El creador de fragancias (15/20)

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Fandom: Narnia
Título: El creador de fragancias
Personajes: Edmund, Lucy, Caspian, Peter, Susan (apariciones especiales de Eustace, Jill y otros personajes clásicos de los libros).
Pareja: Caspian/Lucy.
Universo: AU basado en el libroverse.
Agradecimientos: ¡a aglaicallia una vez más por su apoyo, a nyaza por el precioso banner y al reto de ablurrydream por darme la idea!
Summary: Cuando los errores de pasado bloquean la creatividad del creador de Aslan Fragances, su familia intenta ayudarlo. Pero ante la llegada de la competencia en la casa de perfumería Telmarian, no es tan claro quién necesita más ayuda.

Capítulos: 1 -  2 -  3 -  4 -  5 -  6 -  7 -  8 -  9 -  10 -  11 -  12 -  13 -  14 -

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XV
Peter había tenido unos días bastante agitados. Una revista de finanzas lo había entrevistado por motivo del concurso y todavía estaban procesando los reportes del efecto logrado del relanzamiento de fragancias con otra presentación, medida tomada durante la segunda mitad del año anterior a falta de nuevos productos.

A eso, había tenido que sumar el lío de Caspian y Telmarian.

De momento no habían percibido ningún intento directo de dañarlos, pero recordaba claramente las palabras del hombre en el pasillo de su casa. Había hablado con Eustace, y este le había dicho que lo mejor era despedir a quien había cometido el agravio contra Caspian, pero en vista de que eso no iba a suceder, lo mejor era realizar él un primer movimiento en lugar de esperar.

Pensaba hacerle caso, pero no con un movimiento de ataque.

No había planeado que Edmund estuviera allí cuando hablara con Susan al respecto, pero había resultado de provecho.

-¿Quieres que firme una disculpa hacia Caspian Tenth?

Su pregunta airada fue escuchada por el menor de los hermanos presentes, quien acababa de entrar. Alzó ambas cejas mirándolos alternativamente.

-¿Quiero saber? - preguntó finalmente.

Susan se giró airada y lo acusó.

-Peter quiere humillarnos frente a Caspian.

Había previsto que no sería fácil convencer a su hermana. Edmund se acercó mirándolo lleno de preguntas. Peter le tendió el papel que le había dado a su hermana, y él lo leyó completo. Al final alzó las cejas y levantó la vista sorprendido.

-Vaya Peter, admitirlo es el primer paso. - Le devolvió la hoja y sonrió divertido. - Hay once más.

No estaba seguro de si ese tipo de bromas de su hermano lo molestaban o simplemente lo hacían sentir incómodo. Por un lado sabía que era bueno que no temiera hablar de su adicción, pero por otro, a veces temía que estuviera escondiendo algo más tras el humor. Ya se le había dado muy bien en su día.

Decidió ignorar el comentario de su hermano y continuar su intento de hacer entrar en razón a la chica.

-No quiero humillarnos, Susan. Lo que hiciste estuvo mal y lo sabes.

-No quiso mis disculpas - replicó la chica. - ¿Quieres saber lo que me dijo?

-En realidad no - contestó Peter de inmediato. - Quiero saber si lo firmarás personalmente, o tendrá sólo mi firma en nombre de la compañía ofreciéndole nuestra bienvenida al mercado y dejando abierta la puerta a futuras colaboraciones.

Susan resopló y tomó el papel.

-No creo que Caspian valga la molestia: es demasiado orgulloso para aceptar algo así, pero tampoco creo que haga nada en contra de nosotros. Ayer lo vi bastante mal.

-No pretendo que lo acepte - admitió. Buscó con la mirada a su hermano menor, cerciorándose de que él también lo oyera. - Sólo dejo un rastro legal de nuestra buena voluntad, en caso de que algo suceda.

Edmund sin embargo no parecía interesado en sus palabras. Miró a Susan interrogante.

-¿Dijiste “ayer”?

Su hermana se cruzó de brazos y los miró por primera vez en esa reunión con preocupación, en lugar de enojo.

-Fue extraño. Me buscó en el café… Dijo que tenía tres días de tratar de intentar hablar con Lucy sin lograrlo y decidió buscarme.

No se había esperado algo así, pero para extrañeza suya, el rosto de Edmund no mostraba rastros de sorpresa. Parecía más bien muy interesado.

-¿A ti?

Susan asintió.

-Lo sé, pero supongo que lo hizo sólo porque sabía dónde encontrarme. Parecía… - Se mordió el labio inferior recordando. - No estaba bien. Tenía unas ojeras bastante grandes, y el borde de los ojos enrojecido.

Peter no había pensado en esa posibilidad. Había creído las palabras del hombre al salir de la casa y lo imaginaba en el piso más alto del edificio donde se había instalado Telmarian, maquinando contra ellos.

-¿Qué quería? - preguntó con duda.

-Creo que quería que le hablara de Lucy… - La chica frunció el ceño, como si tratara de recordar lo hablado. - No quise escucharlo, pero me dio una disculpa. O eso intentó supongo. No parece acostumbrado a hacerlo.

Tras pensarlo un momento se inclinó y firmó el documento. Se lo devolvió junto a la pluma.

-Tal vez no sea mala idea hacer esto entonces - declaró Peter firmando él también el documento. Luego se giró hacia Edmund, sabía que Susan no tenía noticias o se lo habría dicho. - ¿Has visto a Lucy? He podido hablarle por teléfono pero nada más.

Edmund se sobresaltó cuando le habló, parecía sumido en sus pensamientos. Sin embargo se repuso con prontitud para responder.

-Sí, está triste pero tirando hacia delante. Se nos va de gira pronto con la sinfónica.

