam. Tratando de entender tu cabeza, de saber por qué de un momento a otro no podía dejar de pensar en ti y entonces justo antes de que Castiel te sacara, lo entendí.-

-¿Entender qué?-le preguntó Sam por fin mirándole.

-Que te amo, que estoy destinado a amarte Sam Winchester.-le contestó con una mueca alegre.- De entre siete mil millones de persona en este mundo eres la única que puede sostener mi gracia ¿Cómo puede ser eso? De entre siete millones de personas eres él único por el que he sentido piedad Sam. Tú y solamente tú.-le indicó con sequedad.-Digo, he tentando a madres desesperadas para que maten a sus hijos, causé la inquisición…Y fuiste mi primer acto de piedad, la verdad es que no lo entendí ¿Cómo yo podría tener piedad de alguien?-

Sam simplemente rio nerviosamente, no entendía nada.-¿De verdad esperas que crea una sola palabra de lo que me estás diciendo?-le preguntó con dureza antes de mirarle con odio.-Me torturaste, arruinaste mi vida y por poco destruyes el mundo ¿Cómo esperas que te crea? ¿Que toda esta cosa alrededor no es un invento tuyo?-

Lucifer se encogió de hombros, como si ni una pisca del odio de Sam hacía él le afectara.-Estamos destinados Sam, tarde o temprano me creerás. Por eso estamos aquí.-le aseguró con voz suave a lo que Sam simplemente rodó su mirada.

-¿Qué es este lugar? ¿Por qué estamos aquí?-preguntó otra vez, y esperaba que esta vez Lucifer si le respondiera asertivamente.-Dijiste que me explicarías.-

Lucifer sonrió.-Tan frío que eres conmigo Sammy. Digo que te amo y me exiges explicaciones.-Sam simplemente le asesinó con la mirada.-Vale vale… Tan temperamental.-murmuró elevando sus manos en señal de paz y bajándolas al segundo siguiente.-Sabes que existen realidades alternas ¿No? Tu mismo lo has experimentado.-Sam asintió levemente.- Como sabes, cada realidad es diferente de las otras, por decisiones, por personas que están vivas o muertas pero en lo que más se diferencian, es en el final Sam.-

Sam no pudo evitar parpadear.-¿El final?-preguntó en voz baja, y Lucifer se cruzó de piernas.

-Se supone que el apocalipsis ocurriera y la tierra fuese mía Sam, ese era el final de tú realidad.-le contestó con sequedad.-Yo debía ganar.-

-Pero estás en la jaula…-

Lucifer asintió.-Lo estoy.-

-Entonces ¿Qué es esto? Porque antes estaba en ese mundo. Y luego volví y ahora…-

-Tu realidad se está acabando Sam, eso sucede cuando el final de los realidades no se suceden, deben acabarse  y dar entrada a una nueva.-le aseguró con el mismo tono de antes.-Yo lo único que estoy haciendo es mover hilos desde la jaula para poder crear este espacio donde estamos tu y yo, ahora en este momento. Que yo haga eso no interferirá en nada con respecto a tu realidad.-

Sam abrió sus ojos.-Los leviatanes….¡Ellos!-

Lucifer sonrió, sacudiendo su cabeza.-Nah, esto no tiene nada que ver con ellos. Con o sin leviatanes ocurría de todas formas.-

-Pero…¡¿Por qué?!-preguntó Sam casi en un grito.-¿Solo por qué no conseguiste que el apocalipsis realmente sucediera? ¡Eso no tiene sentido!-

-Lo tiene para Dios.-le contestó rápidamente, cruzándose de brazos.-¿Crees que Dios se preocupa exclusivamente de cada uno de sus mundos Sam? Nah, claro que no. Hace años que no está y esto es lo que sucede cuando una realidad se acaba.-le dijo, levantando sus manos, de forma que estuvieran a unos cuantos centímetros la una de la otra.- Dos realidades se juntan y forman una nueva. Nosotros ni siquiera nos damos cuenta cuando sucede.-

-Estás mintiendo.-dijo Sam sin poder creer una palabra de lo que Lucifer le decía.

-No miento.-le aseguró al instante.-Es inevitable que suceda Sam, porque ambos mundos son imposibles.-

Sam simplemente resopló.

-Volverás una y otra vez e intentaras tratar de creer que te estoy mintiendo pero al final terminaras admitiendo que todo esto es verdad.-le aseguró.-Y estoy feliz con eso.-

Entonces Sam simplemente explotó, tratando de controlar sus ganas y lanzarse sobre  Lucifer.-¡Maldito hijo de puta!-

Lucifer simplemente rio entre dientes.-Te amo Sam Winchester, no importa cuantas veces me rechaces o digas que miento, te amo. Y no podrás evitar amarme también, porque estamos destinados.-

La respiración de Sam comenzó a agitarse  y su corazón comenzó a desesperar, con cada segundo que pasaba cada vez se le hacía más difícil respirara.-¡Mentiroso!-gritó y se lanzó sobre Lucifer dispuesto a quitarle la sonrisa a golpes-

Entonces el universo se tragó todo.
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