Fandom: Narnia
Título: El creador de fragancias
Personajes: Edmund, Lucy, Caspian, Peter, Susan (apariciones especiales de Eustace, Jill y otros personajes clásicos de los libros).
Pareja: Caspian/Lucy.
Universo: AU basado en el libroverse.
Agradecimientos: ¡a aglaicallia una vez más por su apoyo, a nyaza por el precioso banner y al reto de ablurrydream por darme la idea!
Summary: Cuando los errores de pasado bloquean la creatividad del creador de Aslan Fragances, su familia intenta ayudarlo. Pero ante la llegada de la competencia en la casa de perfumería Telmarian, no es tan claro quién necesita más ayuda.
Notas: penúltimo capítulo!! Las últimas tres escenas de este fic conforman el final, cada una desde un POV diferente. Hoy tienen la primera...
Capítulos:
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2 -
3 -
4 -
5 -
6 -
7 -
8 -
9 -
10 -
11 -
12 -
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14 -
15 -
16.1 -
16.2 -
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18 -
19 -
20 -
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XXI
Edmund a veces se preguntaba si el señor Tumnus tendría algo de brujo. De alguna forma, había puesto la gira justo en el momento preciso que Lucy iba a necesitarla, sin poder prever que así sería.
Dos noches antes había llegado a su apartamento después de las nueve de la noche. Parecía haber llorado, pero estaba tranquila. Lo había abrazado con fuerza y le había preguntado si podía quedarse ese día. No había sido hasta horas después que le había contado la conversación que había mantenido con Caspian en el parque.
Estaba triste, pero tranquila, que era lo más importante. No habían hablado mucho más. Al día siguiente no la había visto, ella había estado ocupada preparando su viaje, y él había estado sumergido en el laboratorio con Peridan. Sin embargo, habían acordado almorzar juntos al siguiente día. Edmund la iría a dejar luego a la facultad, de donde saldría la buseta de la sinfónica para empezar la gira.
Hablaron de todo un poco mientras comían. Desde sus desventuras tratando de cerrar la maleta hasta el disgusto mayúsculo que tenía su primo Eustace ante la idea de no ver a Jill prácticamente durante dos meses, a pesar de que pensaba viajar a ver las presentaciones que pudiera.
Había estado pensando cómo sacar el tema de Caspian, pero no quería echar a perder el último almuerzo con su hermana antes de meses de separación por la gira. Podrían hablarlo de camino a la facultad. El día anterior había hablado por teléfono con el dueño de Telmarian. Sonaba cansado, probablemente había dormido mal.
-¿Has hablado con Caspian?
La pregunta lo sobresaltó al punto de atragantarse. Tosió contra la servilleta, inseguro por un momento de si no habían sido sus propios pensamientos los que le jugaban una mala pasada. Sin embargo, su hermana lo miraba expectante. Realmente había hecho una pregunta.
-¿Perdona?
Lucy sonrió ligeramente, con su mirada cubierta por un velo ligeramente triste.
-Caspian. Te preguntaba si hablaste con él.
Aquello era incómodo. Sí, habían hablado, pero no creía que fuera apropiado decirle a su hermana lo que el hombre le había dicho esta vez. Por primera vez en mucho tiempo, alguien le había hablado como un amigo. Con los problemas de confianza de Caspian le parecía un avance tremendo. Sin tener ya la menor expectativa de que pudiera ayudarlo en algo con Lucy, el hombre había declarado su tristeza, pero también sus planes.
Planes. Futuro. Eran palabras que llenaban a Edmund de esperanza, tanto como el hecho de que por una vez en mucho tiempo, la gente se apoyara en él, y no al contrario.
-Sí. Ayer. - Al notar la mirada interrogante de su hermana suspiró. - Está como podrías esperar… Triste, pero acepta tu posición. No le queda otra.
Lucy se mordió el labio inferior, desviando la mirada por encima del hombro derecho de izquierdo de su hermano.
-¿Pero lo entiende?
Edmund reprimió una sonrisa. Si supiera…
-Sí, y me parece que mejor de lo que crees.
Su hermana frunció el ceño. Al parecer había entendido la frase diferente a lo que él había pretendido. En lugar de darle una pista de esperanza, parecía molesta.
-No cree que yo confíe en él. ¿Sabes? Como siempre, no confía. Parece ser que doy la impresión de creer que sólo tú puedes cambiar.
Edmund sonrió con orgullo.
-Soy un caso especial.
Un asomo de sonrisa apareció en los labios de la chica.
-Lo eres.
El perfumista se inclinó por encima de la mesa, mirando con intensidad a su hermana.
-¿Pero sí lo crees? Que Caspian puede cambiar.
El silencio que acompañó la pausa después de su pregunta era respuesta suficiente. Vio como el pecho de su hermana subía y bajaba en un suspiro.
-Me gustaría tener más fe en ello. Lo veo difícil.
-Cambiar nunca es fácil - le aseguró él. - Lo único que ayuda es saber que alguien confía en uno, como tú lo hiciste conmigo.
Lucy asintió, dejando su tenedor de lado. Bueno, siempre le había arruinado el apetito. Sin embargo le dirigió una mirada determinada.
-Necesito tiempo y espacio. Hay mucho en juego… - Sonrió ligeramente, aunque no era alegría lo que teñía su rostro. Tal vez sí había después de todo rastros de esperanza en ella sobre Caspian. - Cuando regrese, creo que será más fácil.