Bueno, eso le haría bien. Peter siempre había admirado lo feliz que podía ser su hermana sólo con el violín.

-Trataré de llamarla más tarde otra vez. Por ahora tengo que mandar varias cosas - declaró dirigiéndose de nuevo hacia su escritorio para buscar el sobre que Edmund había ido a recoger. Al encontrarlo se acercó para dárselo - Aquí están los documentos explicándole todo a Peridan. Gracias por llevarlos, desplazarme al laboratorio de producción no es algo que entrara en mis planes hoy.

Había llamado temprano a Edmund para preguntarle si le haría el favor llevar la información el concurso al químico de su más alta confianza en la compañía. Había aceptado de inmediato.

Edmund tomó el sobre que le tendía y revisó que estuviera sellado. Eran las normas de calificación estándar para el concurso.

-No hay de qué - replicó. - Será agradable ir a un laboratorio donde se está produciendo algo. Aunque sean mis propias fragancias.

A Peter le habría gustado replicar algo de apoyo para su hermano, pero él no le dio tiempo. Su mirada se había fijado con curiosidad el escritorio donde había dejado el documento para enviar luego vía mensajero a Caspian.

-¿Cómo le vas a mandar eso a Caspian? - preguntó finalmente Edmund. Probablemente su expresión al escuchar la pregunta había sido de extrañeza, porque se apresuró a aclarar. - Podría llevarlo yo. Me vendría bien hacer de mensajero un día, para cambiar de aires.

Peter tuvo que reprimir las ganas de girarse para ver a Susan, aunque podía sentir sus ojos clavados en la nuca. Era peligroso enviar a Edmund como embajador de buena voluntad, eso cualquiera lo sabría.

-No voy a pegarle - añadió Edmund. -Lo prometo. Seré un buen chico.

-Siempre he temido a esa expresión inocente - señaló Susan. - ¿Qué tramas?

Peter tenía que estar de acuerdo con su hermana, Edmund tramaba algo. Sin embargo, el menor no replicó, tan sólo extendió una mano hacia él.

El mayor de los Pevensie suspiró. Había decidido darle una oportunidad el día de su cumpleaños y lo mantendría. Fue por el sobre y se lo trajo. Sin embargo, al ponerlo en su mano no lo soltó de inmediato.

-¿Lo prometes, por Lucy?

Edmund sonrió de medio lado y tomó el sobre.

-Oh sí. Por Lucy.

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Edmund no estaba seguro de lo que iba a hacer. La idea había cruzado su mente desde la primera noche, pero entonces había decidido esperar. Tal vez las cosas se solucionaran de otra forma. Igual no estaba seguro de lo que pretendía. No sabía si podrían volver a funcionar, o si quiera si su hermana estaría dispuesta a darle una oportunidad.

Pero sabía que Caspian había hecho muy feliz a su hermana, y podría haberlo seguido haciendo si no se hubiera comportado como un redomado idiota. Lo había sentido esa noche que lo había conocido, y las conversaciones que había tenido luego con su hermana se lo habían confirmado.

Encontrarlo no había sido fácil. En las oficinas centrales de Telmarian un hombre cuya placa decía “Dirian” le había dicho que el señor Tenth no se encontraba, y si lo buscaba por motivos personales, le sugería ir a su casa. Allí tampoco había tenido suerte en un inicio, hasta que un hombre mayor lo atendió. Tras escuchar su nombre le había cambiado el rostro, y se había apresurado a indicarle que lo más probable era que lo encontrara haciendo supervisión en la fábrica.

Tras tomar nota mental de la dirección se había dirigido hacia ella. Aquel era el lugar donde Caspian había llevado a su hermana mayor. Desde fuera se veía solamente un gran edificio, pero Susan le había descrito un poco sobre su interior. Tenía curiosidad por conocer el laboratorio, debía admitirlo.

Cuando el guarda le preguntó quién era y lo que buscaba allí, no lo pensó dos veces.

-Estoy aquí para ver a Caspian Tenth. Dígale que lo busca el único Pevensie dispuesto a hablar con él ahora.

Le había dedicado una sonrisa tranquila al desconcertado hombre, quien fue a comunicar por radio su mensaje a algún compañero dentro. Poco después regresó con expresión de extrañeza a decirle que lo escoltaría hasta la entrada principal del edificio.

No tuvo que esperar demasiado. Caspian llegó a la puerta casi al mismo tiempo que ellos. Traía el semblante serio, como quien ha estado muy concentrado en algo. Dio las gracias con amabilidad al guarda, quien se retiró de inmediato.

Se quedaron solos y se miraron mutuamente, en un silencio en apariencia incómodo, aunque a él le pareció ligeramente divertido.

-Edmund - dijo el hombre finalmente. Su voz sonaba formal, pero le faltaba la fuerza y la rabia de la última vez que lo había visto. - ¿A qué debo esta visita?

-Oí que querías hablar con alguien de mi familia, y mis hermanas no estaban por la labor.

Caspian desvió la mirada.

-¿Qué te hace pensar que quiero hablar contigo?

Podría darse la vuelta e irse en ese momento, pero no lo haría. Por Lucy.

-Nada, soy yo el que quiero hablarte. - Edmund miró alrededor - ¿Hay algún lugar donde podamos ir?

El empresario lo miró con desconfianza.

-Vamos al laboratorio. No voy a seguir dándoles tours gratis por distintos lugares de la fábrica a los Pevensie.

Edmund asintió y se quitó los guantes que llevaba, disponiéndose a seguirlo.

-El laboratorio. Nadie puede negar que te esfuerzas por hacer que tus visitas se sientan como en casa.