Los sonidos que se escucharon en la madrugada le hizo dejar a Flora con el padre, más allá de lo que pudieran decirse, e irse a investigar. Cuando años atrás hicieron una inspección por la zona, su amigo y algunos agentes de la Fraternidad, buscaron bajo el más diminuto guijarro y no encontraron nada alarmante. Aquel rugido, el temblor de la tierra
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