Edmund asintió. El tiempo sería bueno para todos, en especial si lo conversado con el exnovio de su hermana el día anterior no era un delirio momentáneo y se mantenía en pie. Justamente eso era lo que necesitaban: tiempo.
-No puedo discutir eso. Nada ha sido mejor para mí que el tiempo.
Lucy sonrió sinceramente. No sabía si su hermana era consciente realmente de cómo su fe ciega en él lo había ayudado.
-Me alegra mucho verte así últimamente - declaró ella para su sorpresa. - Estás tan cambiado… Te confieso que en otro momento hubiera dudado sobre irme de gira.
Aquella declaración lo incomodó un poco. Peter tenía razón después de todo. Había estado limitando a su hermana menor todo ese tiempo. ¿Pero qué hubiera sido de él sin ella? La resarciría. Claro que lo haría.
-Me siento mucho mejor… - Admitió. Era verdad, lo podía sentir en todo su cuerpo. Su mente estaba tranquila. Al fin parecía encontrar algo parecido a la armonía. - Por primera vez, en mucho tiempo, siento que estoy en movimiento de nuevo. Ya no estoy estancado.
Una oleada de emoción lo recorrió. Tal vez para otros resultaría ridículo, pero para él el mundo había vuelto a tornarse un lugar esperanzador. La idea de que pasaría un par de meses al menos sin ver a su hermanita tiró por tierra su propósito hasta ese momento de no contarle nada. Se reafirmó en la silla, irguiéndose. La miró a los ojos, y notó que la curiosidad había surgido en ellos por su actitud.
-Tengo planes, Lucy. Planes reales. No esas fantasías de grandeza que tuve con Jadis que no iban a ningún sitio. - Sintió la boca reseca, pero no se detuvo a tomar agua. Intentó tragar saliva antes de proceder a explicarse. - Ahora que sé que puedo crear, que aún está en mí… es hora de seguir lo que dejé hace tiempo sólo porque era difícil.
-¿Qué quieres decir? - pudo notar la confusión en sus ojos.
El entusiasmo de compartir lo que había estado pensando se apoderó de él.
-Estoy trabajando con Peridan. Trabajando en serio, en química. -Notó la sorpresa en los ojos de su hermana, por lo que se precipitó a explicarse. - Será un quebradero de cabeza, pero estoy repasando todo lo que nunca entendí y ya olvidé. Volveré a la universidad el próximo año, sé que siempre he dicho que lo haré, pero ahora lo siento de verdad. Voy a hacerlo, y tengo que repasar para lograrlo. La compañía no necesitará fragancias nuevas por un tiempo mientras trabaja con el ganador del concurso y con tu perfume ahora que le dijiste a Peter que aceptara el trato. Mientras tanto estudiaré, esta vez no porque papá quiere… sino porque yo quiero.
La sonrisa de orgullo en el rostro de su hermana hizo latir una intensa calidez en su pecho.
-¡Eso es genial! - Exclamó Lucy alcanzando su mano por encima de la mesa y estrechándola con cariño.
-Pero no creas, también me daré unas vacaciones. - Rió cortamente. Se sentía tranquilo. Feliz. Hacía unos meses todavía le había parecido imposible volver a sentirse así. - Estos meses han sido muy desgastantes. Ayudaré a Peridan con las fórmulas de ambas fragancias y en la etapa de producción en masa me daré un tiempo.
Durante esos años infernales había deseado ver a su hermana dedicarle esa mirada orgullosa que le dedicaba ahora sabiendo que se la merecía. No habían sido pocas las veces que su orgullo le había producido culpa cuando se sentía estancado en el mundo, un fraude que no había alcanzado las expectativas que tenía en él. Pero ahora… Era diferente.
Lo había logrado.
-¡Tienes que contarme todos tus planes! - Lucy tomó su cartera después de mirar el reloj. Estaban justos de tiempo. - Podemos hablarlo de camino.
Tras pagar caminaron hacia el parqueo. Lucy se guindó de su brazo sugiriéndole lugares a los cuales ir en las vacaciones que se daría, no sin antes amenazarlo de que debía ir a ver alguna de las presentaciones de la gira.
-Podrías navegar - le sugirió cuando estaban cerca del auto ya. - El velero de Caspian es una maravilla. Tal vez podrías convencerlo de salir de la oficina y salir con él.
Edmund se detuvo y la miró sorprendido.
-¿Qué te hace pensar que haría eso?
Lucy se ruborizó, y una sonrisa culpable apareció en su rostro.
-Lo siento, ya que últimamente parecen tan amigos… - Se mordió el labio inferior dudosa, pero luego continuó. - Eres probablemente el único amigo de Caspian. Seguirás pendiente de él, ¿cierto?
Así que era eso. Edmund tuvo que esforzarse por evitar sonreír.
-¿Pregunta o petición?
El sonrojo de su hermana se intensificó.
-Ambas, supongo.
Edmund sonrió entonces y le pasó un brazo por los hombros, abrazándola a él mientras seguían avanzando hacia el auto.
-No te preocupes, cuidaré a Caspian para ti.
Su hermana rió ligeramente, aunque sabía que la situación tenía que dolerle todavía. Él por su parte sabía que la calidez que sentía no tenía que ver con la cercanía de su hermana, todavía abrigada como si el invierno no hubiera pasado.
Era la calidez de saber que ahora los demás podían contar con él.